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Fatiga de Zoom: ¿por qué los usuarios se están cansando de las videollamadas?

Aunque es la más usada, muchas personas reportan fatiga frente a la aplicación. Los científicos creen haber encontrado la causa.

11 de junio de 2020

Hace seis meses pocos conocían a Zoom. Pero a raíz del encierro, la aplicación se ha vuelto un producto que casi todos tienen a la mano para hacer video conferencias.

De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, de 10 millones de personas que se reunían por esta plataforma el año pasado, en abril de 2020 esta pasó a registrar 300 millones de sesiones.

Así dejó atrás a grandes competidores como Skype, Facetime y Google Meet. En parte eso se debe a que se creó para que fuera fácil de usar a pesar de que permite la congregación de hasta 100 participantes. No solo ha conectado amigos y familiares, también ha ayudado a los negocios a mantenerse a flote.

A pesar de este inusitado éxito, curiosamente los usuarios de la aplicación han desarrollado una relación de amor y odio hacia ella. Si bien la consideran una gran solución de comunicación, al mismo tiempo reportan cierto fastidio y hasta agotamiento cuando están allí.

¿Qué pasa? Psicólogos y sociólogos han logrado establecer esas caraterísticas de esta forma de comunicación que causarían la llamada ‘fatiga de Zoom‘.

1. Inmersión digital abrupta: algunos sociólogos reportan que ese cansancio se da porque de repente las personas pasaron de un sistema de comunicación natural y espontáneo a uno mediado por la tecnología. Esto implica que de repente una persona acostumbrada a reuniones presenciales pasa a las virtuales y se cansa por todo el esfuerzo que debe hacer para comunicar las cosas de manera efectiva.

2. No es la comunicacion perfecta: una videoconferencia no es tan eficiente como el cara a cara. Según expertos, Zoom ahoga a la gente con señales verbales y no verbales que no se dan en sincronía. Esto para unos es invisible, pero para otros es un reto. La mayoría está apenas aprendiendo a entenderla y a adaptarse.

3. El irremplazable cara a cara: según estudios, la comunicación es un intercambio de habla, de gestos y movimientos que se dan en sincronía y está presente tanto en bebés como en adultos. Aunque en una videoconferencia se puede dar esta sincronía, resulta más agotadora.

4. El cerebro se cansa: Zoom y otras plataformas de comunicación virtual tienen fallas para leer el lenguaje no verbal. Debido a que no siempre hay sincronía entre la imagen que aparece y el sonido, el cerebro debe hacer un esfuerzo adicional por entender el mensaje completo.

5. Más conciencia de sí mismos: Una video cámara es un espejo. Y tener un espejo en frente, durante varias horas, es otra fuente de estrés puesto que el usuario constantemente está viéndose a sí mismo y cómo luce. Esto puede ser un motivo de distracción que lo saca del foco que debe tener la conversación.