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Justine Thody, directora para América Latina, Economist Intelligence Unit.

Empresarios tienen que cambiar de planes

Los empresarios colombianos tienen que repensar su estrategia. Si deciden seguir montados sobre las ventas a Estados Unidos tendrán tasas de crecimiento más bajas. Es la opinión de Justine Thody, directora del Economist Intelligence Unit. ¿Qué pasará en Colombia, Venezuela, Chile, Perú y Brasil?

26 de mayo de 2009

“Esta no es una recesión cíclica. Es un cambio fundamental en la estructura de la demanda global”, es el comentario de Justine Thody, directora regional para América Latina del Economist Intelligence Unit, refiriéndose a lo que los empresarios y los países de la región deben saber sobre lo que viene en la crisis global que ya completa nueve meses en su fase más intensa. 

Hasta ahora el consumo de las familias de Estados Unidos representaba el 25% de la demanda de los hogares del mundo. En el futuro, dice, recompondrán sus patrones de gasto: serán menos compradoras y ahorrarán más. “Estados Unidos no será el motor de crecimiento que había sido. Por eso, los que dependen mucho de ese mercado tienen que repensar su estrategia de desarrollo de mediano plazo”, señaló.

El mensaje es claro. Los que decidan quedarse montados sobre el crecimiento del país norteamericano tendrán en el futuro tasas de crecimiento mucho más bajas. 

Esa es una de las visiones más interesantes en el debate sobre lo que se debe hacer para salir de la crisis global. Y esa es una tarea en la que en Colombia gobierno, empresarios y trabajadores tienen que empeñarse, porque el futuro no viene fácil. 

El Economist Intelligence Unit (EIU) aumentó hace pocos días su proyección de crecimiento para Colombia en 2009, de -3% a -2%. Esto es ligeramente mejor que el crecimiento esperado para América Latina, -2,5%, pero bien por debajo de las expectativas de la mayoría de analistas locales.

 La mejora en la proyección, sostiene el EIU, viene de una mejoría en el entorno global, en especial el de Estados Unidos, de que el país hizo un ajuste monetario más rápido de lo que esperaban y de que la inversión extranjera directa en el primer trimestre también superó las expectativas.

 Vaticinan que Colombia crecería 1,5% en 2010, un poco más que América Latina, que crecería su producción 1,3%

Días difíciles
Pero el futuro no está completamente aclarado. En cuanto al entorno mundial, el EIU es relativamente pesimista. Les parece que el tamaño del ajuste hecho por los países desarrollados puede no ser suficiente para atender la naturaleza financiera de la crisis y consideran que se está subestimando el tiempo que se tomará la solución del problema del sistema financiero internacional.

Justine Thody muestra cómo la débil respuesta del crédito a los cambios en la política monetaria en los países avanzados es una muestra clara de la desconfianza que persiste sobre las instituciones financieras.

Además en los países desarrollados la crisis dejó unas decisiones nuevas para tomar. Todos saldrán con un estado más grande y más intervencionista y tendrán que definir los nuevos límites para la acción estatal en las economías, lo que quizás le añada más incertidumbre a la recuperación.

América Latina, dice la analista, tiene la ventaja de no tener que gastarse en discutir sobre el modelo económico. Lo que la crisis va dejando claro es que los países con manejos más ortodoxos, quedaron mejor posicionados y los más heterodoxos como Argentina, saldrán más dañados.

Por países
Justine Thody hizo un breve recorrido por algunas de las economías de la región. Qué tienen y qué les falta.

 Colombia: Colombia tiene que mejorar su capacidad competitiva, en particular en infraestructura. “El gobierno ha logrado mucho en competitividad. Por eso sorprende en infraestructura la lentitud para implementar los planes, para llevarlos a cabo.

Venezuela: El EIU espera una enorme caída en la producción venezolana. El -5% que pronostican para 2009 es la más fuerte de los países de la región. Venezuela depende exageradamente de la idea de ‘sembrar el petróleo’, que es un programa de distribución de riqueza que no comenzó con Chávez, pero que se intensificó con su llegada. El esquema ha tenido problemas sobre todo por la reducción en la capacidad de producción de la petrolera estatal Pdvsa y porque desaparecieron los incentivos a la inversión.

Brasil: Brasil tiene una economía grande y bien diversificada en exportaciones. Solo el 15% de sus ventas al exterior se hacen en Estados Unidos y 25% en Europa. El resto se vende en otros lugares del mundo.

Se ha beneficiado por la demanda asiática de bienes ‘duros’ y ‘blandos’ como los alimentos.Además los bancos estatales brasileros son grandes y fuertes, y por ello están en capacidad de compensar la reducción en el crédito de la banca privada. El banco de desarrollo, el Bndes, por ejemplo, tiene US$20.000 millones dispuestos para dar crédito, con lo que puede sacar adelante los proyectos de infraestructura que requieren.

El EIU espera para este país una caída de 1,5% en el PIB en este año.

Chile: Una economía que podía estar en problemas serios por ser mucho más abierta que casi cualquiera en la región. No obstante, por haber mantenido un programa de austeridad fiscal en los años pasados, ahora puede poner en marcha un gran programa de estímulo fiscal que vale 3% del PIB. Pero lo más importante, destaca Justine Thody, es que por su manejo prudente del pasado, ahora se puede mantener el apoyo fiscal por varios años.

Perú: En un país que tiene la capacidad de salir muy rápido de la crisis, beneficiado por la demanda asiática de minerales. En particular, sus exportaciones de oro han fortalecido su economía. Lo mismo que Chile, tiene una buena capacidad fiscal que construyó en la época de bonanza. Su problema, parecido al colombiano, es su falta de capacidad de implementación de los programas de inversión.