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Las ventas del comercio crecieron fuertemente en julio. | Foto: Francisco J. Gómez Villamizar

Negocios

La industria musical busca un nuevo sonido rentable

Mientras el cd pierde fuerza por la piratería y la descarga de música en internet, los protagonistas de este negocio exploran otras oportunidades para recuperar el terreno perdido.

Francisco J. Gómez Villamizar
10 de julio de 2007

La explosión de las descargas de música por internet, la aparición de nuevos dispositivos como los Ipod, el surgimiento de los timbres polifónicos, además de la piratería circulante en las calles y en los locales de cd’s en formato mp3, amenaza hace algunos años con la extinción de las casas disqueras y de un nutrido grupo de personas que viven del comercio de la música.

Tanto artistas como productores de música, empresarios de conciertos y propietarios de tiendas de discos se las han tenido que ingeniar para no desaparecer del mercado.

Las ventas del sector han caído como lo demuestran las cifras recolectadas por Apsif (Asociación para la Protección de los Derechos Intelectuales sobre Fonogramas y Videogramas Musicales de Colombia). Mientras en 2000 las ventas de discos sumaron $111.700 millones, seis años después la cifra cayó a $56.545 millones. El decrecimiento de 50% en seis años, significa una pérdida en las ventas de alrededor de 8,3% por cada año que pasa.

Y para el cierre de 2007, los jugadores de esta industria no ven una recuperación, salvo una excepción: Sony. Algunos incluso se atreven a señalar la desaparición del cd musical en el formato como todos lo conocen a la vuelta de algunos años. Unos creen que será dentro de cinco, otros pronostican que dejará de ser comercial para el 2015.

¿Qué pasó?
No se sabe si fue un descuido de la industria, excesiva confianza en los consumidores o una total sorpresa para todos los que intervienen en el negocio. Lo cierto es que el cd en formato mp3, la facilidad de guardar música en dispositivos como el Ipod, las memorias portátiles, los celulares reproductores de música y la venta de cd’s informales en las calles desplazaron en pocos años al cd que había sido el rey de las preferencias de los consumidores, hasta que todo se pudo “quemar”, como se le conoce a la grabación de canciones y películas desde el computador en discos compactos.

Esta tendencia mundial llegó más temprano que tarde a Colombia. Como lo reconoce Álvaro Lahidalga, gerente de mercadeo y ventas de K Discos (empresa que representa a las disqueras Warner, Elektra, Atlantis, Wea, entre otros) el negocio “...se enfermó al entrar la piratería, fue el comienzo del fin para el disco formal”. Para este empresario comenzó a hacerse insostenible el precio del cd. Alrededor de su venta viven los artistas, productores, managers, compositores y una serie de integrantes que encarece el producto.

Fue así como discos de un alto formato, con los álbumes de fotos, letras de canciones a un costo promedio entre $40.000 y $30.000 en 2000 comenzaron a bajar de precio al punto que hoy se consiguen en $19.990.

K Discos, con una participación en ventas aproximada de 12% del total nacional, cifra que la convierte en el cuarto competidor del mercado, estima que no sólo la piratería ha dañado el negocio. La digitalización de la música también ha convertido a los jóvenes en un segmento al cual es muy difícil llegar, debido a que se han acostumbrado a bajarla de internet.

Esta situación también ha afectado a la industria de DVD’s, otro segmento del negocio, por el cual se paga un precio mucho más alto, hasta de $70.000 por un producto original, mientras que “pirata” se consigue en $5.000, con las obvias deficiencias en calidad de imagen y sonido.

“Si bien la industria discográfica está en crisis por la piratería, se ve que el negocio de la música está creciendo”, sostiene Fernando López, vicepresidente de ventas y promoción de Codiscos, quien se refiere a la promoción de artistas, al aumento de conciertos y las ventas de ringtones. La participación de esta empresa en ventas corresponde a un 10%, según sus estimaciones.

De acuerdo a sus cálculos, la disminución en lo corrido del año en las ventas totales de cd`s ha sido de un 18%. Aunque al comparar mayo de 2006 con el de este año se nota un aumento de 22%. La venta de combos (cd de música, más DVD) ha sido parte de la estrategia de esta empresa para no rendirse ante las ventas informales.

Por su parte Rafael Mejía Osorio, gerente nacional de ventas de Discos Fuentes opina que la tecnología ha permitido piratear discos como no se había visto antes. “Antes era imposible. Se podía copiar un disco a un casete, pero la calidad era deficiente. Ahora no. Basta con trasladar archivos para escuchar la música favorita en cualquier parte”, indica. Esta casa disquera tiene una participación de 13% en el total nacional de ventas.

Nuevas tendencias
Las disqueras y las tiendas de discos han repensado el negocio y han explorado otros segmentos donde no habían incursionado. Las estrategias van desde la promoción de conciertos de los artistas para obtener utilidades, hasta el cobro de una tarifa por los derechos de música en celulares precargados con temas de moda, ringtones. Hasta los mismos músicos y solistas han trabajado en otras posibilidades.

