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DIPLOMACIA

Más complicaciones a la crisis diplomática

La crisis que involucra a tres países se agravó después de que Colombia acusó al presidente venezolano, Hugo Chávez, de apoyar grupos terroristas.

4 de marzo de 2008

El comercio binacional de Colombia y Venezuela quedó paralizado por la tensión, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, afectado directamente por la crisis que estalló después de que Colombia bombardeó territorio ecuatoriano dando muerte al líder de las FARC Raúl Reyes, dijo que buscará una solución al conflicto por medios pacíficos.

Mientras, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, respaldó al mandatario colombiano Alvaro Uribe.

Bush también acusó a Chávez de hacer "maniobras provocativas" contra Colombia e instó a oponerse a cualquier acto de agresión en la región andina.

"Nuestro mensaje al presidente Uribe y al pueblo colombiano es que continuaremos a su lado y defendemos a nuestros aliados democráticos," dijo Bush, quien pidió una vez más al Congreso aprobar un Tratado de Libre Comercio con Colombia.

Colombia es considerado como el principal aliado de Estados Unidos en la región en momentos en que gobernantes de izquierda ganan protagonismo, mientras que Washington apoya con millonarios recursos la lucha de Uribe contra la guerrilla y el narcotráfico.

En medio de la tensión, el mandatario ecuatoriano inició en Perú una gira por cinco países de Latinoamérica en una ofensiva diplomática para explicar su posición frente al conflicto colombiano.

Ecuador rompió sus relaciones diplomáticas con Colombia por el ataque que consideró como una "masacre" que violó su soberanía; mientras que Venezuela expulsó al embajador de Bogotá en Caracas y ofreció respaldo al Gobierno de Quito, uno de los más cercanos aliados de Chávez en la región.

Uno de los máximos puntos de la tensión en la jornada surgió cuando Uribe anunció una demanda contra Chávez ante la Corte Penal Internacional por su supuesto apoyo a las FARC.

"El Gobierno bajo mi responsabilidad se propone denunciar ante la Corte Penal Internacional al presidente Hugo Chávez, de Venezuela, para que explique el presunto delito de financiación de genocidas," dijo Uribe en declaraciones a periodistas.

"No podemos permitir que país alguno, que Gobierno alguno, se solidarice y se convierta en cómplice de los terroristas. Nosotros no somos guerreristas pero no somos débiles, nosotros no podemos permitir que estén terroristas refugiados en otro país causando el derramamiento de sangre de nuestros compatriotas," advirtió.

Pruebas comprometedoras
El anuncio se produjo después de que documentos e información encontrada en los computadores de Reyes, un importante comandante de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dejó al descubierto nexos de los gobiernos de Caracas y Quito con esa guerrilla.

En la operación militar colombiana en territorio de Ecuador también murieron otros 23 rebeldes.

Uno de los documentos dejó planteado una posible financiación con 300 millones de dólares del Gobierno de Chávez a las FARC, situación que fue negada por Caracas.

Autoridades colombianas también revelaron un supuesto compromiso de Chávez para entregar fusiles viejos a ese grupo rebeldes conformado por unos 17.000 combatientes e incluido en una lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y de la Unión Europea.

Colombia también acusó a Ecuador de tener contactos con las FARC, a sus espaldas, por motivos políticos, denuncia que Correa calificó de "canallada" en el inicio de una gira por Perú, Brasil, Venezuela, Panamá y República Dominica.

"Detectaron con premeditación (la base de Reyes) y en lugar de avisarnos, quiso un trofeo de guerra y no le importó agredir a un país hermano," dijo Correa en tono enérgico refiriéndose a Uribe, contra quien lanzó duras palabras.

Al llegar a Lima para reunirse con el presidente peruano, Alan García, afirmó que "el presidente Uribe no quiere la paz, quiere la guerra" y dijo que va a ser muy difícil hablar con esa persona que "miente descaradamente."

Los gobiernos de Caracas y de Quito reconocieron encuentros de algunos de sus funcionarios con las FARC, pero aclararon que fueron gestiones humanitarias destinadas a buscar la liberación de personas secuestradas por la guerrilla, incluida la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

"Una cosa es la gestión humanitaria que siempre hemos agradecido y otras cosa es tener complicidad e incurrir en el delito de albergue y financiación de genocidas," replicó Uribe.

El presidente de Perú afirmó que Venezuela no debería añadir fuego al conflicto que enfrenta a Bogotá y a Quito y en el que se involucró el Gobierno de Chávez.

"Nadie más debe interponerse en este problema. Yo creo que la presencia de un tercer país en este tema no hace bien," afirmó Alan García.

El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, dijo que Colombia violó la soberanía territorial de Ecuador y agregó que el mandatario ecuatoriano merece que Uribe le ofrezca una disculpa.

Crisis afecta comercio
Mientras las palabras de Uribe producían más tensión a la crisis que en concepto de analistas amenaza con desatar un conflicto de graves consecuencias, el intercambio comercial terrestre entre Colombia y Venezuela quedó paralizado por la suspensión de las actividades en las aduanas de ese país en tres puestos fronterizos.

Colombia y Venezuela, que comparten una frontera terrestre de 2.219 kilómetros, mantienen un activo intercambio comercial que en el 2007 ascendió a más de 6.000 millones de dólares.

Por su parte las FARC anunciaron que la muerte de Reyes golpeó seriamente la posibilidad de un acuerdo humanitario para buscar la liberación de 40 rehenes políticos, incluida Betancourt, de 46 años.

"La alevosía del ataque, la perversidad y el cinismo mentiroso de Alvaro Uribe para deformar las circunstancias de la muerte del comandante Raúl, no sólo tensionan peligrosamente las relaciones de este Gobierno con las repúblicas hermanas, sino que golpearon de gravedad las posibilidades del intercambio humanitario," dijeron las FARC en un comunicado.

El grupo rebelde aseguró que Reyes murió en Ecuador mientras cumplía la misión destinada a concretar, a través del presidente de Venezuela, una entrevista con el mandatario francés Nicolas Sarkozy, para buscar una solución a la situación de Betancourt y los demás rehenes.

Las FARC, que nombraron al comandante Joaquín Gómez como reemplazo de Reyes, mantienen secuestradas a 40 personas por motivos políticos y buscan intercambiarlas por 500 guerrilleros encarcelados.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, hizo un llamado a la región para buscar la paz y buscar la liberación de los rehenes en poder de las FARC.

"Quiero como presidenta de todos los argentinos convocar a toda la región latinoamericana al compromiso con la paz y con la liberación también de Ingrid Betancourt y los rehenes en Colombia," dijo la mandataria argentina.

Pese al escalamiento de la crisis con el anuncio de Uribe en relación con Chávez, el propio mandatario dijo que no reforzará la presencia militar en las fronteras con Venezuela y Ecuador, que sí lo hicieron.

Adicionalmente, en una internacionalización de la crisis, el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, denunció en Ginebra que las FARC estaban planeando fabricar una "bomba sucia" con material radioactivo, lo que representa una amenaza para la región latinoamericana.

 

 

Reuters