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La suerte está echada para los carros coreanos

Mientras las dos más grandes marcas de vehículos importadas del país -Hyundai y Kia- siguen ganándole participación a las ensambladoras, el camino parece despejarse aún más para las coreanas luego de conocerse las condiciones en que entrarían los vehículos al país en un eventual TLC con el país asiático.

15 de junio de 2012

Termina la incertidumbre sobre las condiciones en que los vehículos coreanos, en un contexto de libre comercio, entrarían al mercado colombiano.

La desgravación de los automotores procedentes del país asiático, en el contexto de un Tratado de Libre Comercio, se hará gradualmente (3,5% anual) durante 10 años.

En la opinión del ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, los ensambladores, que esperaban unas condiciones que les permitiera asegurar su competitividad, podrán hacer los cambios necesarios para lograr mayor competitividad en la industria.

Por otro lado, los importadores de marcas coreanas, que querían una desgravación rápida para ganar protagonismo en el mercado, tendrán la reducción de 3,5% en los aranceles año a año, aumentando gradualmente la competencia en precios que esperan.

Sin embargo, entre más tiempo se demoré en entrar en vigencia el acuerdo comercial, será un tiempo de ventaja para los importadores de vehículos desde Estados Unidos.

Frente a las condiciones que requerían los ensambladores, el vicepresidente de Hyundai Colombia, Gustavo Lenis, dice que ya deberían estar listos para un mercado global, pues ha sido una industria protegida durante 50 años.

Además, el directivo no puede entender porque estas empresas han hecho tanto lobby con el gobierno para condicionar el TLC con Corea y, en cambio, “no lo hicieron con acuerdos como el de México, Estados Unidos, Canadá, Mercosur o Europa, mercados que significan casi el 50% de la industria global entrando libremente al país”.

Por su parte, los directivos de Metrokia  afirman “las ensambladoras colombianas están saliendo a dar sus opiniones propias, buscando intereses individuales  y en realidad este es un tema del Gobierno, quien tiene que evaluar las conveniencias nacionales.  Particularmente nosotros estamos con la decisión que el Gobierno tome en Pro de los intereses nacionales y no particulares”.

Aún así, el presidente de GM Colmotores, Jorge Mejía, reitera que la inclusión del sector automotor en la posible firma del Tratado traería riesgos debido a que no existen oportunidades reales de intercambio entre los dos países.

“Nuestra visión es a futuro. Queremos mirar hacia adelante y trabajar de la mano con el gobierno nacional y con los autopartistas para fortalecer los aspectos necesarios, y hacer de la apuesta a la industria automotriz colombiana una realidad”, afirma Mejía.

Explica que la industria tiene oportunidades competitivas para consolidarse como un sector de clase mundial; sin embargo, advierte que es necesario replantear una nueva política que genere más empleos, más inversiones locales y sea benéfica para la industria y para los consumidores.

“Un aspecto importante que se debe considerar es la modernización de la infraestructura colombiana. Es imperativo que se realicen inversiones urgentes para ejecutar las vías, modernizar los puertos de manera transparente y rápida para no limitar el potencial de crecimiento del país”, agrega el directivo de la ensambladora.

Lo cierto es que la firma de un TLC entre Colombia y Corea del Sur significaría, entre otros beneficios, una reducción del 33% sobre el valor del precio de venta de cada carro importado.

Es decir, si un vehículo como el Hyundai i25, que hoy cuesta cerca de $40 millones, se desgravara inmediatamente el precio no superaría los $30 millones.