Varios gobiernos han lanzado salvavidas financieros a sus empresas para evitar que colapsen. Sin embargo, sin ingresos, muchas están al borde de la bancarrota. | Foto: istock

REESTRUCTURACIÓN

¿Viene un tsunami de quiebras?

Emblemáticas marcas de consumo, comercio, entretenimiento y turismo de todo el mundo están atrapadas por la pandemia, mientras los empresarios siguen contra las cuerdas. Nadie sabe si sobrevivirán.

12 de julio de 2020

La pandemia ha colapsado los sistemas de salud en varios países, con un saldo de miles de muertos y millones de infectados. Pero también ha puesto bajo fuerte presión a empresas y autoridades encargadas de manejar las reestructuraciones empresariales en todo el mundo, que buscan adoptar fórmulas efectivas para evitar las quiebras.

Preocupa el creciente número de empresas que piden ayuda para no claudicar. Ningún sector productivo se salva de esta ola: la compañía de alquiler de vehículos Hertz, NPC, la mayor franquicia de los restaurantes Pizza Hut y Wendy‘s en Estados Unidos, o el Cirque du Soleil están en el grupo que ya sacó el "trapo rojo" por la crisis.

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También están en proceso de quiebra más de una docena de aerolíneas, uno de los sectores más golpeados, y varias líneas de cruceros.

Los gobiernos de todo el mundo, pero principalmente el de Estados Unidos y varios de Europa, han adoptado agresivas medidas para garantizar la liquidez y evitar a toda costa que sus empresas colapsen. Sin embargo, muchas no han encontrado otro camino que acudir a reestructurar sus deudas, ante la intensa crisis generada por los prolongados cierres de operaciones.

En Estados Unidos, el número de solicitudes de compañías que buscan ingresar al Capítulo 11 o Ley de Quiebras aceleró en las últimas semanas al ritmo más rápido en más de una década.

Hasta el 24 de junio, 3.427 compañías habían solicitado acogerse a estos procesos para evitar la quiebra, según el diario Financial Times. Esta cifra es muy cercana a las 3.491 registradas en los peores días de 2008, cuando la crisis financiera acabó con miles de empresas en ese país.

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En Europa, los gobiernos de Francia y Alemania se comprometieron a evitar a toda costa la quiebra hasta de la empresa más pequeña, y eso ha tenido un elevado impacto fiscal y ha exigido liquidez a borbotones. Pero ya algunas compañías han sucumbido al rigor de varios meses sin ingresos.

Tras un salvavidas

Algunos sectores como el turismo han sentido con mayor rigor las medidas de aislamiento y el cierre de actividades. Pero en casi todos hay nombres conocidos que han tenido que pedir auxilio.

Las aerolíneas están en primera línea. Para no ir más lejos, esta semana, en Europa, la división de vuelos cortos entre Austria y Holanda de Level Europe anunció su cierre, después de estar paralizada desde marzo. Unas semanas atrás lo había hecho Sun Express Deutschland, mientras la irlandesa CityJet está en protección de acreedores desde abril. Cuatro filiales de Norwegian y LGW, de Alemania, también han pedido ayuda.

En América latina, varias aerolíneas pelean en los tribunales una oportunidad para seguir adelante. En este grupo se encuentran algunas como Latam, Avianca, Aeroméxico, Flyesty Tame. En otras latitudes, también Thai, Air Mauritius y SouthAfrica Airways.

Dos firmas de cruceros ya tuvieron que salir del negocio: la española Pullmantur y la japonesa Luminous Cruising. Pero otras reconocidas marcas del sector tendrán que renegociar con sus acreedores o cesar sus viajes de forma definitiva.

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Incluso Remington, el fabricante de armas más antiguo de Estados Unidos, fundado en 1816, también se declaró en quiebra ante las dificultades económicas generadas por la pandemia. Esta compañía, que fabrica pistolas, rifles, escopetas y fusiles tuvo que pedir ayuda para reestructurar sus deudas, que la tienen ahogada.

Las empresas de comercio también han sufrido el rigor de la crisis. Neiman Marcus, una de las cadenas minoristas de lujo más conocidas de Estados Unidos, cerró 43 tiendas en ese país y en mayo pidió entrar a la ley de bancarrotas. La compañía esperaba adelantar un proceso rápido de reestructuración de deudas y salir a flote en julio. Pero enfrenta una agria disputa con sus acreedores, que podría atrasar sus planes.

En cuanto a los restaurantes, NPC, la franquicia de las marcas Pizza Hut y Wendy‘s, enfrentó sus mayores problemas en la pandemia. Desde hace varios meses ya vivía dificultades financieras, pero los cierres en algunos estados se convirtieron en el detonante que la obligó a entrar en capítulo 11. NPC opera 1.200 locales de Pizza Hut y unos 400 de Wendy‘s.

La situación no es mejor para una de las marcas más innovadoras y queridas a nivel global: la canadiense Cirque du Soleil, que busca reestructurar sus deudas debido al prolongado cierre de sus espectáculos, y tuvo que despedir a 95% de sus empleados.

Todo indica que la ola de quiebras que se avecina podría superar la vivida en 2008. Este escenario pone a prueba el temple de los empresarios, pero también la fortaleza de los gobiernos para contener unas pérdidas anunciadas.