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El Ingeniero Jairo Escobar Adscrito a la Universidad de los Andes está al frente de este proyecto de investigación

Medio Ambiente

Filtros hechos en Colombia, alternativa frente a la contaminación

En el país se ha logrado desarrollar un filtro a partir de cierto tipo de material y con una estructura específica que permitiría a motores diesel, disminuir en gran medida, la emisión de gases nocivos a la atmosfera, específicamente de partículas de gran tamaño, las cuales son causantes de graves afecciones al sistema respiratorio de las personas.

Manolo Villota Benítez
3 de marzo de 2012

El problema de contaminación se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la humanidad, por lo tanto hoy en día cualquier iniciativa que permita contribuir al sostenimiento del medio ambiente es bien recibida en todas partes del mundo. Sin embargo, en países como Colombia, donde la innovación tecnológica no es precisamente un fuerte, proyectos como los que lidera Jairo escobar, investigador del departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes, no tienen el impulso y la aplicación que se desean.

Escobar diseñó un dispositivo construido a partir de una serie de materiales llamados cerámicos de ingeniería, y que usa la espuma como base de la estructura. Este filtro diseñado para detener las partículas nocivas que contienen los gases emanados de los motores diesel, genera una enorme ventaja sobre los de uso convencional, pues reduce de manera considerable los costos que implica adquirirlos, ya que su precio en el mercado oscila entre los US$1.500 y US$3.000, al igual que los gastos en reparaciones por averías en el motor disminuirían. Estos daños raramente suelen ser asumidos por los propietarios de los vehículos, debido a que cuando el filtro de uso común se tapa, generan entorpecimiento de las funciones del motor y lo que se hace es retirarlos, generando así más daño al medio ambiente.

La filtración de material dañino y la posibilidad de reutilizarse luego de una limpieza especial, generarían aparte del ahorro en mantenimiento y sustitución, una disminución de entre 60% y 70% en la emisión de estas partículas al entorno de la ciudad. La idea está desarrollada, sin embargo lograr aplicarla a la realidad es un asunto totalmente diferente.

La falta de apoyo, una constante

El proyecto tiene como base la creación de tecnología propia para solucionar los problemas que aquejan al medio ambiente, sin embargo, llevar a cabo una idea como esta, requieren de diversos factores que permitan su inclusión en el mercado. Se necesita conocimiento técnico, industria, y recursos económicos que permitan llevar a cabo esta idea. “Nosotros tenemos el conocimiento, pero no existe quien lo fabrique en el país, necesitamos gente que pueda entender que este proceso requiere un tiempo, no solo crearlo sino ponerlo en el aparato productivo” señala Escobar.

Distinto es el caso de otros países que han acompañado este trabajo, y ahora lo han aplicado con miras a mejorar la calidad de  su aire. Tal es el caso de Brasil quien acompañó este proceso de desarrollo hasta cierto punto, para luego, perfeccionarlo de manera independiente.

La Constitución en su artículo 49, el Código penal en el artículo 247 o decretos como el 146 de 2006, en el caso puntual de Bogotá, son solo algunos ejemplos de la existencia de un marco que regula la protección del medio ambiente. Igualmente en el caso de la capital, existen programas encaminados al mejoramiento del aire en la ciudad, como es el caso del pico y placa tanto para transporte público como para carros particulares, sin embargo el nivel de polución en la ciudad es alarmante. Al año la flota de Bogotá emite cinco millones de toneladas de CO2.

El plan decenal de descontaminación del aire en Bogotá que proyecta disminuir al 2020 los niveles de polución en la capital, al implementar iniciativas de este tipo,  vería un importante avance a la hora de cumplir estas metas a largo plazo. No sobra mencionar que según un estudio realizado en 2010 por parte de la Secretaría de Medio Ambiente, si el Distrito no hace efectivas sus políticas de protección, el costo hacia el 2020 ascendería a $17,5 billones en atención de enfermedades respiratorias.

De este modo, dar más cabida y apoyo a los avances que presenta la investigación e innovación propias del país en protección del medio ambiente,  beneficiaría la calidad de vida de la ciudadanía e igualmente el bolsillo de empresas privadas y del Estado.