MANAGEMENT

¿Cómo están reaccionando las empresas de mejores prácticas corporativas en la región ante covid-19?

Dirigentes empresariales aseguran que los temas sociales, ambientales y de gobierno corporativo, aunque relevantes hoy, serán mucho más importantes en poscrisis. Un análisis de María Andrea Trujillo Dávila, Ph. D. y Alexander Guzmán Vásquez, Ph. D.*

22 de abril de 2020

En las últimas dos décadas ha cobrado relevancia la postura bajo la cual las empresas se gobiernan de manera que internalicen las expectativas de sus diferentes grupos de interés. Esta postura es planteada por Jean Tirole, nobel de economía, en su artículo de 2001 titulado ‘Gobierno corporativo‘, en el que asegura que son tan importantes en una empresa el accionista y el acreedor financiero que facilitan el dinero, como el trabajador que invierte su capital humano para que la empresa pueda realizar su propósito, el cliente que demanda sus productos, o el proveedor que trae los insumos necesarios para hacer posible la producción del bien o servicio comercializado.

Lo anterior no niega la importancia de maximizar riqueza para los accionistas, sino que impone restricciones explícitas a esta función de maximización. Podríamos decir que este proceso está sujeto a la internalización de las expectativas de los demás grupos de interés. Así, la empresa puede invertir en capacitar a los proveedores, quienes finalmente entregarán insumos de mejor calidad que llevarán a la producción de mejores productos o servicios. De igual manera, puede invertir en el bienestar de sus empleados, quienes serán más productivos y aportarán de mejor manera a la organización. Puede invertir en el bienestar de sus clientes, fidelizándolos y garantizando la continuidad del negocio. Todo esto está igual en favor de los intereses de los accionistas, pero bajo un concepto de capitalismo responsable.

Esto lo han entendido las empresas líderes de la región que vienen trabajando bajo el enfoque de sostenibilidad desde hace ya varios años, y se refleja en las decisiones tomadas ante la coyuntura global actual. Lo anterior emerge de una investigación adelantada entre IFC del grupo Banco Mundial y el Centro de Estudios en Gobierno Corporativo del CESA, que tiene en cuenta la reacción de las empresas del Latin American Companies Circle o el Círculo de Empresas Latinoamericanas. Este grupo* de compañías se caracteriza por la adopción de las mejores prácticas corporativas, existe desde mayo de 2005 y fue creado desde la Mesa Redonda de Gobierno Corporativo de la Región, liderada por la Ocde y el Banco Mundial.

En entrevistas a profundidad a los líderes de estas empresas se han hecho evidentes diferentes decisiones encaminadas a favorecer a los grupos de interés. Todas las empresas cuentan con un comité de emergencia o de crisis, que ha tomado decisiones con una dinámica de trabajo mayor a la usual o evidente en cualquier órgano colectivo de gobierno. Estos comités, conformados por miembros de la alta gerencia, han mantenido una comunicación fluida con los miembros de las juntas directivas de las empresas, para mantenerlos informados y conseguir aprobación ante decisiones que requieren de la participación de esta instancia de gobierno.

La prioridad identificada para la continuidad del negocio ha sido trabajar con la integridad de las personas que trabajan para las empresas y sus familias. Se ha llevado a teletrabajo a la gran mayoría del personal. Sin embargo, en empresas con plantas de producción o trabajo en campo, algunos no pueden entrar en esta modalidad. Para ellos, se evalúa si existen factores de salud que impliquen alta vulnerabilidad, como presión alta, diabetes, sistema inmunológico afectado, o condición de embarazo. Si es así, son enviados a casa bajo modalidad de vacaciones, pero se garantiza el empleo. Aquellos que siguen trabajando son capacitados constantemente para garantizar que adoptan protocolos que minimicen el riesgo de contagio.

La preocupación por los empleados no termina con la salud física. Hay programas y seguimiento a la salud mental de los colaboradores y sus familias y preocupación por la estabilidad financiera de los hogares. Algunas empresas incluso han trabajado de manera conjunta con el fondo de empleados para garantizar alivios a las familias que ven disminuidos sus ingresos por otros factores no relacionados con la empresa, como la pérdida de trabajo por parte de alguno de los cónyuges.

Aquí no termina el trabajo. El segundo grupo al que se les ha dado prioridad es a los proveedores. Primero, para garantizar los insumos necesarios para la producción. Y en segundo término, para evitar iliquidez por parte de los proveedores y despidos masivos en la cadena de valor. Algunas empresas están pagando a sus proveedores por su disponibilidad para garantizar que cuentan con la liquidez para seguir generando empleo, sin importar que en la actualidad no estén prestando el servicio o entregando los insumos como lo hacen bajo condiciones normales. Se han desarrollado igualmente estrategias de comunicación con un tercer grupo de interés: los clientes. Comunicaciones por mail, redes sociales, medios de comunicación, que pretenden mostrar lo que las empresas están haciendo por mantenerlos a salvo, se ha convertido en un aspecto sumamente importante en esta crisis.

Además, son empresas que han decidido contribuir de manera filantrópica con donaciones a la comunidad. Se realizan esfuerzos para fortalecer el sistema de salud y -en especial- las unidades de cuidados intensivos de los hospitales en sus zonas de influencia. También, para incrementar la capacidad de desarrollar pruebas para detectar el contagio de covid-19 en sus zonas de influencia.

Los dirigentes de estas empresas, que han mostrado convicción, compromiso y hechos que se traducen en acciones que benefician a todos sus grupos de interés, aseguran que los temas sociales, ambientales y de gobierno corporativo, aunque relevantes en la actualidad, serán mucho más importantes en le periodo poscrisis. Sugieren que incluso pueden verse reflejados en temas de regulación que garanticen una respuesta más acertada por parte de las empresas, de manera continua, teniendo en cuenta a sus grupos de interés, para garantizar la continuidad del negocio bajo un marco de sostenibilidad y de generación de valor compartido, que trasciende el tradicional enfoque que tiene en cuenta exclusivamente a los accionistas como grupo de interés relevante.

* Profesores titulares, codirectores del CEGC (Centro de Estudios en Gobierno Corporativo) del Cesa.