El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas | Foto: Ministerio de Hacienda

MERCADOS

¿Por qué le asustan tanto los comentarios de las calificadoras al Gobierno?

Cuando Moody's y Fitch alertaron sobre la nota de Colombia, el Gobierno salió a calmarlas y a prometer que la tributaria sí va este año. Pero realmente ¿qué tanto poder tienen?

12 de agosto de 2016

Mantener el grado de inversión es una de las banderas del Gobierno colombiano a la hora de justificar la necesidad de aprobar una reforma tributaria este año.

De hecho, las advertencias negativas de Fitch y Moody’s en las últimas semanas llevaron al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, a salir a la prensa con la promesa de que ajustará las cuentas del Gobierno. Opositores como Justicia Tributaria salieron a decir que se trataba de un ‘chantaje’.

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Sin embargo, las calificadoras no están diciendo nada nuevo a lo que vienen advirtiendo la mayoría de economistas desde el año pasado, entonces ¿por qué importan tanto?

El poder de las calificadoras

Fitch, Moody’s y Standard and Poor’s son las calificadoras más importantes en la actualidad y las tres opinan sobre Colombia. Básicamente operan como un ‘Datacrédito’pues le dicen a los inversionistas qué tan probable es que el país les devuelva su dinero si le compran bonos de deuda.

Si Colombia tiene altas posibilidades de ser “buena-paga” la nota es más alta, como consecuencia más gente le quiere prestar plata a Colombia y el Gobierno puede conseguir préstamos más baratos. Pero la teoría dice que si la nota cae habrá menos interés por los bonos del país y los intereses pueden subir.

“Una menor calificación implicaría un aumento en los costos del financiamiento para el país y una mayor percepción de riesgo, lo que tiene implicaciones sobre los flujos de capital y las cuentas externas”, señala el Marco Fiscal de Mediano Plazo elaborado este año por el Ministerio de Hacienda. En otras palabras, si al Gobierno le cobran más intereses tendrá que gastar cada vez más en pagar deudas y cada vez menos en atender las necesidades de la población.

Casi todos los analistas locales estaban lanzando alertas desde 2015 por el ‘hueco fiscal’ que dejó el desplome del petróleo y todos escribieron sobre la necesidad de hacer una reforma tributaria; nada distinto a lo que dijeron Moody’s, Fitch y S&P este año. La diferencia es que estas firmas son más relevantes en el exterior y le hablan ‘al oído’ a los grandes capitales del mundo.

"Si la reforma no aumenta el recaudo neto en un monto significativo (aproximadamente en 1,5% del PIB a partir de 2017 y 2,5% a partir de 2019, según explicamos más adelante), esperamos que al menos dos de estas agencias reduzcan la calificación crediticia del país a comienzos de 2017 al nivel más bajo dentro del “grado de inversión”. Es más, en ausencia de una reforma, creemos que hay una alta probabilidad de que Colombia pierda el “grado de inversión” el próximo año”, dijo Corficolombiana en un reciente análisis.

¿Qué pasaría si le bajaran la nota a Colombia?

Lo primero que puede pasar es que ocurra una cascada de rebajas a las calificaciones de otros emisores, pues lo que pase con la nota del Gobierno termina afectando a todos. La lógica detrás de esto es simple: si al Gobierno le va bien, también le va bien a las empresas públicas y privadas que operan en ese país.

No es casualidad que después de los ‘campanazos’ al Gobierno vinieran alertas a la calificación de la banca, de Ecopetrol e incluso de ciudades como Bogotá y Medellín. Vale recordar que durante las "vacas gordas" las calificaciones de todas estas compañías se vieron beneficiadas por las mejoras a la nota del gobierno.

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El segundo punto es que podrían subir los intereses, pero en el mundo actual es difícil predecir qué tan grande puede ser esa factura. En el pasado cada vez que la nota de Colombia mejoró la tasa de interés bajó, pero nada garantiza que si la nota baja los intereses suban a los niveles del pasado.  

De hecho, Daniel Escobar, analista de Global Securities, cree que es probable que una rebaja a la calificación “hoy quizá no haga tanta diferencia”.

La teoría se basa en dos consideraciones: primero hay tanto dinero circulando en el mundo que los inversionistas le están prestando ‘barato’ a todos los países. Lo segundo es que las calificadoras ‘llegan tarde’ a alertar sobre lo que ya todo el mundo sabe y es probable que los inversionistas muevan las tasas mucho antes de que ocurra un anuncio.

Por lo pronto, las calificadoras han mantenido la nota a Colombia sin cambios mientras esperan que la tributaria pase el filtro del Congreso. El plazo se acaba en diciembre.