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RESERVA FEDERAL

El fin de la era Greenspan

El presidente Bush escogió a su principal asesor económico para sustituir a Greenspan al frente de la Reserva Federal.

30 de octubre de 2005

Después de 18 años al frente de la Reserva Federal, la legendaria figura de Alan Greenspan ya tiene un sustituto. George W. Bush, presidente de Estados Unidos, anunció el lunes su elegido para remplazar a Greenspan, de 82 años, cuando deje su puesto el próximo 31 de enero. Se trata, posiblemente, del segundo cargo público más importante en Estados Unidos. El primero sería la presidencia del país. El presidente de la Fed tiene en sus manos el timón de la economía y su responsabilidad es manejar el precio del dinero, es decir las tasas de interés, sin ceder ante presiones políticas o ideológicas. Greenspan se convirtió en mito por su capacidad de navegar las aguas huracanadas de recesiones, desplomes en los mercados bursátiles y hasta ataques terroristas, esquivando crisis económicas sangrantes.



La brújula de la Fed siempre ha sido mantener la inflación bajo control, sin perjudicar el crecimiento económico. En las propias palabras de Greenspan, sus decisiones tienen como meta obtener "el mayor crecimiento económico posible, con el control de la inflación como una condición necesaria para alcanzar ese objetivo".



El nuevo hombre de la Fed será Ben Bernanke, hasta ahora titular del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bush. "Mi máxima prioridad será mantener la continuidad de la política y las estrategias de la política de la era Greenspan", afirmó Bernanke ante los medios de comunicación al ser presentado por Bush. "Las decisiones de la Junta Federal de la Reserva afectan las vidas y la economía de todos los estadounidenses", declaró Bush al hacer el anuncio en la Casa Blanca, flanqueado por Bernanke y Greenspan. Bernanke "goza del profundo respeto de la comunidad financiera", agregó.



Es la tercera vez en tres años que Bush designa a Bernanke, de 51 años, a un cargo de importancia. En 2002 lo designó para la junta de la Reserva Federal, y luego lo nombró titular del Consejo de Asesores Económicos de la Presidencia. La designación está condicionada a la confirmación por parte del Senado, y Bush pidió un trámite rápido sobre el particular. "Si soy confirmado por el Senado haré todo lo que pueda, en colaboración con los colegas de la Junta, para asegurar la continuada prosperidad y la estabilidad de la economía estadounidense", dijo Bernanke, un economista educado en Harvard.



"Mi máxima prioridad será mantener la continuidad de la política y las estrategias de la política de la era Greenspan", afirmó Bernanke. Greenspan, designado presidente de la Junta en 1987, completará su mandato el 31 de enero. Con la designación de un sucesor con una antelación superior a los tres meses, Bush intenta hacer la transición lo más fluida posible. A Wall Street le cayó muy bien la designación. La bolsa de valores ganó terreno al ser conocido el nombramiento de Bernanke antes del comunicado oficial.



"Durante el transcurso de una carrera jalonada por grandes logros, Ben ha trazado un camino pionero en el campo de la política monetaria, enseñó economía de alto nivel en algunas de las universidades más distinguidas y sirvió con distinción en la Junta de Gobernadores", indicó Bush.



Bernanke se ganó "una reputación de rigor intelectual e integridad", agregó Bush. "Goza de un enorme respeto en la comunidad financiera global. Y será un presidente sobresaliente de la Junta Federal de la Reserva". Bush elogió igualmente a Greenspan. "Durante casi dos décadas, el presidente Greenspan ha guiado nuestra economía durante sus mejores y sus peores momentos. Durante su gestión, la economía de Estados Unidos se ha repuesto de una baja espectacular del mercado de valores, crisis financieras, de México al Asia, dos recesiones, escándalos corporativos, y convulsiones que van de los desastres naturales a un ataque terrorista en el corazón financiero de Estados Unidos", insistió el mandatario.



La elección de Bernanke supone un golpe de continuidad necesario para la seguridad de los mercados. Como profesor en la prestigiosa universidad de Princenton se erigió como una de las mayores autoridades académicas en el tema de política monetaria. Educado en Harvard y con un doctorado del MIT, Bernanke tiene a sus espaldas una larga trayectoria en el mundo de la academia. También ya se ha sentado en la Reserva Federal como miembro de la junta directiva. Lo que no tiene, sin embargo, es una experiencia en las batallas políticas de Washington, un territorio en el cual Greenspan había participado antes de llegar a la Fed. Esa puede ser, según la revista The Economist, una de sus principales debilidades. A diferencia de Greenspan, sin embargo, Bernanke habla de una manera clara y sencilla, utilizando términos claros. Greenspan, por su parte, es conocido por sus discursos y declaraciones obtusas y repletas de tecnicismos.



Otra diferencia con Greenspan es que Bernanke desea fijar un claro "target" para la inflación. Greenspan ha preferido no fijar un objetivo claro para tener un mayor margen de acción en caso de una crisis. Bernanke, no obstante, prefiere fijar directamente una política clara de control de inflación, diciendo abiertamente que el objetivo es mantener la inflación por debajo del 2%. Pero como Greenspan, el que posiblemente será el nuevo presidente de la Reserva Federal deberá ganarse sus credencias y reputación en momentos de crisis.