Un buen líder se asegura de construir relaciones de confianza dentro de su equipo porque eso impacta positivamente la motivación. | Foto: iStock

LIDERAZGO

Estas son las claves para motivar a un equipo

El estilo de liderazgo influye en los logros de un grupo de trabajo. Estas son las claves que la experta en recursos humanos Melanie Amaya recomienda para lograr llevar un grupo a buen puerto.

13 de octubre de 2019

El estilo de liderazgo de un jefe tiene un impacto directo en los niveles de motivación y desempeño de su equipo. Hay estudios que revelan que un mal estilo de liderazgo es la principal causa de rotación de personal en algunos países. En otros, donde las personas tienen miedo a renunciar, un mal estilo de liderazgo aumenta el ausentismo y disminuye la productividad, motivación y desempeño, y las personas se limitan a hacer lo mínimo para no ser despedidas y cobrar su salario a fin de mes. Además, cuando un jefe no se comunica de forma efectiva, no regula sus emociones en momentos de estrés y no desarrolla el talento de su equipo, no solo produce un impacto negativo en los resultados y las personas, sino que afecta la motivación. Estos son algunos de los consejos que los jefes pueden tener en cuenta para mantener motivados a sus equipos:

1.Conocer las motivaciones individuales de sus colaboradores. No a todas las personas las motiva lo mismo y si un jefe asume que todos sus colaboradores son iguales comete un gran error. A algunas personas las motivan los desafíos y crecer, a otras el estatus y el poder. Hay personas a las que las motiva ayudar a los demás y hacer la diferencia, a otras el crear, innovar y alcanzar metas. Estos son solo algunos ejemplos, las motivaciones de cada persona son diferentes.

Un buen líder no da por sentado que puede motivar de igual manera a todos lo que le reportan directamente e invierte tiempo en conversar, compartir con ellos y conocerlos más allá de lo laboral. Esto le permite hacer ajustes en el salario emocional de cada miembro de su equipo, el cual está compuesto por retribuciones que no son económicas y que le permiten al colaborador satisfacer sus aspiraciones y sentirse más motivado.

Adicionalmente, si el líder identifica las motivaciones y aspiraciones individuales de cada uno de sus colaboradores, los puede ayudar a comprender cómo, cuando cumplen con sus objetivos laborales, satisfacen directa o indirectamente sus deseos y necesidades individuales.

2.Co-crear con el equipo. Un líder necesita construir junto con sus colaboradores una visión, valores y propósito de equipo, con los cuales todos los miembros del equipo se sientan conectados y alineados. De esta forma, el trabajo se vuelve motivante porque las metas buscan hacer realidad una visión inspiradora; los valores determinan los comportamientos con los cuales todos crean un ambiente de trabajo satisfactorio, y el propósito les da un sentido a las acciones del día a día.

Para formar equipos de alto desempeño, necesitamos que las personas se sientan motivadas por el propósito y la visión del equipo; solo así habrá una verdadera responsabilidad compartida y compromiso por los objetivos colectivos. Y para que las metas sean motivantes, el líder puede incluir a sus colaboradores en el establecimiento de objetivos.

Según estudios realizados por Gallup, los empleados que han sido involucrados en el proceso de definición de metas tienen 3,6 veces más probabilidades de estar comprometidos y motivados que otros empleados. Adicionalmente, un buen jefe entiende que trabaja con adultos y los trata como lo que son. Les da autonomía para decidir cómo llevar a cabo su trabajo y, en vez de aplicar la técnica del premio y el castigo, los ayuda a tomar conciencia de cómo sus acciones producen un impacto en el propósito colectivo, los resultados y el entorno.

3.Construir relaciones de verdadera confianza. La base del liderazgo y de los equipos de alto desempeño es la confianza. Las personas no siguen a un líder en quien no confían; de igual forma, tampoco trabajarán de manera productiva y coordinada con compañeros a quienes no les tienen confianza.

Por eso, un buen líder se asegura de construir relaciones de verdadera confianza dentro de su equipo. Porque cuando existe confianza se impacta positivamente la motivación. Para lograrlo, primero se asegura de liderar con el ejemplo, demostrando con acciones que es una persona en la que se puede confiar. Se gana la confianza de sus colaboradores siendo honesto y auténtico; demostrando interés genuino por su bienestar, escuchándolos y ayudándolos, y siendo ejemplo de alcance de metas y de desarrollo de habilidades.

Además, la confianza es de doble vía. Por eso, los líderes deben fortalecer la confianza y empoderar a sus colaboradores; agradeciéndoles por sus contribuciones; felicitándolos y celebrando con ellos sus logros; reconociendo sus cualidades y demostrando que confían en ellos sin caer en la microgerencia.

4.Desarrollar el liderazgo. Un verdadero líder comprende que para motivar a su equipo debe facilitar el desarrollo de sus colaboradores y ayudarlos a conectarse con su potencial para enfrentar con éxito los desafíos y alcanzar las metas. Para lograrlo, debe medir cuál es el impacto que su estilo de liderazgo produce sobre la motivación de sus colaboradores y el alcance de objetivos.

Una vez el líder es consciente del impacto que genera con sus comportamientos y forma de trabajar, comunicarse y relacionarse, debe enfocarse en aquellos aspectos de su forma de ser que están impactando negativamente la motivación y en el desarrollo de competencias indispensables para un buen liderazgo, como las habilidades de inteligencia emocional, gestión, logro de resultados, comunicación, relacionamiento y desarrollo de otros.