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Victor Traverso, representante de la CAF en Colombia.

La CAF triplicará su tamaño en siete años

La Corporación Andina de Fomento crece rápido. Mientras que su cartera creció 44% entre 2004 y 2008, la del BID creció 3%. El plan de capitalización le permitirá tener en 2017, más de US$30.000 millones en créditos.

1 de septiembre de 2009

La Corporación Andina de Fomento, CAF, duplicará el tamaño de su patrimonio y triplicará el de su cartera en los próximos siete años. Esto lo haría pasar de US$4.550 millones a algo más de US$9.000 millones en patrimonio y de US$10.300 millones de cartera a casi US$31.000 millones. Así lo manifestó el representante de este banco regional en Colombia, Victor Traverso.

Eso podía acercar un poco más al pequeño banco regional a su homólogo el Banco Interamericano de Desarrollo, BID. Entre 2004 y 2008, la cartera de préstamos del BID pasó de US$49.800 millones a US$51.170 millones, un crecimiento del 3%. Mientras que la de CAF pasó de US$7.100 millones a US$10.260 millones, un aumento del 42% en ese lapso.

Incluso si efectivamente se triplicara la cartera de la CAF, el banco con sede en Caracas y que fuera la herramienta financiera del Pacto Andino y de la Comunidad Andina de Naciones, seguirá siendo bastante más pequeño que el BID, pero se podría con más facilidad en el mapa de las entidades multilaterales importantes del planeta.

Pero, ¿de dónde sale la distancia en la tasa de crecimiento entre las dos entidades? La gran diferencia entre la CAF y el BID, explica Victor Traverso, es que en la primera entidad los intereses de los accionistas son iguales. “Todos los accionistas son sujetos de crédito independiente de su tendencia política. Por eso todos tienen interés en ejecutar proyectos de desarrollo”, dice.

En el BID o en el Banco Mundial, los países que aportan son distintos de los que reciben el dinero. Por ello, la gobernabilidad es más difícil, se demoran las operaciones y se hace más complejo armonizar los intereses, afirma.

Y cómo sostendrá la CAF el crecimiento de los préstamos. Por lo pronto, para el año entrante, la entidad tiene dos temas prioritarios. De un lado, poner en marcha proyectos que generen empleo, que es la variable que más se ha afectado en la crisis financiera. De otro, apoyar a los gobiernos en las reformas de política económica pendientes tanto en los asuntos de comercio, como de finanzas públicas.

Pero en líneas generales, el aumento de operaciones se podría dar en lo que viene por el interés de los países miembros. “Por cada dólar que aporta un socio recibe US$4 en financiación de proyectos”, afirma Victor Traverso.

Por eso ha sido sencillo mantener el interés en los compromisos de capitalización, mientras que para otras entidades es un verdadero martirio. París y Berlín, por ejemplo, están tratando de convencer a sus socios europeos de girar los 125 millones de euros que comprometieron para entregarle al FMI desde el año pasado.

Lo cierto es que en su nicho de financiación de proyectos, la CAF tiene cómo crecer rápido en los años que vienen.