Kevin Tsujihara, presidente saliente de Warner Bros. | Foto: AP

ESCÁNDALO

El caso Warner Bros: los problemas de llevar el romance a la oficina

El presidente de esta firma habría tratado de ayudar a conseguir trabajo a una joven actriz británica con la que sostendría una relación sentimental. Desde la compañía anunciaron su salida del cargo.

19 de marzo de 2019

El presidente ejecutivo de los estudios Warner Bros., Kevin Tsujihara, enfrentado desde hace semanas a rumores de romance con una joven actriz británica a quien habría tratado de ayudar a conseguir trabajo, renunciará a su cargo, informó el grupo WarnerMedia (antes Time Warner).

En medio del escándalo surgieron acusaciones de que le prometió papeles a una actriz con la que sostenía la relación sentimental. En seguida, el director general de WarnerMedia John Stankey anunció la salida de Tsujihara como presidente de la compañía.

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"Es en el mejor interés de WarnerMedia, Warner Bros., y nuestros empleados y socios que Kevin renuncie como presidente y CEO de Warner Bros", dijo en un comunicado el director general de WarnerMedia, John Stankey.

"Kevin reconoce que sus errores son incompatibles con las expectativas de liderazgo de la compañía y podrían afectarla en su capacidad de desarrollo en el futuro", agregó la declaración, sin mencionar explícitamente el escándalo de su supuesta relación con la actriz Charlotte Kirk.

Stankey señaló que Kevin ha contribuido "enormemente" al éxito del estudio durante los últimos 25 años y que están agradecidos por eso. 

WarnerMedia inició una investigación a principios de mes, después de que Hollywood Reporter publicara el 6 de marzo una nota en la que se detallan mensajes de texto que se remontan a 2013 entre Tsujihara, de 54 años y la actriz británica Charlotte Kirk, de 26. 

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Los mensajes insinuaban una relación sexual quid pro quo entre la aspirante a actriz y el jefe de los estudios, en la que él le prometió que le presentaría a influyentes ejecutivos y sería tomada en cuenta para papeles en cine y televisión.

Sin embargo no habría tenido mucho éxito, ya que Kirk solo aparece en dos películas producidas por Warner Bros, "How to be single" (2016) y "Ocean‘s 8" (2018), en ambos casos en roles menores.

En un memo dirigido al personal de Warner Bros el lunes, Tsujihara dijo que dejaba la compañía “después de una larga introspección, y discusiones con John Stankey durante la última semana”.

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“Ha quedado claro que la continuidad de mi liderazgo podría ser una distracción y un obstáculo para el éxito de la compañía”, dijo Tsujihara. “El duro trabajo de todos los miembros de nuestra organización es sumamente admirable, y no permitiré que la atención de la prensa a mi pasado le reste valor a la gran labor que realiza el equipo”.

El abogado de Tsujihara, Bert H. Deixler, previamente declaró que su cliente “no tuvo participación directa en la contratación de esta actriz”. El lunes se negó a dar más comentarios. Los abogados han negado formalmente una intervención de su parte para las elecciones de casting de estas películas.

Estas acusaciones son objeto de una investigación interna por parte de Warner, que aún no ha anunciado el reemplazo de Tsujihara.

Tsujihara, quien ha encabezado el estudio de Burbank, California, desde 2013, previamente se comprometió a cooperar plenamente con la investigación interna y se disculpó con el personal de Warner por los “errores en mi vida personal que le han causado dolor y vergüenza a las personas que más quiero”.

Este no es el primer escándalo de este tipo, en las altas esferas de las grandes empresas y las entidades multilaterales. Uno de los casos más resonados fue el del entonces presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, que se vio obligado a renunciar en 2007, cuando una entidad de investigación reveló que le asignó aumentos salariales hasta del 25% a su novia, una funcionaria de la entidad en ese momento. El escándalo tuvo implicaciones mundiales, por tratarse de una de las bancas multilaterales más reconocidas del planeta.

Otro caso muy sonado fue el de Brian Krzanich, hasta mediados del año pasado CEO de Intel, por mantener una relación amorosa, hecho que estaba prohibido por el manuel de buena conducta de esa compañía.

Las relaciones amorosas al interior de las organizaciones se han convertido en un tema que muchas compañías tienen prohibido. El asunto es que pueden originar conflictos de interés que condicionen las decisiones lo que podría afectar el buen desempeño de una firma. Los casos enunciados muestran que a menudo no es bueno llevar el romance a la oficina.

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*Con información de AP y AFP.