El desequilibrio estructural entre economías distintas ha puesto en peligro al euro. | Foto: BBC

Economía

Qué pasa con el euro si se desinfla Alemania

Es oficial. La locomotora de la Eurozona, Alemania, se contrajo en el último trimestre de 2012 y sus perspectivas de crecimiento para este año son mucho menores de lo que se había anticipado.

Alianza BBC
17 de enero de 2013

La Oficina Federal de Estadísticas de Alemania estimó la contracción en un 0,5% y, según el Banco Central alemán, la economía crecerá un 0,4% este año, mucho menos que el 1,6% previsto en cálculos previos.

El dato es un nuevo golpe a la eurozona. En la primera mitad del año pasado el crecimiento alemán evitó una recesión del conjunto de la eurozona, pero las cifras revelan que la locomotora ya no anda.

En 2010 y 2011 Alemania creció un 4,2 % y un 3% respectivamente. La caída fue abrupta el año pasado: el Producto Interno Bruto (PIB) germano aumentó un anémico 0,7%.

En declaraciones al Financial Times este miércoles el presidente del gobierno de España Mariano Rajoy, que ha aceptado el plan de ajuste a rajatabla en su país, pidió a las naciones acreedoras de la eurozona que pongan en marcha políticas de estímulo.

“Este es el momento de poner en marcha estas políticas. Está claro que no se puede pedir a España que adopte políticas de expansión. Pero sí a los países de la eurozona que están en condiciones de hacerlo”, señaló al diario.

Un dato debería favorecer este cambio. Según la misma Oficina de Estadísticas, Alemania obtuvo un superavit fiscal del 0,1%, el primero desde 2007. Pero el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schauble, reafirmó este martes por la noche la posición de austeridad de su gobierno.

El desacople perdido

Desde el estallido de la crisis soberana con Grecia en 2010, la eurozona fue una historia de realidades paralelas. Mientras los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) se hundían en la recesión, Alemania, segundo exportador mundial después de China, creció de la mano de sus ventas al exterior (más de la tercera parte de su PIB).

Esto creó una ilusión de desacoplamiento. Gracias a su eficiencia económica Alemania podía desentenderse de la suerte de sus socios, aunque la mitad de sus exportaciones tuvieran a la eurozona como destino.

Según Marie Dirone, economista senior de la consultora internacional Ernest and Young, los nuevos datos muestran que este desacoplamiento es ilusorio.

“La economía germana parecía capaz de resistir la debilidad del sur de Europa gracias a la fortaleza de su sector exportador y su capacidad de diversificación a China y otros mercados emergentes. Está claro que esto tiene límites. Alemania está sintiendo la caída de la demanda en los otros países de la eurozona”, señaló a BBC Mundo.

Según los datos oficiales, las exportaciones sufrieron una abrupta caída en el último trimestre del año pasado. Esta caída arrastró a la eurozona que terminó el 2012 en recesión (dos trimestres consecutivos de contracción).

El pecado original

Los datos muestran también que el euro sigue sufriendo del desequilibrio estructural entre economías muy distintas que ha puesto en peligro el proyecto de la moneda única europea.

Entre Alemania o Francia y Grecia o Portugal siempre hubo un abismo de productividad y competitividad. Estas diferencias no eran insalvables. En el corazón del proyecto paneuropeo estaba la idea de homogeneizar economías diversas por medio de la inversión pública en las zonas más atrasadas.

Pero el euro nació en medio de la gran fiesta financiera. Gracias a la moneda única, los países de la periferia, los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), tuvieron una tasa de interés muy baja que financió booms de inversión y consumo pagados con un creciente endeudamiento.

Simplificando, el resultado fue que los países del norte europeo exportaron y los del sur consumieron en base a un déficit de cuenta corriente. El ajuste decidido por el gobierno alemán socialdemócrata de Gerhard Schroeder en 2003 profundizó el desequilibrio: los salarios alemanes tuvieron un estancamiento relativo a los de sur que encareció los productos que venían de los PIGS.

La asimetría de los ajustes


Los programas de ajuste decididos por los PIGS en el marco de la crisis de deuda soberana han servido para reequilibrar un poco las cosas. Países como España y Portugal, que tenían un déficit de cuenta corriente del 10% antes de la crisis, hoy se acercan a un 0% gracias a una disminución de la importación y un aumento de las exportaciones

“El problema es que este reequilibrio ha sucedido gracias a la recesión. Eso no sirve para el crecimiento. Lo que se necesitaría es una mayor demanda doméstica de Alemania que estimule las exportaciones de los países periféricos”, indicó a BBC Mundo Marie Dirone.

Según una escuela de pensamiento, siendo la eurozona una unidad, el desequilibrio no debería importar tanto: la caída de una región sería compensada por el crecimiento de otra. El especialista alemán de la London School of Economic, Henning Meyer, opina que no hay mecanismos para compensar estos desequilibrios.

“La eurozona no tiene las instituciones para esto. No hay transferencias fiscales que compensen la caída de una región. Y lo que se está haciendo es lo contrario. Hay un ajuste asimétrico por el que los países que tienen déficit están adoptando políticas recesivas mientras que los países que están en superávit no están adoptando políticas expansivas”, indicó a BBC Mundo Meyer.

Un incierto “Austericidio”.

La canciller Angela Merkel es la gran papisa de la austeridad en la eurozona en medio de una contracción que empieza a afectar los intereses del poderoso sector exportador germano.

Estos programas de ajuste, que el diario español “El País” bautizó como “austericidio”, son una soga al cuello que el mismo gobierno alemán sigue ajustando. Hace dos semanas el ministro de finanzas Wolfgang Schauble señaló que Alemania tenía que empezar su propio ajuste fiscal.

Mucho dependerá de la suerte de la misma Alemania. El fantasma que empieza a rondar entre los analistas es la posibilidad de una recesión germana.

A este fantasma económico se suman las elecciones de septiembre en las que la canciller Merkel tiene que renovar su mandato.

“Alemania ha vivido en un mundo paralelo en el que la crisis de la eurozona era una cosa que se veía por televisión. Si la economía alemana se deteriora esto puede tener un fuerte impacto en el resultado de las elecciones y en la política a seguir”, indicó Meyer a BBC Mundo.