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El invierno preocupa a los agricultores colombianos desde hace varios meses.

Agroindustria

Soluciones para enfrentar el invierno en el campo

El invierno que preocupa a los agricultores colombianos desde hace varios meses, puede neutralizarse si se utilizan las técnicas adecuadas y se protegen los campos con programas bien diseñados.

9 de abril de 2011

Pequeños y grandes agricultores de todo el territorio nacional, deben utilizar procesos adecuados en sus cultivos, para mitigar los efectos de las inundaciones y las fuertes lluvias.

“Lo principal es que la preparación del suelo no permita que se acumule agua en la superficie, es decir, el agua lluvia debe infiltrarse en el suelo o escurrir, para evitar pudriciones de la semilla y/o plantas. En zonas con mucha pendiente, lo ideal es plantar en curvas de nivel. Las semillas deberían ser tratadas con desinfectantes de semillas, y también con fungicidas e insecticidas”, explica el director ejecutivo de Syngenta Latinoamérica Norte, Rafael Del Río, quien como agrónomo aconseja a los agricultores para que sus cultivos no se vean afectados por la alta acumulación de agua.

En el país, los cultivos que se pueden ver más afectados son los de papa, hortalizas y los de frutas como el banano. Los mayores riesgos que enfrentan estos cultivos en épocas de invierno son la muerte por heladas, pudriciones al cuello por inundaciones y ataque de hongos. La forma de prevenirlo, es con una buena preparación de suelo, desinfección de semillas y plántulas, y usar un programa de control de enfermedades con productos sistémicos y de contacto con modos de acción sobre los distintos males.

“En época de lluvias y en cultivos que tienen una alta tasa de crecimiento, se deben escoger productos sistémicos que protejan los brotes nuevos, intercalando aplicaciones de productos de contacto que tengan una buena adhesión a las hojas y tallos para que no sean lavados por las lluvias. Un programa bien diseñado considerando todo lo anterior no requiere de un aumento del número de aplicaciones de fungicidas y pesticidas” enseña Del Río.

Lo más importante para los agricultores, es que cuenten con asesoría técnica, acompañamiento para sus cultivos, que hagan uso de las técnicas de aplicación y utilicen productos efectivos y de muy buena calidad, pues muchos de estos, que parecen similares, en condiciones de lluvia, se comportan diferente. Los componentes de la formulación hacen que un producto se lave o no de la planta, después de una lluvia y eso está directamente relacionado con un buen o mal control.

También los componentes de un producto permiten que la penetración en la planta, sea más rápido o lento, evitando que sea lavado de la superficie de las hojas por la lluvia. Siempre es bueno alternar productos en diferentes modos de acción, para evitar que se cree resistencia de las plagas o enfermedades a un producto particular.

Mitigando el impacto para el futuro

Es importante mitigar de forma inmediata los efectos actuales que han traído las olas invernales al país. Sin embargo, es igual o más significativo trabajar para enfrentar los fuertes cambios climáticos que azotan varias regiones del mundo. La reforestación y el cuidado de las fuentes hídricas son una de las claves para conseguirlo.

Syngenta ha realizado un trabajo formal, desde hace 16 años, con el objetivo de cuidar las cuencas de los ríos, de la mano de la comunidad. El proyecto Ecoaguas desde su creación ha sembrado más de 765.000 árboles en los municipios de Tulúa, Pradera y Florida; en el Valle del Cauca y Miranda en el Cauca. Adicionalmente y sumándose a la iniciativa global de las Naciones Unidas, en el día Mundial del agua, Syngenta con su programa Ecoaguas y de la mano con la comunidad, plantó 1.500 árboles nativos más en las diferentes zonas.

“Para Syngenta la conservación de los recursos naturales es parte esencial de una agricultura sostenible, por eso ha dedicado todos sus esfuerzos a reforestar las cuencas de los ríos y apoyar a la comunidades aledañas”, aseguró el gerente de asuntos corporativos de Syngenta Latino América Norte, Pablo Casabianca.

Los agricultores del mundo podrían producir lo suficiente para cumplir con las necesidades de alimento, combustible y fibra necesarios, si la tecnología, los recursos naturales y las personas son los pilares fundamentales para la innovación en el campo.

Estos tres elementos construyen la base de un sistema de producción sostenible en el que la tecnología permite mejores soluciones para que los agricultores incrementen su productividad y rentabilidad, y así aumentar la eficiencia de recursos y ayudar a alcanzar la seguridad de los alimentos de una manera social y ambientalmente responsable.