Eduardo Rojas Bernal, dueño del criadero La Colombia.

Inversión

Un negocio que empieza a galopar

La compra de equinos de alta calidad se ha convertido en una industria que devuelve con creces el capital a sus inversionistas.

29 de octubre de 2012

El valor del caballo criollo colombiano ha bajado ostensiblemente en los últimos 10 años, en aproximadamente 80%. Un equino que valía $100 millones se puede adquirir por $20 millones en la actualidad. El precio asequible de esta raza de caballos propia del país permite que nuevos inversionistas accedan a un negocio rentable con un mínimo de capital.

Dinero.com habló con Eduardo Rojas Bernal, dueño del criadero La Colombia, quien afirmó que “nunca antes había sido tan viable invertir en el caballo criollo colombiano”. Rojas resalta que en el momento el país cuenta con 101.000 caballos genotipificados, 10 publicaciones especializadas en el tema y 170 ferias equinas anuales que incluyen la Feria Nacional, ferias Grado A, Grado B y festivales, siendo los eventos que más público congregan a nivel nacional después del fútbol.

¿Por qué invertir en un caballo criollo colombiano?

Rojas explica que esta raza de equino es propia del país y hace parte de su historia. El caballo criollo colombiano se diferencia de las demás razas por su mansedumbre, docilidad y suavidad y delicadeza al movilizarse, lo que lo hace un animal especial para montar. Quien adquiera un ejemplar de esta raza podrá disfrutar de una cabalgata sin mayores traumatismos. Invertir en esta raza es apoyar un icono nacional reconocido por su excelencia y valorado en el mercado internacional por precios superiores a los US$2.000.000.

El placer también produce dinero

La primera motivación para invertir es el goce que proporciona ver, tocar, cuidar y montar un ejemplar. Si el principal propósito de la compra es disfrutar del animal no es necesario tener el mejor ni hacer una gran inversión.

El costo de un ejemplar registrado se encuentra en el mercado desde los $3 millones. El sostenimiento mensual del equino ronda entre los $350.000 y $450.000 que incluyen pesebrera y alimentación.

Pero este pasatiempo puede llegar a ser autosostenible e incluso una fuente de ingresos. Adquirir una yegua con registro y buena genealogía para su reproducción tiene un valor comercial que oscila entre los $10 millones y $30 millones. Al cruzarse con un buen reproductor y luego de 11 meses, esta yegua puede dar un potro o potranca que, si es de buena calidad, puede dejar una utilidad de $30 millones a $40 millones al año. De esta manera el inversionista se convierte en un pequeño criador de caballos.

La persona interesada en invertir mayor capital para la crianza de ejemplares de raza y alta competencia recibirá un retorno superior en su inversión. Un caballo de estas cualidades cuesta entre $300 millones y $4.000 millones. En este caso los machos tienen un valor cinco veces más alto que las hembras, debido a que lograr un ejemplar de este género de alta calidad requiere más trabajo y dedicación. La educación de un caballo dura entre 12 y 36 meses y la tarifa de un adiestrador vale entre $200.000 y $250.000 pesos.

Igualmente se pueden vender los embriones de las mejores yeguas. Esta trasferencia de la madre donante inseminada con el ejemplar elegido a la madre receptor, a través de un proceso especial tiene un valor que supera el millón de pesos, según la calidad de los ejemplares.

También se puede vender el derecho a la preñez, procedimiento que se conoce como salto o servicio. Dependiendo de la categoría del caballo, el salto puede costar entre $500.000 y $10 millones.

¿Cómo identificar un buen caballo?

• Por su genotipo. Esto incluye la genética, el linaje y el historial del caballo. Cada ejemplar tiene un registro con un microchip expedido por la Asociación y avalado por la Federación de Asociaciones Equinas (Fedequinas). En este aparece toda la genealogía, los ancestros del caballo, el criador, los propietarios y las fotos del animal. Se puede tener caballos sin registro pero estos no son comerciales lo cual les impide competir en las diferentes ferias. 

• Por su fenotipo. Se refiere a la conformación física del animal. Una vez desensillado se tendrá en cuenta el color, la altura y otros parámetros específicos para cada modalidad. Cuando está ensillado se evalúa la docilidad y tranquilidad del caballo. Para la compra puede asesorarse con jueces, criadores reconocidos y Fedequinas.

•Por su caminar. El sonido que hace al pisar y la forma como mueve las patas. El caballo criollo colombiano tiene tres modalidades diferentes en su movimiento:

1. Paso fino colombiano
2. Trocha pura colombiana
3. El trote y galope colombiano
4. Trocha y galope colombiano

El más reconocido es el caballo paso fino colombiano debido a que se desplaza en laterales (la pata y la mano del mismo lado se mueven al tiempo) a diferencia de los demás animales. Este caballo es 100% colombiano y es reconocido en el mundo como “caballo de paso fino de las Américas” ya que hace más de 15 años Colombia perdió el derecho al nombre.

Eduardo Rojas aconseja que, antes de comprar un equino, el futuro dueño estudie la cultura del caballo criollo, para ello sugiere el libro de tres tomos “Chalanería Colombiana” de Raúl Estrada Londoño y asistir regularmente a las ferias.