Fernando De la Rúa, expresidente de Argentina. | Foto: BBC Mundo

Crisis histórica

Una década después, hablan los protagonistas del "corralito" argentino

El expresidente Fernando de la Rua, y su ministro e ideólogo Domingo Cavallo, defienden la medida señalada de producir la debacle financiera de 2001. Otros ex funcionarios la califican de "desastrosa". De la Rúa pide perdón.

Alianza BBC
2 de diciembre de 2011


Entre finales de 2001 y principios de 2002 Argentina atravesó una crisis económica de esas que quedan en los libros de historias como ejemplo de cuando todo se puede ir por el despeñadero.

Violencia, muertos, muchos presidentes, inflación y devaluación son hechos asociados a la época. Pero la palabra que más se identificó con la crisis fue la de "Corralito".

El "Corralito", o en términos más formales la restricción del retiro de los depósitos de los bancos argentinos, ocurrió el 3 de diciembre de 2001. Su implementación fue lo que hizo estallar todo, dando inicio a unas semanas de turbulencia que hasta hicieron temblar a la institucionalidad del país. "Que se vayan todos" fue el grito común.

Aunque Argentina venía de dos años seguidos de recesión, el "Corralito" vino a coronar un período de incertidumbre e inestabilidad en un país donde existían dudas sobre la economía, la capacidad de pago de la deuda externa y se venían retirando de manera acelerada los depósitos bancarios.

"Había una serie de temas fundamentales que correspondía tratar, pero la medida (el "Corralito") agravó el problema en vez de solucionarlo", señaló a BBC Mundo el entonces Secretario de Finanzas, Daniel Marx.

"Fue una política desastrosa", sentenció Mario Blejer, quien era vicepresidente del Banco Central en la época. "Fue una medida muy drástica, probablemente innecesaria. Algo había que hacer, pero no eso", apuntó.

El decreto de restringir el retiro de depósitos a sólo 250 pesos por semana sorprendió incluso a los altos funcionarios del entonces gobierno de De la Rúa.

"Fuimos informados, junto con el presidente del Banco Central, cuando ya el decreto estaba firmado", recuerda Marx.

Pero mayor sorpresa fue la que tuvo la población. "Recibí un dinero de un juicio laboral que tardó cuatro años y lo puse en el banco mientras definía la compra de un nuevo apartamento para mi familia. Y justo me vino a agarrar esto", señaló a BBC Mundo la periodista Carina Etchegaray.

El "Corralito" congeló los depósitos. En 2001 la moneda argentina estaba anclada en igual valor con el dólar estadounidense. Esta paridad se levantó al año siguiente y el peso perdió más de tres veces su valor.

"Antes de la crisis el dinero nos servía para un apartamento, cuando me lo devolvieron apenas alcanzaba para un auto", recuerda Etchegaray.

¿Pero, cómo se tomó la decisión del "Corralito"? ¿Y qué reflexión quedó?

Actores
"Eran restricciones razonables. Los pagos debían hacerse en tarjeta de débito y de crédito y sólo un cierto monto en billetes en efectivo", indicó a BBC Mundo Domingo Cavallo, el entonces ministro de Economía e ideólogo de la medida.

"Fue una circunstancia complicada. Habíamos perdido el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se había comprometido a desembolsar una cantidad de dinero y no lo hizo. Por ello, tuvimos una corrida (bancaria) y eso nos llevó a las restricciones", agregó.

El límite de 250 pesos a la semana o 1.000 al mes, sin embargo, no cubría el ingreso mayoritario de la población entonces. Además, se estima que apenas 1% de las transacciones en Argentina en 2001 eran electrónicas.

"La medida era el equivalente a interrumpir la circulación de la sangre en un cuerpo. Eso tiene consecuencias serias", afirma Marx, quien renunció días después que la restricción entrase en vigencia por "diferencias" con el gobierno del que formó parte.
 
La única persona que podía aprobar el plan de Cavallo era el presidente de aquel momento, Fernando de la Rúa, quien en efecto firmó el decreto.

"La medida no es popular, ni querida, por quien la firma. Uno no quiere nunca tomar una medida así", dice el ex mandatario a BBC Mundo.

Pero agrega: "No hubo comprensión suficiente. Tal vez mi pecado fue no saber comunicarlo debidamente y hacer que se lo comprendiera".

"Si a alguien molesté, y algún error cometí, pido disculpas. Espero ser comprendido", apuntó.

