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LIDERAZGO

Liderazgo, el reto de los directivos del siglo XXI

La innovación, la integración de capacidades y la incorporación de nuevas técnicas de trabajo hacen parte de los desafíos que enfrentan los líderes de hoy.

3 de enero de 2019

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El modelo de liderazgo del siglo XX aún se ve reflejado en algunas culturas organizacionales, dejando en evidencia aquellos paradigmas en los que el autoritarismo, la verticalidad y el control definen la capacidad de influencia de un jefe frente a sus empleados.

Y es que, aunque por estos días es normal que presidentes, gerentes generales y altos directivos sean jóvenes, la educación por la que están marcados desciende de los ‘baby boomers‘ o la generación X; en las que los procesos, los horarios y las tareas eran inflexibles y a los que se les exigían resultados basados en el desarrollo de tareas repetitivas y muy bien aprendidas.

Hoy, las exigencias del mercado, la llegada de tecnologías emergentes y los cambios comportamentales de las nuevas generaciones, demandan cambios significativos en los modelos de liderazgo, en los que el conocimiento, el pensamiento innovador y la libertad estimulen la productividad y generen resultados rentables, tanto en términos económicos como emocionales.

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La transformación digital de las empresas y del mundo es un hecho y, en ese sentido, los líderes organizacionales tienen que pensar en la renovación de su cultura para sobrevivir. Así, la innovación, la integración de capacidades y la incorporación de nuevas técnicas de trabajo hacen parte de los desafíos que enfrentan los líderes de hoy.

Para innovar, es indispensable involucrar a los colaboradores en los procesos de aprendizaje de nuevas tecnologías y promover el pensamiento emprendedor. Éste último impulsa la evolución del negocio en la medida en que los trabajadores se empoderan de sus roles, se conectan emocionalmente con los propósitos de la empresa y, como consecuencia, se cumplen los objetivos de negocio.

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En cuanto a la integración, las nuevas formas de trabajo exigen la conformación de equipos heterogéneos que se complementen desde las diferencias. Interactuar entre las diferentes áreas de la organización y permitir el conocimiento de la empresa desde una experiencia 360, posiciona a los líderes como figuras que apoyan el proceso de crecimiento de sus colaboradores.

Finalmente, los líderes deben ser conscientes de las exigencias de sus empleados. Las nuevas generaciones traen consigo nuevas ideas y necesidades, por eso, es importante que no sea simplemente una voz de mando la que ordene, sino la experiencia y el liderazgo los que guíen. Aunque se piense lo contrario, la trayectoria de una persona destacada facilita la proposición de nuevas formas de hacer las cosas, tener visión y motivar a los equipos a trabajar desde nuevas metodologías, logrando así la retención del mejor talento.

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