Según Lahidalga el futuro de este negocio se encuentra en la venta de ringtones de celulares, en dispositivos precargados, en el cobro de descargas por internet y en la promoción del artista. “Actualmente algunos portales cobran por bajar una canción de internet 99 centavos de dólar. Si la canción es la que está de moda, el tema cuesta US$1.25. Si se descargan 12 canciones, por ejemplo, el total que habría que pagar es el mismo que si se compra un cd nuevo”, señala.

Sostiene que tarde o temprano llegarán las “tiendas dispensadoras”, un formato desconocido en el país, pero que empieza a surgir en Estados Unidos. “El cliente puede escoger las canciones a su antojo, grabar el cd y llevárselo a la casa, en cualquier momento eso se va a trabajar”, opina Lahidalga. Otra forma de comerciar con música ha sido el cobro por descarga de ringtones. Por ejemplo, si la descarga de la canción vale $3.000, un 50% va para la página del operador y el otro 50% para la disquera. A su vez esta lo reparte a los demás actores del negocio.

Por su parte, Discos Fuentes le apunta a la inversión en tecnología para comercializar otros formatos. Mejía señala que su disquera ha realizado fuertes inversiones en tecnología de karaoke. “Somos una compañía pionera en el uso de karaoke donde el intérprete puede interactuar como si fuera un artista. Hemos elevado la tecnología al desarrollo de un hardware en que el protagonista es el usuario por la interacción que tiene”, señala Mejía.

La apuesta también ha sido por las presentaciones de artistas. “La música se sigue vendiendo”, indica López, de Codiscos. “Nuestra estrategia también se ha enfocado a bajar el costo de los discos. Un trabajo del Gran Combo de Puerto Rico o el último disco de Peter Manjarrez se consigue en el mercado por $20.000”, afirma el empresario.

¿Mala administración?
Para Sony BMG, la música seguirá tan vigente en tanto viva la humanidad. “Al que le va mal se queja. Nosotros poseemos una participación del 70% de las ventas. Nuestras ventas demuestran que el negocio de la música está más vigente que nunca”, explica Luis Alberto Laverde, gerente nacional de ventas de la compañía en Colombia.

“El secreto está en las buenas administraciones”, dice Laverde. La fortaleza de ellos está en contratar buenos artistas como Jorge Zeledón y Los Zuleta por el lado nacional y con Vicente Fernández y Gloria Estefan, por el lado internacional, entre muchos más.

Su catálogo reúne a 18.000 artistas. “Trabajamos de gancho con empresas grandes que quieren sacar sus cd’s propios, como Coca- Cola, Movistar, Comcel, que sacan sus discos propios, con los éxitos del año y productos similares”, dice Laverde, lo que les ha llevado a concluir que el cd aún tiene permanencia en el negocio.

También se han dedicado a la promoción de conciertos de artistas por medio de la compañía Day One. “Hacemos conciertos con los artistas que firman con Day One, sin que necesariamente hayan sacado trabajos con Sony. Hemos tenido muy buenos resultados”, manifiesta el ejecutivo. Aunque este ha sido un negocio que hasta ahora comienza a manejarse por la disquera, en su opinión “... a nadie le corresponde más esta labor como a quien saca un trabajo del artista”. Actualmente esta tarea es considerada más un negocio para empresarios independientes que llevan las giras de los cantantes de ciudad en ciudad.

Otras oportunidades
El reto de vender discos ha significado para artistas nuevos como Naty Botero buscar otras formas de promocionarse. “Llevo un año en escena mi trabajo y para mí el disco no ha sido mi sustento”, señala la cantante colombiana. Para ella, ahora la tendencia de la música como negocio está orientada hacia los conciertos y lo que se puede ganar por escribir canciones y cobrar por esos derechos.

“Es el caso de Fonseca que le escribió una canción a Vicente Fernández y cobró por eso”, dice la cantante. Parte del éxito de un artista está en el “publishing” como se le conoce a esta parte.

Las tiendas de discos como Forum, en Bogotá, le apuntan a un tipo de consumidor que prefiere pagar por calidad y por una copia que perdurará en el tiempo. Como señala Harold Bastidas, gerente de Forum, “... vamos dirigidos al coleccionista, al que le gusta un tipo de trabajo bueno. Estamos explorando estrategias que han funcionado en Europa para ponerlas en práctica en Colombia”, indica Bastidas.

El futuro del disco parece incierto. Mientras en K Discos pronostican que en cinco años dejará de ser comercial, en Sony creen que este durará más de lo que se cree, como le ha pasado al libro o a la radio, cuyos detractores le han puesto la lápida por cuenta de la revolución digital. El único pronóstico para todos es que la música seguirá siendo rentable. Lo importante es descubrir el cómo.