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COMERCIO EXTERIOR

La suerte incierta del TLC

Colombia necesita que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos sea aprobado antes del vencimiento de las preferencias del ATPDEA. ¿Se logrará?

María Antonia Pardo
10 de agosto de 2006

El proyecto de acuerdo entre los dos países está sobre la mesa hace seis meses, sin embargo, la suerte del TLC aún no está clara. El 27 de febrero de este año, fecha de cierre de las rondas de negociación entre los dos países, el cronograma parecía cuadrar. Los negociadores colombianos, incluido el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, creían fervientemente que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos entraría en vigencia el 1 de enero de 2007.

Pero en este momento, cuando faltan menos de cinco meses para que los productos colombianos se queden sin las preferencias arancelarias para entrar a Estados Unidos, la ratificación del TLC no se vislumbra cercana. Las inconsistencias lingüísticas que denunció Colombia en mayo, retrasaron el proceso hasta tal punto que en este momento no existe un texto definitivo en el que estén de acuerdo tanto estadounidenses como colombianos. Recientemente las partes negociadores se pusieron de acuerdo alrededor del tema más controversial, el agrícola, pero dejaron en el tintero preocupaciones del sector agropecuario como lo concerniente al tema de la importación de carne de reses mayores a 30 meses, edad en la que aumentan las posibilidades de contagio de la enfermedad de las vacas locas.

En la página web del USTR (Office of the United States Trade Representative), la representante de comercio, Susan Schwab, publicó el texto en inglés del TLC entre Colombia y Estados Unidos. Este paso es indispensable para que el proceso arranque en ese país, pero preocupa la leyenda que lo acompaña: “el texto está sujeto a una revisión legal para su precisión, claridad y coherencia, así como para garantizar la coherencia entre las versiones en inglés y en español".

Así que el problema de las inconsistencias no se han superado del todo, como se pensaba hace un mes, y ello sólo contribuye a que se siga dilatando la ratificación del TLC en los dos países. A este escollo se suma otro: muchos congresistas estadounidenses están en plena campaña porque aspiran a ser reelegidos en las próximas elecciones para Congreso que se llevarán a cabo en noviembre. Es probable que en este momento el TLC con Colombia no sea una prioridad para los legisladores y sus esfuerzos estén más concentrados en sus aspiraciones políticas inmediatas, que en la aprobación de un tratado bilateral con un país tercermundista.

Es la hora que el Presidente George Bush no le ha manifestado al Congreso estadounidense su intención de suscribir el tratado en cuestión, notificación que es indispensable para que empiecen a correr los 90 días que dispone el legislativo norteamericano para revisar el texto y aprobarlo desde el punto de vista jurídico. Siendo así las cosas, la meta no se logrará y la entrada en vigencia del TLC podría tardarse hasta un año más.

Por eso el Presidente Álvaro Uribe ha expresado públicamente, durante el II Foro Internacional “Cultivar y Exportar el Trópico, la experiencia de Tailandia aplicable a Colombia” y en el lanzamiento del libro “Después del TLC ¿Qué?”, escrito por el ex ministro de Agricultura y actual codirector del Banco de la República, Carlos Gustavo Cano, que está preocupado por el futuro del TLC ya que presiente una falta de consenso sobre el mismo en el legislativo norteamericano.
 
Confirmó además que viajará en pocos días para acelerar el proceso personalmente en el Capitolio: “Me preocupa que en Estados Unidos existan válidos temores sobre la cantidad de votos que se requieren en el Congreso norteamericano para aprobar el TLC. Me preocupa mucho que el tema de las elecciones de noviembre en Estados Unidos dilate indefinidamente la firma del tratado. Nos angustia muchísimo que llegue el 31 de diciembre, culmine la vigencia de las preferencias unilaterales y no tengamos en tránsito o aprobado en el Congreso norteamericano este tratado".

La carrera contra reloj empezó en forma. Al Presidente Uribe le tocará iniciar una campaña maratónica para no dejar en el limbo a las exportaciones colombianas que tienen su nicho en el mercado estadounidense. Esto lo puede conseguir de dos formas: acelerando el proceso de firma y ratificación del TLC o logrando una prórroga importante del ATPDEA.

Martín Gustavo Ibarra, socio de la firma Araujo, Ibarra & Asociados S.A., mantiene su optimismo frente al TLC pues afirma que éste no es sólo importante para Colombia, sino que lo es también para Estados Unidos: “En América Latina, Colombia es el cuarto socio comercial de Estados Unidos y el primer comprador de alimentos provenientes de ese país. Además, el gobierno de EU tiene clara la importancia de la economía colombiana para mantener la estabilidad de la subregión, por ello creo que lo más seguro es que el TLC tenga una cláusula de retroactividad según la cual, y en el caso que el Presidente no consiga una prórroga del ATPDEA, Estados Unidos se compromete a devolver el sobre costo asumido por los exportadores colombianos del 1 de enero de 2007 hasta el día en que formalmente se ratifique y entre el vigencia el TLC”.

Como señala Ibarra, el peor escenario que puede presentarse sería quedarse sin TLC y sin ATPDEA a finales de este año, caso en el cual productos de exportación de sectores como el textil, el floricultor o el bananero, perderían competitividad de la noche a la mañana sin las preferencias que hasta ahora le han permitido una entrada privilegiada al país del norte. El problema radica en que esas exportaciones representan el 40% del total exportado por Colombia y una cifra cercana a US$20.000 millones en la balanza comercial del país.