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¿Cómo llega el blockchain a nuestras manos?

El blockchain se ha convertido en un término común cuando de innovación se habla. Y aunque muchas empresas y profesionales lo usan con regularidad, son pocas las personas que realmente entienden su significado e implementación en la vida cotidiana.

28 de marzo de 2019

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Pero, ¿qué es el blockchain? es una base de datos distribuida que registra bloques de información y los entrelaza para facilitar la verificación y recuperación de los datos, con el fin de mantener una trazabilidad de los mismos. Al almacenar todo el histórico, es muy difícil que la data sea falsificada, se detectan fácilmente errores, evitando que se propaguen y se registran todos los antecedentes, evitando que se borren.

Esta tecnología es más importante de lo que muchos se imaginan ya que fue creada para dotar de propiedad digital a las personas en el mundo online sin necesidad de ningún intermediario y está presente en un gran número de industrias que la están implementando dada la seguridad, confiabilidad y verificabilidad que representa para las organizaciones.

Este concepto que nació en 2009 de la mano de la moneda virtual, bitcoin, ha sido tan revolucionario que hoy en día tiene diversas aplicaciones fuera del ámbito financiero; industria farmaceútica, títulos inmobiliarios, préstamos, identidades, manifiestos de logística y casi cualquier bien de valor.

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En esa misma línea, grandes compañías de tecnología en el mundo han desarrollado soluciones basadas en esta innovación que permiten realizar prototipos, implementaciones en la nube, aplicaciones de blockchain y contratos inteligentes, entre otros.

Algunas aplicaciones visibles del blockchain en diferentes áreas han sido la identificación de productos farmacéuticos falsificados, la eliminación de procesos burocráticos y corrupción en entidades gubernamentales, donaciones para ONGs más seguras y transparentes, registros sanitarios de productos o el voto electrónico, entre otros tantos.

Así mismo, en el mundo empresarial se habla de 4 tipos de redes de blockchain; de consorcio, privada, semiprivada y pública. La primera hace referencia a un proceso controlado por un grupo, de empresas, por ejemplo, para realizar transacciones públicas o restringidas a los participantes, razón por la cual son las más aptas para el uso de negocios.

La privada es controlada por una única organización, 100% centralizada, por lo que es ideal para entornos de prueba, no para producción efectiva. La semiprivada, si bien es operada por una sola empresa, puede otorgar otros accesos bajo criterios preestablecidos por lo que es atractivo para casos de business-to-business y aplicaciones en gobierno.

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Y por último, la pública que se considera también “sin permiso” ya que todas las transacciones o procesos son públicos y los usuarios pueden mantenerse anónimos. Los ejemplos más destacados son Bitcoin y Ethereum.

Este mundo aún incipiente resulta en ocasiones confuso, sin embargo, se evidencia una rápida adopción gracias a los beneficios que trae consigo como son: obtener procesos más rápidos, menos intermediarios, transparencia, seguridad y automatización.