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Hay un crecimiento de los mercados piratas en América Latina en los que se encuentran desde una extensa oferta musical hasta todo tipo de electrodomésticos, teléfonos inteligentes y cámaras digitales.

Industria

Los paraísos "notorios" de la piratería, según Washington

¿Paraíso de la piratería o proveedor de diversión para los pobres? En los mercados piratas se encuentra desde música hasta electrodomésticos, teléfonos y cámaras digitales.

3 de marzo de 2011

BBC Mundo encontró opiniones distintas frente a los ejemplos latinoamericanos en una reciente lista estadounidense de sitios "notorios" en el mercadeo de productos piratas. Son lugares señalados por Estados Unidos como una amenaza para el crecimiento y el éxito de numerosos negocios alrededor del mundo.

La lista, presentada por el jefe de la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, Ron Kirk, resalta el caso de China e incluye a cinco lugares en América Latina entre los 17 mencionados en todo el mundo: el mercado de Bahía en Guayaquil (Ecuador), Ciudad del Este (Paraguay), La Salada en Buenos Aires (Argentina), Tepito en Ciudad de México y los San Andresitos de Colombia.

Según el comunicado oficial, la lista no es exhaustiva ni "refleja el descubrimiento de una violación de la ley". Sin embargo, aclara el mismo comunicado, "Estados Unidos urge a las autoridades responsables intensificar esfuerzos para combatir la piratería y la falsificación en esos mercados". "Estos mercados no sólo hieren a los trabajadores y negocios en EE.UU., también representan una seria amenaza a los empresarios y la industria alrededor del mundo", advirtió Kirk.

De la música a la cámara digital
El informe se refiere tanto a mercados "reales" como a mercados "virtuales" y destaca el caso del buscador en internet Baidu, el más popular en China y uno de los diez más vistos en el mundo. Según el departamento de Comercio estadounidense, Baidu permite encontrar páginas que promueven productos y material pirata. El documento también menciona a varios sitios de pago-por-descarga, índices de BitTorrent y páginas web que transmiten en vivo eventos deportivos sin contar con los derechos necesarios. Y destaca además la existencia de numerosos lugares físicos donde se comercian productos falsificados, como centros comerciales, mercados en la calle o áreas determinadas de una ciudad.

"Entendemos que tiendas de computadoras alrededor de China venden productos con sistemas operativos y programas ilegales", explicó Kirk. Y el representante también alertó sobre el crecimiento de los mercados piratas en América Latina en los que se encuentran desde una extensa oferta musical hasta todo tipo de electrodomésticos, teléfonos inteligentes y cámaras digitales. "La piratería y la falsificación de productos atentan contra la innovación y la creatividad, elementos que son vitales para nuestra competitividad", lamentó.

Los mercados de América Latina
El informe describe al mercado de Bahía en Guayaquil, Ecuador, como "un extenso mercado con al menos 1.000 vendedores que comercializan grandes cantidades de bienes ilícitos, muchos de los cuales son ya sea productos falsificados o bienes robados del puerto de Guayaquil".

También afirma que la economía de Ciudad del Este, Paraguay, se basa en parte en el tráfico de productos falsificados o robados, especialmente electrodomésticos y que "esta actividad se extiende a toda la región de la Triple Frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil, creando un semillero para la piratería y la falsificación".

El mercado de Tepito en Ciudad de México, por su parte, es descrito como el principal centro de almacenamiento y distribución de los productos piratas y las falsificaciones que se comercializan en numerosos mercados informales de todo México. Mientras que el mercado de La Salada, en Buenos Aires, está incluido en la lista por ser "el más grande de varios mercados bien establecidos en la capital argentina que han sido citados por estar involucrados en el tráfico de productos falsificados".

Por último, están los San Andresitos de Colombia: "mercados de diferentes dimensiones esparcidos por todo el país famosos por la reproducción no autorizada de música, películas y juegos de video". Y la lista también incluye mercados, bazares y establecimientos comerciales en Rusia, Ucrania, China, Hong Kong, Indonesia, Tailandia, Filipinas, India y Pakistán.

"Amortiguador social"
El tema de la piratería, sin embargo, es visto desde una perspectiva muy diferente por la gente que se gana la vida en estos mercados. Es el caso de Tepito, en la capital mexicana. Para Alfonso Hernández, del Centro de Estudios Tepiteños, el fenómeno ha sido fomentado, al menos en parte, por la propia industria del espectáculo. "Hacen que la gente esté entretenida, viendo. Y una vez que tienen un mercado cautivo, viene la ley", le dijo a BBC Mundo. Y, para Hernández, tampoco hay que perder de vista la disponibilidad de productos del espectáculo a bajo precio también sirve como "amortiguador social". "Permite que la gente esté con los audífonos, desconectada de sus problemas mañana, tarde y noche", explicó.

Productos recientes
Al mismo tiempo, para muchos, esta oferta es la única que les permite acceder a los productos culturales más recientes, ya sea que se trate de canciones o películas. "En Tepito hay películas hasta a tres pesos y MP3s en audio con 120 melodías a tres pesos", explica Hernández. "Mientras, la renta en un Blockbuster cuesta 20 pesos y si uno quiere comprarla debe pagar 80", afirma.

Además, en un contexto en el que no abundan las oportunidades, Hernández cree que la economía informal del mercado de Tepito es la única que está contrarrestando a la economía criminal: el narcomenudeo y el crimen organizado.

Pero el cronista del barrio de Tepito tampoco acepta la descripción del mercado que se hace en el informe del departamento de Comercio. "Sí hay piratería, pero los principales productos son ropa y zapatos", explica. Una razón son los bajos márgenes de ganancia. Otra, las dificultades de lo que él denomina "la economía de la vigilancia", expresada en operativos nocturnos de la policía y cámaras de vigilancia policial.