Colombianos consumen la leche más cara del mundo

La dueña de poderosas marcas como Klim, Milo, Maggi, Nescafé, La Lechera y Nestea, entre otras, entró hace dos meses en el mercado de leche líquida, pero no ha tenido las rentabilidades obtenidas. No obstante, espera un crecimiento en ventas del 10% para este año.

La razón fundamental, explicó Manuel Andrés K., es que la industria colombiana paga mucho más que en otros países por un litro de leche puesto en fábrica. “El litro en Colombia cuesta el doble de lo que vale en Argentina”.

Para el directivo, las más de 400.000 familias ganaderas del país deben comenzarse a preparar desde ya de cara a la entrada en vigencia TLC con Estados Unidos, aumentando su productividad.

¿Cómo ve la empresa el ambiente de inversión en Colombia?

Llevamos dos años de crecimiento muy fuerte en inversiones. 2011 ha sido el año en que más hemos invertido en los últimos 15 años y en 2012 seguiremos en ese ritmo.
A que el país está viviendo un momento muy bueno, hay un mayor poder adquisitivo, productos como los nuestros con valor agregado están siendo más apreciados.

¿Qué proyecciones tienen con la aprobación del TLC con Estados Unidos?

El tratado va a abrir muchas puertas, tenemos presencia amplia en Estados Unidos y creo que será una oportunidad de entrar en categorías en las que no estamos.

¿En qué debe mejorar el país para enfrentar la llegada del acuerdo comercial?

Creo que como país nos tenemos que preparar mejor en muchos segmentos, sobre todo en el lácteo, donde no veo que estemos en la dirección correcta para esa apertura que va a haber.

¿Qué pasaría con el precio de este producto?

Colombia tiene los precios de leche más caros en el mundo hoy en día, del litro por leche puesto en fábrica. El litro de leche en Colombia cuesta el doble de lo que vale en Argentina. Es por eso que tenemos una penetración muy baja de esta categoría en la que acabamos de incursionar, en comparación con otros países latinoamericanos.

¿Por qué cree que se da esta situación?

Porque llevamos 40 años de proteccionismo en donde no nos han enseñado a ser competitivos, sino que se ha permitido que no entre la competencia para protegernos. Se trata de convertir a la industria y hacerla más eficiente.