Candy Crush fue la aplicación gratuita más descargada en 2013.

Mercados

¿Burbuja tecnológica?

La firma de Candy Crush perdió 15% en su primer día en bolsa, descendiendo su valorización a los US$6.000 millones. Empresas tecnológicas que no generan beneficio hacen temer el estallido de una nueva burbuja.

Alianza BBC
26 de marzo de 2014

La gran revalorización en bolsa de empresas tecnológicas que no generan beneficio hace que algunos analistas teman el estallido de una nueva burbuja de consecuencias imprevisibles para la economía mundial. En un determinado momento unos aseguran que todavía hay espacio para que las acciones suban más, mientras otros consideran lo contrario.

Pero uno de los indicadores de una burbuja, dicen los analistas, es cuando un gran número de firmas que no generan beneficios tratan de vender acciones en bolsa. Es por este motivo que la tendencia a salir a bolsa entre empresas de internet y tecnología en Estados Unidos -siguiendo la estela de Facebook y Twitter- genera preocupación.

El fenómeno Candy Crush

Este martes, King, la firma detrás de la saga Candy Crush, fue valorada en más de US$7.000 millones después de que la compañía anunciara su salida a bolsa.

A diferencia de otras firmas tecnológicas, King hace dinero, y vio sus ingresos aumentar de US$64 millones en 2011 a US$7.000 millones en 2013.

Pero esta abrupta subida genera algunas dudas entre analistas preocupados de que el fenómeno de Candy Crush sea tan sólo algo puntual.

Ian D'Souza, profesor de comportamiento financiero de la Universidad de Nueva York, dice que la tendencia está empezando a parecerse a la burbuja de las ".com" en 2000.

"Uno de los grandes indicadores de una burbuja es cuando compañías jóvenes tratan de acceder a grandes cantidades de capital en bolsa", dice.

"Hemos visto una proliferación de estas compañías a un ritmo acelerado en los últimos seis meses".

Empresas sin beneficios

D'Souza afirma que cerca del 75% de las entradas en bolsa recientes han sido llevadas a cabo por firmas con pérdidas.

En los meses anteriores a la caída de la bolsa de 2000, el 80% de las ofertas públicas fueron hechas por este tipo de compañías.

"No es sólo un mercado caldeado, sino supercaldeado si lo comparas con la mayor bubuja de todos los tiempos en cuanto a ofertas públicas", añade.

Algunas de estas empresas con pérdidas, como Twitter, Groupon o Zynga, han atraído inversiones en los últimos años y han generado grandes revalorizaciones como resultado de su salida en bolsa.

Mientras tanto, otras como Weibo, la versión china de Twitter, también revelaron planes para reunir cientos de millones de dólares en inversión a través de la venta de sus acciones en Estados Unidos.
Beneficios a futuro

Pero analistas dicen que son optimistas sobre estas compañías porque han logrado reunir a un sustancial número de usuarios de base, y que si pueden rentabilizar su popularidad, podrían empezar a generar ingresos.

Kathleen Smith, inversora de la firma Renaissance Capital, dice que la capacidad de firmas como Twitter para generar grandes cantidades de dinero es a futuro.

"Así que los inversores lo ven y dicen: 'esta compañía vale esto porque puedo ver que su modelo de negocio es capaz de aumentar sus beneficios. Quiero pagar este precio asumiendo que este crecimiento va a quedar demostrado'".

Diferente a la locura de 2000

Smith añade que el número de Ofertas públicas de venta han aumentado sustancialmente este año. en 2014 hay 53 empresas en Estados Unidos que han reunido un capital de US$8.500 millones. Sin embargo, señala, esto es la mitad de lo que vimos durante el mismo periodo en 2000.

También apunta que hay otro indicador: el comportamiento de las nuevas acciones en su primer día en bolsa.

En 1999 más de 100 compañías vieron el precio de sus acciones duplicarse el primer día, en 2000 fueron 80. En 2014 sólo ha pasado con cuatro.

"Esta es una diferencia entre lo que estamos viendo y la pequeña locura que tuvo lugar entre 1999 y 2000", destaca.

Añade que el hecho de que los inversores estén ansiosos sobre una posible burbuja es "una buena cosa para el mercado".

Impresión falsa

Sin embargo, D'Souza alega que no son las grandes firmas las que están preocupadas, sino las pequeñas que quieren sacar provecho del optimismo alrededor de las acciones como un todo.

"Tenemos argumentos como: 'Este es el Facebook de China o el YouTube de Rusia'", dice. "Lo que estás haciendo desde un punto de vista psicológico es que te anclas en estos nombres bien conocidos", agrega.

Explica que estas comparaciones crean la falsa impresión de que estas firmas serán tan exitosas como las que usamos para compararlas.

Pero D'Souza dice que su mayor preocupación es que, aunque los inversores aparentemente reconocen que las burbujas son creadas en el mercado tecnológico, parece que aun así quieren trabajar dentro de ellas.

"Ahora estamos tratando de calibrar dónde están los ciclos de las burbujas, más que hacer la pregunta de si la valoración inicial de una compañía es la correcta", dice.