El gran punto flaco de la Eurozona siguen siendo los riesgos políticos. Son los principales enemigos de la consolidación de la recuperación económica. | Foto: Reuters

Economía Mundial

La Eurozona toma fuerza

Los datos recientes de la Eurozona dejan ver una continua recuperación económica. No obstante, el camino para consolidarla aún es largo y tiene en el riesgo político a uno de sus principales obstáculos.

7 de abril de 2015

La economía de la Zona Euro ha empezado a dar buenos resultados. Las decisiones del Banco Central Europeo han ido ayudando a fortalecer las economías de la región y el panorama de cara al futuro se torna más favorable.

Cuando la eurozona recientemente cayó en un crecimiento negativo en sus precios (deflación técnica), el Banco Central Europeo tomó medidas para impulsar una flexibilización monetaria agresiva. Los resultados son reconocidos hasta por Nouriel Roubini, tradicionalmente analista pesimista sobre Europa. Roubini reseña en un artículo para Project Syndicate que “el impacto financiero no se hizo esperar. De manera anticipada a la flexibilización monetaria, y después de su inicio, el euro cayó fuertemente, los rendimientos de los bonos de la eurozona cayeron a niveles muy bajos, y los mercados de valores comenzaron a recuperarse de manera robusta. Esto junto a la fuerte caída de los precios del petróleo, ha impulsado el crecimiento económico”.

Ejemplo de ello es que las ventas de automóviles en España cerraron marzo con un crecimiento del 40,5% con respecto al mismo mes de 2014, tras registrar un volumen superior a 100.000 unidades en el mes, lo que no ocurría desde hace más de cuatro años y medio.

No obstante, el gran punto flaco de la Eurozona siguen siendo los riesgos políticos. Son los principales enemigos de la consolidación de la recuperación económica. Sostiene Roubini en su columna que se tiene la esperanza de que Grecia permanezca dentro de la eurozona. Pero las negociaciones sobre un acuerdo sobre la financiación del país se mantienen sin mayores avances.

A esto se suma que un partido populista, que encuadra dentro del molde de Syriza en Grecia, podría llegar al poder en España. Además, los partidos populistas anti-euro de la derecha y la izquierda están desafiando el primer ministro italiano Matteo Renzi, mientras que Marine Le Pen del ultraderechista Frente Nacional muestra buenos resultados en las encuestas con miras a las elecciones presidenciales francesas que se celebrarán el 2017.

A la turbulencia política en algunos países miembros, debe añadirse el vecindario complejo. Rusia es cada vez más radical frente a Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia han generado fuertes impactos entre las economías europeas. Por otro lado, Medio Oriente anda sumido en un mar de conflictos que cada vez se asientan más en territorio europeo, prueba de ello son los ataques a París y Copenhague, junto con los registrados a turistas en Túnez.

Pero no son las únicas dificultades. La sostenibilidad de la deuda continuará siendo un problema para estas economías en el mediano plazo y la unión monetaria de Europa sigue siendo incompleta. Su viabilidad a largo plazo requiere que en el transcurso de un período de tiempo se desarrolle plenamente la unión bancaria, la unión fiscal, la unión económica y finalmente una unión política.

Lo cierto es que en Europa comienzan a ver mejores cifras económicas y un panorama más alentador. No obstante, tendrán que sortear temas complejos y álgidos. Dependerá de la unidad de la misma, su capacidad para salir adelante de estas vicisitudes y consolidar lo que hasta ahora parece como un mejor entorno económico para 2015.