En términos generales el esquema francés no hace más que extender el vencimiento de la deuda griega.

Internacional

Una vieja fórmula del FMI para ayudar a Grecia

El Tesoro francés considera que tiene un plan de rescate para persuadir a los acreedores del gobierno griego de volverle a prestar voluntariamente la mitad del dinero que Grecia debe pagar en los próximos dos años.

28 de junio de 2011

Si el esquema es tomado por los bancos, fondos de pensiones y otros tenedores de bonos griegos, el efecto sería reducir significativamente la cantidad de préstamos de emergencia que los gobiernos de la zona euro tendrían que proporcionarle a Grecia. 

El objetivo sería reducir los fondos de rescate proporcionados por la zona del euro en unos €30.000 millones (casi US$43.000 millones).

El plan consiste en que cuando los bonos del gobierno griego ya existentes lleguen a su fecha de reembolso, los tenedores de esos bonos puedan embolsarse el 30% de lo que se les debe, renovar el 50% del préstamo a 30 años e invertir el 20% restante en el llamado vehículo de propósito especial (SPV por sus siglas en inglés) -que a su vez pondría el dinero de los bancos en bonos AAA- la mejor calificación posible.

Esto puede sonar complicado. Pero la idea -tomada de los llamados bonos Brady que se utilizaron para ayudar a los países de América Latina a reducir su carga de deuda hace 20 años- es que los fondos en el SPV actuarían como una forma de garantía sobre la nueva deuda griega para cubrir el riesgo de que Grecia eventualmente pudiera fallar en el nuevo préstamo a 30 años.

Ahora hay todo tipo de defectos e incertidumbres en el esquema, de acuerdo con los banqueros con los que he hablado.

"Corte de pelo financiero"
En primer lugar, no está del todo claro dónde se pondrá el dinero del SPV.

Si, por ejemplo, se invierten en la única roca sólida de bonos del gobierno AAA valorados en la zona euro -los bonos del gobierno alemán- no habría un rendimiento bastante alto -incluso a más 30 años- para cubrir más de una porción de capital e interés que se perderían por una cesación de pagos griega.

Si los inversores tienen razón, en última instancia Grecia tendrá que cancelar más de la mitad de lo que debe y el rendimiento disponible en los bonos del gobierno alemán no podría cubrir ese costo potencial.

Lo que significa que cualquier banco que participe en el esquema francés seguramente tendrá que reconocer que sus préstamos a Grecia se han deteriorado, y por lo tanto, tendría que incurrir en una pérdida, que es precisamente lo contrario de lo que el Tesoro francés está tratando de lograr.

La única manera de que este instrumento de inversión sea suficiente para cubrir el riesgo de una cesación de pagos sería que los gobiernos de la eurozona aumenten la ganancia disponible para los que invierten en SPV.

Pero esa es otra manera de decir que el dinero de los contribuyentes se utilizaría para subsidiar al gobierno griego (o a los acreedores del banco del gobierno griego) y eso se considera políticamente imposible en Alemania.

En segundo lugar, y esto es mucho más fundamental, algunos banqueros creen profundamente que Francia está difamando la idea original de Brady.

La estructura original de Brady funcionó a la hora de reconstruir las finanzas y las economías de los países endeudados en exceso -como México, Argentina y Brasil- debido principalmente a que a esos países se les permitió reducir la cantidad total de lo que debían a sus acreedores.

Para usar la jerga, le dieron un "tijeretazo" a su deuda soberana. Así que la parte de seguros del plan se utilizó para proteger el valor de la deuda que ya se había reducido a un tamaño más manejable.

"Gran enfermedad"
El esquema original de Brady fue una guía auténtica para la recuperación de los países que se habían endeudado mucho más de lo que podían pagar.

Por el contrario, la nueva versión francesa busca convencer que Grecia puede pagar los €340.000 millones (más de US$486.000 millones) que debe, pese a que muchos banqueros e inversores lo consideran una peligrosa ficción.

En términos generales el esquema francés no hace más que extender el vencimiento de la deuda griega.

Pero no hace nada para reducir la carga agobiante de toda esa deuda en Grecia.

Su objetivo es proteger a los prestamistas del sector privado (en especial a los bancos). Pero busca que los prestamistas del sector público (como el Banco Central Europeo y los gobiernos de la eurozona) asuman la pérdida de los créditos que le otorgaron a Grecia.

En todo caso, a no ser que los acreedores públicos y privados estén dispuestos a incurrir en pérdidas y reducir el monto de lo que debe Grecia, entonces ni los griegos ni la eurozona se curarán del mal financiero que los aqueja.