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Los dueños de Minera San Esteban, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, han sido acusados por familiares, parlamentarios y autoridades por la falta de seguridad en una explotación que comenzó a operar en el siglo XIX.

Minas y Energía

Mina San José, escenario de la tragedia, enfrenta incierto futuro

El yacimiento San José, propiedad de la empresa Minera San Esteban y escenario del accidente y rescate de 33 mineros, se enfrenta a un futuro todavía incierto.

15 de octubre de 2010

Las posibilidades que le aguardan a esta explotación minera con más de un siglo de antigüedad, donde hasta el pasado 5 de agosto se extraía cobre y alguna vez también se sacó oro, son transformarse en un memorial o reorientar su explotación.

A corto y medio plazo la actividad de la mina está descartada. El presidente Sebastián Piñera anunció que en el lugar que hasta ayer ocupaba el llamado "campamento Esperanza" se erigirá un memorial para que las futuras generaciones recuerden la epopeya del rescate.

"Este campamento 'Esperanza' va a reflejar la esperanza de los chilenos en el futuro. Vamos a construir un memorial para que esta verdadera hazaña que han realizado los mineros y sus familiares se mantenga y nos guíe en el futuro", anunció el mandatario.

Pero además Piñera advirtió que el yacimiento San José y otras minas en donde se han repetido los accidentes laborales no volverán a operar "hasta que no garanticen que la vida y la seguridad de sus trabajadores están resguardadas".

Los accidentes mineros han dejado en Chile 373 muertos en la última década y 31 en lo que va del año, según datos del estatal Servicio General de Geología y Minería. "Un país que quiera ser desarrollado debe cuidar a sus trabajadores, que merecen una protección que muchas veces en el pasado no han tenido", advirtió Piñera.

El lugar que pudo haber sido escenario de la peor tragedia en la historia de la minería chilena hubiera requerido una inversión de ocho millones de dólares para garantizar la seguridad de sus trabajadores.

Los dueños de Minera San Esteban, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, han sido acusados por familiares, parlamentarios y autoridades por la falta de seguridad en una explotación que comenzó a operar en el siglo XIX.

Lo tres sondeos realizados para rescatar a los mineros permitirán disponer de nueva información geológica sobre el yacimiento, lo que ha alimentado los rumores sobre la existencia de una supuesta veta rica en oro y cobre encontrada durante las labores de perforación para llegar hasta el refugio de los mineros.

"Se dice que los sondajes realizados descubrieron una veta muy rica y, por lo tanto, podría significar que en vez de estar quebrada esta empresa, este incidente hubiera transformado a estas personas en multimillonarios", afirmó días atrás el profesor Gustavo Lagos de la Universidad Católica, una de las más prestigiosas de Chile.

Aunque algunos mineros de los equipos de rescate sostienen que el material removido contenía cobre y oro, el profesor Lagos puntualizó que esta hipótesis hay que confirmarla. Pero el jefe del equipo de rescate, André Sougarret, ejecutivo de la empresa estatal Codelco, la mayor productora de cobre del mundo, asegura que "no existe ni un gramo de oro en los 9.500 metros de sondajes realizados".

Además de convertirse en un museo, el futuro de la mina San José ofrece otras posibilidades.

Una de ellas, según el diario "La Tercera", es alquilarla a una compañía con mayor solidez financiera que Minera San Esteban para que explote los otros tres yacimientos que posee y que están situados junto al siniestrado.

Además, el yacimiento San José también podría ser usado como tanque subterráneo para depositar los relaves o desechos de la actividad minera.

Pero antes la justicia deberá decidir acerca del futuro de la empresa Minera San Esteban, sobre la que pesan deudas que ascienden a 19 millones de dólares, y la responsabilidad penal de sus dueños, contra los que familiares de los mineros accidentados han presentado querella por lesiones y les reclaman indemnizaciones por diez millones de dólares.

 

EFE