Superintendente de la Economía Solidaria, Olga Lucía Londoño Herrera.

Supersolidaria

Alistan medidas para cooperativas de ahorro y crédito

Organizaciones solidarias que están bajo la supervisión de la entidad alcanzan 5,5 millones de asociados, con activos cercanos a los $24 billones, patrimonio de más de $10 billones e ingresos anuales de $16 billones.

8 de agosto de 2013

A partir del próximo año, la Supersolidaria establecerá  medidas para que las entidades apliquen  la administración de métodos y modelos de gestión de riesgo de crédito estandarizados, que permitan manejar adecuadamente la cartera de crédito y así salvaguardar los recursos de los asociados, así lo señaló Olga Lucía Londoño Herrera, nueva Superintendente de la Economía Solidaria, durante su intervención en el acto de instalación del XIII Congreso Nacional Cooperativo, organizado por Confecoop, que inició hoy en Cartagena.
 
Así mismo invitó a los más de 800 líderes del sector de la economía solidaria presentes en el evento a  rescatar la planeación, como elemento fundamental para enfrentar el desafío propuesto por la Alianza Cooperativa Internacional ACI, Américas para el 2020, que plantea convertir al cooperativismo en el modelo empresarial líder, el preferido por la gente y el de más rápido crecimiento.
 
“Si definimos un rumbo claro para los próximos años seguramente vamos a lograr que el cooperativismo siga participando activamente en el desarrollo económico y social del País y de esta manera, continúe simbolizando unidad, solidaridad y esfuerzos comunes entre las personas, solo así llegaremos al 2020 avantes en nuestro propósito”, agregó la Supersolidaria.

De otra parte, la alta funcionaria estatal hizo un llamado al sector cooperativo para que vea a la Superintendencia como una entidad pública que los protege y que vela por los ahorros  de los cooperados. Y es por ello que además del sistema de administración de riesgo de crédito, ha definido otros dos frentes de acción: aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y el código de Buen Gobierno.

“Con las NIIF, por ejemplo, se cambiará la forma de contabilizar los activos, pasivos y patrimonio, permitiendo un mismo lenguaje financiero con las otras entidades del país, con ello el sector no se quedará atrás. Mientras con el código de buen gobierno se busca mitigar, minimizar y controlar los riesgos inherentes a la toma de decisiones; como también mejorar las relaciones entre los asociados, órganos de administración, vigilancia y control y usuarios de los servicios que prestan las organizaciones del sector solidario”, explicó Olga Lucía Londoño Herrera.