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TRANSPORTE

Arranca el primer tren que funciona con hidrógeno en el mundo

El tren de hidrógeno sería una buena alternativa a los de diésel en las líneas no electrificadas y para evitar la costosa renovación de los equipos eléctricos que están muy deteriorados.

17 de septiembre de 2018

El grupo francés Alstom puso en operaciones comerciales el lunes en Alemania el primer tren que funciona con hidrógeno, una primicia destinada a evitar el uso de diésel en las líneas sin electrificar.

Dos trenes, pintados en azul, iniciaron sus recorridos entre Cuxhaven, Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehude, una línea de 100 km de Baja Sajonia por donde circulan trenes diésel.

"El primer tren que funciona con hidrógeno en el mundo entra en servicio comercial y está listo para la producción en serie", subrayó el presidente de Alstom, Henri Poupart Lafarge, quien se encontraba presente en la ceremonia del recorrido inaugural realizada el domingo en Bermervörde.

El dirigente se congratuló de "una innovación surgida de un trabajo en equipo franco-alemán, lo que muestra la fructífera colaboración transfronteriza", ahora que el grupo será absorbido por el alemán Siemens.

El tren es impulsado al mezclar en un dispositivo conocido como celda de combustible el hidrógeno --almacenado en un tanque en el techo-- con el oxigeno del aire, lo que genera electricidad y vapor de agua

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El hidrógeno se obtiene previamente en una planta especial mediante el proceso de electrólisis al aplicar electricidad al agua, lo que la separa en hidrógeno y oxígeno

Además la energía del frenado se almacena de baterías de ion-litio (del tipo que se utilizan ya en automóviles eléctricos) para ser reutilizada en la aceleración.

Estos trenes "con cero emisiones" son poco ruidosos y solo despiden vapor de agua.

El tren de hidrógeno tiene, según Alstom, una autonomía de 1.000 km entre dos llenados, o sea tanto como un tren que funciona con diésel.

Esta tecnología es presentada por el grupo como una prometedora alternativa, relativamente barata, al diésel para las líneas no electrificadas.

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"Claro que un tren de hidrógeno es un poco más caro al comprarlo que uno de diésel, pero la explotación es menos costosa", subrayó a la AFP Stefan Schrank, jefe del proyecto en Alstom.

Otros países han mostrado interés, entre ellos Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Noruega, Italia, Canadá y Francia.

Verde y gris

El tren de hidrógeno sería una buena  alternativa a los de diésel en las líneas no electrificadas y para evitar la costosa renovación de los equipos eléctricos que están muy deteriorados.

Pero aunque su uso tiene virtudes, la fuente del hidrógeno puede plantear problemas, pues el 95% del hidrógeno consumido en Francia se obtiene de energías fósiles.

Este "hidrógeno gris" es por supuesto menos contaminante que el diésel, pero no del todo ecológico.

El "hidrógeno verde", obtenido de energías sustentables (por electrólisis del agua), es mucho más caro y exige la construcción de eólicas o centrales fotovoltaicas. 

En Baja Sajonia se necesitan tres eólicas para hacer funcionar la pequeña flota de 14 trenes de hidrógeno cuando esté completa en 2021. 

Por ahora los dos trenes iLint utilizan hidrgógeno gris, almacenado en un camión. Está comprimido en una minicentral colocada en un contenedor en la estación de Bremervörde, en espera de la construcción de una estación digna de ese nombre.

La investigación de complementos o alternativas al diésel agita en la actualidad a constructores y empresas ferroviarias, que crean soluciones híbridas.

El constructor canadiense Bombardier presentará esta semana en el salón ferroviario InnoTrans, en Berlín, un tren eléctrico que puede funcionar con baterias a lo largo de 40 km y pronto 100 km, destinado a los tramos en los que falten las catenarias.

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