TECNOLOGÍA

Integración entre hombres y máquinas: el reto de la revolución 4.0

Cada vez es más fuerte la relación que existe entre el hombre y las herramientas tecnológicas que llegaron con la revolución 4.0.

28 de octubre de 2019

Los conceptos de este nuevo escenario son relativamente recientes y contemplan la introducción de las tecnologías digitales en diferentes industrias. Es decir, la incorporación al ambiente de tecnologías como el internet de las cosas, cómputo móvil, la nube, el big data, redes de sensores inalámbricos y dispositivos móviles, entre otras. 

El ser humano, acostumbrado a acaparar todos y cada uno de los procesos dentro de las organizaciones, tiene en sus manos un objetivo muy complejo, pensando en el futuro, y es el de encontrar la capacidad de integrarse con estos elementos, que han permeado al mundo empresarial. La industria 4.0, tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso global y mejorar la calidad de vida de la población; no obstante, como en todas las grandes revoluciones, este proceso de transformación sólo beneficiará a aquellos que sean capaces de innovar y adaptarse al cambio.

En un futuro, la robotización permitirá convertir los trabajos más duros en automáticos ya que un robot puede hacer lo mismo que una persona con la diferencia de que éste no se cansa nunca. Sin embargo, las habilidades humanas como la creatividad, la inteligencia emocional o el compromiso generan un valor añadido que no podrá ser sustituido por las máquinas.

La constante y creciente utilidad de las nuevas tecnologías como IA, Blockchain o la ciberseguridad, entre otras, nos lleva hacia la disrupción con un cambio de paradigma alrededor de cómo hacer las cosas. Hay que pensar a qué modelo de innovación quiere llegar el ser humano y cómo la tecnología puede ayudar al conjunto de la población a integrar estos sistemas. 

El futuro empresarial representa un enfoque a la innovación de nuevos productos y procesos, a través de fábricas inteligentes, totalmente integradas en redes de trabajo que propician nuevas formas de colaboración e infraestructuras sociales. Y para ello la sociedad tiene el compromiso y la responsabilidad de trabajar arduamente para permitir que estos instrumentos aporten, sin que se deje de lado el conocimiento y el expertise que el humano ha implantado en diversos ámbitos industriales.