Conspiraciones
Tanto Cavallo como De la Rúa afirman que la situación que generó el "Corralito" fue precipitada por el FMI y por un sector político de oposición liderado por el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires y luego presidente en 2002, Eduardo Duhalde.

"La corrida bancaria se alimenta por la falta de crédito, cuando el FMI anuncia que no mandará la cuota (de financiamiento) ya aprobada. La actitud del Fondo fue negativa y absurda, traicionando los principios de la institución" dice el ex presidente argentino a BBC Mundo, desde un estudio de abogados en Buenos Aires, donde prepara su defensa para un juicio que se le sigue por un caso de presuntos sobornos en el 2000.

"Argentina había recibido algo de apoyo del Fondo, unos US$10.000 millones entre 2000 y 2001; un monto insignificante en comparación a lo que le han dado a Grecia ahora. Pero cuando llegó el momento de las cuotas claves para apuntalar la reestructuración, el FMI no desembolsó con lo cual provocó la corrida bancaria", tercia Cavallo.

Para contrastar ambas versiones se buscó la opinión de uno de los más altos funcionarios del FMI en 2001, quien estaba encargado directamente de tratar de los ocupantes de entonces de la Casa Rosada.

Claudio Loser, era en ese momento director del Hemisferio Occidental del organismo multilateral. Para él, la acusación de De la Rúa es "injusta".

"El FMI no tenía alternativa porque De la Rúa y Cavallo nos decían que teníamos que prestarles US$ 1.000 millones más, lo que quizás hoy no parece mucho cuando se habla de US$ 300.000 millones para rescatar a Italia. Pero, el Fondo respondió que no porque las cuentas (de Argentina) no cerraban", aseveró Loser.

Y profundiza. "El gobierno (argentino) y el FMI negociaron mucho tiempo. Se los instó a arreglar la situación financiera o de lo contrario no se les prestaría más plata. Pero la clase política dijo que a 'Argentina no la dejarían caer'. Y llegó un punto en que el Fondo decidió no prestar más y ahí fue que De la Rúa y Cavallo decidieron cerrar las puertas del sistema financiero para que no saliese más plata de los bancos".

La negativa del FMI, junto a información de prensa que filtró un día antes lo que se venía, llevó a una fuga del sistema bancario de aproximadamente US$1.000 millones en la semana anterior a la medida.

En 2001, de acuerdo a una investigación parlamentaria publicada en 2005, se fugaron más de US$14.000 millones del país. Un 20% del Producto Interno Bruto. Reflejo del pánico y la falta de confianza.

"Tanto por el lado del FMI como del gobierno no se quiso discutir el fondo del asunto ni cómo se arreglaba todo. Esto generó la falta de comunicación y desencadenó consecuencias mayores", apunta Marx.

¿Complot?
Esas consecuencias fueron los numerosos cacerolazos que se desataron en todo el país tras la imposición del "Corralito". El golpe de ollas llevó a marchas, las marchas a manifestaciones, las manifestaciones a disturbios y saqueos, un estado de emergencia, represión y más de 40 muertos para el 21 de diciembre.

Según Cavallo, "la reacción popular fue organizada. Trajeron a esa gente a la Plaza de Mayo para provocar la caída del gobierno de De la Rúa".

El ex mandatario lo secunda y tilda la reacción en la calle de ser parte de un "golpe institucional". Y apunta a Duhalde y el Partido Justicialista.

Pero cuando se le piden detalles de la conspiración De la Rúa explica que hubo un juicio, donde se probó el complot y las protestas organizadas, "pero no se hallaron responsables".
 
"Desconozco si hubo maniobras políticas", señala Marx.

"Pero sí creo que la gente estaba inconforme y afectada. Eran personas que tenían programado recibir determinados ingresos y esto se les cortó de frente", agregó.

En los siguientes seis meses que transcurrieron después de aplicarse el "Corralito", Argentina se declaró imposibilitada de honrar su deuda externa (default), los ahorros retenidos en dólares (miles de millones) se convirtieron por decreto en pesos, que luego fueron severamente devaluados.

Además, casi dos tercios de los argentinos cayó dentro del segmento de pobreza o pobreza extrema, el desempleo se disparó por encima de 20% y la economía iba rumbo a una contracción de 10%.

Lo que se desató con el "Corralito", afirma Loser, fue la "peor crisis en la historia moderna de Argentina".