La afinidad ideológica de Chávez con los rebeldes izquierdistas de Colombia ha llevado a Washington y a Bogotá a acusarlo de respaldar a los guerrilleros.

¿Qué implica la reconciliación Colombia-Venezuela?

Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Hugo Chávez, acordaron relanzar las relaciones diplomáticas, poniendo fin a la más reciente confrontación de países andinos y abriendo la posibilidad de reactivar su movido comercio bilateral.

12 de agosto de 2010

Las tensiones fueron cobrando intensidad desde el año pasado, cuando Chávez ordenó suspender las importaciones desde su vecino, y el 22 de julio el mandatario venezolano rompió los lazos diplomáticos en rechazo a acusaciones del Gobierno de Alvaro Uribe de que Caracas resguardaba a guerrilleros.

* El acuerdo de restablecimiento de relaciones constituye un espaldarazo para Santos, quien logró una rápida victoria en su política de relaciones exteriores pocos días después de asumir como presidente. Chávez, cuya nación productora de petróleo celebrará elecciones legislativas el 26 de septiembre, emerge como un moderado que se muestra listo a construir mejores relaciones con el nuevo Gobierno de Colombia. Pero las políticas conservadoras derechistas de Santos mezcladas con las ideas izquierdistas de Chávez podrían ser una fuente de tensión en el futuro después que el mandatario colombiano deje atrás el período de luna de miel.

* Temas subyacentes, incluyendo las acusaciones de que grupos rebeldes colombianos usan territorio venezolano y la oposición de Chávez a las buenas relaciones entre Bogotá y Washington, siguen sin resolverse pese a que las naciones acordaron la creación de una comisión que evalúe los temas relativos a la seguridad. Estos temas podrían ser un terreno fértil para más tensiones entre el principal aliado de Estados Unidos en la región y Venezuela, que por su parte redobla sus relaciones con países como Rusia, China e Irán.

* La afinidad ideológica de Chávez con los rebeldes izquierdistas de Colombia ha llevado a Washington y a Bogotá a acusarlo de respaldar a los guerrilleros, pese a que en los últimos tiempos el líder venezolano ha llamado a estas agrupaciones a que depongan las armas. Santos ha dicho que estaría dispuesto a conversar con los insurgentes si éstos renuncian a la violencia. Pero en el pasado los rebeldes han dicho en más de una oportunidad que están a favor de las discusiones y usan eso como una manera de ganar tiempo para reagruparse.

* Caracas y Bogotá aún no han restablecido el comercio bilateral que pasó de US$6.000 millones en el 2008 -antes de la crisis-, a un estimado de US$1.000 millones este año, después de que Chávez lo restringió como venganza a la firma de un acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos para combatir al narcotráfico y la guerrilla. Los mandatarios de los dos países anunciaron la creación de una comisión para examinar el restablecimiento de los vínculos comerciales y para el pago de una deuda de Venezuela a exportadores colombianos, estimada en cerca de US$800 millones. La restricción comercial entre los dos países hizo aumentar la inflación en Venezuela debido a la falta de productos alimenticios y la disminuyó en Colombia por la sobreoferta interna que causó, lo que le permitió a su banco central mantener una política monetaria expansiva.

* Cualquier alza sustancial de las exportaciones a Venezuela ejercería presión sobre el peso colombiano -que ya se encuentra en una fuerte tendencia alcista gracias a mayor inversión extranjera directa en los sectores petrolero y minero-, lo que podría elevar las expectativas inflacionarias y forzar a la autoridad monetaria a subir las tasas de interés más pronto de lo previsto. Es probable que el peso colombiano se aprecie por las expectativas de una pronta reactivación del comercio, tal como ocurrió el lunes cuando se fortaleció un 0,35 por ciento después del anuncio de la reunión de los presidentes.

No obstante, la deuda pública interna colombiana, representada en títulos TES, podría tener un comportamiento mixto, pues si bien el mejor ambiente con Venezuela podría generar confianza que se traduciría en valorizaciones, la eventual disminución de la oferta local de productos por el restablecimiento de las exportaciones podría elevar la inflación y reducir el retorno de los activos.

Los precios de los bonos venezolanos, sin embargo, no han sido afectados por la disputa diplomática, con los inversores mucho más interesados en los planes de Venezuela en cuestión de emisión de deuda y el estado de sus finanzas que por el conflicto bilateral.

 

 

Reuters