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INTERNACIONAL

¿Reversazo de Macrón frente a su polémica reforma?

París lleva 14 días paralizado por multitudinarias protestas. Según informaciones filtradas por fuentes cercanas al presidente, podría hacer concesiones sobre uno de los puntos más polémicos de su reforma: la edad de jubilación.

18 de diciembre de 2019

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio a entender el miércoles que podría hacer alguna concesión en su proyecto de reforma de pensiones durante negociaciones con los sindicatos, después de dos semanas de huelga de transporte y movilización en las calles que amenazan con aguar las fiestas de fin de año de los franceses.

"El presidente no abandonará el proyecto, pero está dispuesto a mejorarlo durante las conversaciones previstas con los sindicatos", afirmaron este miércoles fuentes cercanas al jefe de Estado, que auguran "avances importantes" antes de que finalice la semana. El primer ministro francés, Edouard Philippe, recibió este miércoles por la tarde a los responsables de los sindicatos y la patronal para intentar encontrar una salida a la crisis que tiene entre la espada y la pared al gobierno, preocupa a los comerciantes y tiene hastiada a la población.

Es urgente hallar una solución cuando faltan tres días para el inicio de las vacaciones de Navidad, durante las cuales miles de personas podrían encontrarse sin trenes para pasar las fiestas en familia. Macron, al que esta protesta no ha perjudicado aún en términos de popularidad, quiere "obtener una pausa" en la movilización social "durante las fiestas" de fin de año, según fuentes del gobierno. Pero el líder del sindicato CGT, Philippe Martinez, que encabeza las protestas, reiteró después de reunirse con el primer ministro que no tienen intenciones de hacer una "tregua" navideña si el gobierno no da su brazo a torcer y retira su proyecto de reforma.

¿Concesiones? 

Según las informaciones filtradas por fuentes cercanas a Macron, el ejecutivo podría hacer concesiones sobre uno de los puntos más polémicos de su reforma: la llamada "edad de equilibrio" o edad oficial de jubilación, que la reforma sitúa en 64 años a partir de 2027 frente a los 62 actuales.

Trabajar menos de esa edad daría derecho a una pensión más pequeña, trabajar más allá de esa edad, a una remuneración mayor. Esta idea ha sido rechazada en bloque por los sindicatos, sobre todo la CFDT, que era hasta hace poco el principal aliado del gobierno, que la considera como una "línea roja" peligrosa que el gobierno había atravesado.

Philippe hará todo lo posible para recuperar a su aliado, con la ayuda de Laurent Pietraszewski, el nuevo encargado del gobierno para esta reforma de las pensiones, que reemplaza a otro responsable que dimitió en plena crisis social por un presunto conflicto de intereses. Pero al salir de Matignon, sede del gobierno, el líder de la CFDT, Laurent Berger, declaró ante la prensa que seguían "muy, muy lejos de un acuerdo". 

Las discusiones seguirán el jueves, día en el que Philippe recibirá también a los dirigentes de la empresa de transportes parisinos y de la compañía ferroviaria nacional. Los sindicatos llegan a la mesa de negociaciones fortalecidos después de que el martes lograran sacar a las calles a cientos de miles de personas en todo el país, en la tercera jornada de protestas nacionales en dos semanas. Más de 600.000 manifestantes, según el ministerio del Interior, y 1,8 millones, según los sindicatos, participaron en las protestas en varias ciudades de Francia, en rechazo a esta reforma que prevé fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único.

14 días de caos

La situación en los transportes seguía siendo caótica este miércoles, en el decimocuarto día de huelgas y la exasperación entre la población se hacía sentir. Ir al trabajo o a sus lugares de estudio era un desafío para miles de franceses, principalmente en la región parisina. Ocho de las 16 líneas del metro estaban cerradas, cuatro funcionaban parcialmente, y solo dos, totalmente automatizadas, operaban con normalidad en la capital francesa.

Los trenes suburbanos y los autobuses circulaban a cuentagotas y en ellos no cabe una alfiler. Muchos ciudadanos preferían tomar bicicletas o monopatines o recorrer decenas de kilómetros a pie. Según una encuesta, 62% de los franceses sigue apoyando la huelga, pero el 69% desea una "tregua" por Navidad.

Las pensiones es un tema particularmente delicado en Francia, en donde la población está muy apegada a un sistema por repartición, en el que los trabajadores actuales pagan las pensiones de los jubilados actuales, y conocido por ser uno de los más protectores del mundo.