Mauricio Macri, presidente de Argentina y Alberto Fernández, candidato peronista. Los dos candidatos prometieron cumplir con el pago de la deuda argentina. | Foto: Afp

ELECCIONES

La economía argentina, otra vez en la cornisa

La derrota de Macri en las primarias despertó el temor de los inversionistas. ¿Qué pasará?

27 de agosto de 2019

El presidente Mauricio Macri no vio venir el rotundo golpe que le acertó el kirchnerismo. Hizo una campaña presidencial centrada en revivir los temores por otro gobierno peronista, usando sobre todo comparaciones con la crisis venezolana. Pero los resultados de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) le demostraron que la mayoría de los ciudadanos prefiere volver a arriesgarse con el kirchnerismo que seguir con las duras medidas de austeridad que viven hoy en día.

Pero la derrota del macrismo no solo dejó golpeado y desconcertado al actual presidente, también afectó duramente la economía del país.

El contrincante de Macri, Alberto Fernández, lo superó en 15 puntos porcentuales: el peronista obtuvo 47% de los votos, mientras el oficialismo no superó el 32%. Esas elecciones no son definitivas, pues las generales tendrán lugar el 27 de octubre y, de ser necesario, la segunda vuelta ocurriría el 24 de noviembre. Pero sí midieron la temperatura electoral del país. Para muchos expertos, las PASO representan una encuesta gigante medida con el voto popular, y estas demostraron que Fernández, que tiene como fórmula vicepresidencial a Cristina Fernández de Kirchner, logró apoderarse de los votos del kirchnerismo y de muchos ciudadanos decepcionados de Macri y de sus medidas económicas.

Por eso mismo, los mercados recibieron con preocupación la derrota del presidente. El martes 13 de agosto, las acciones y los bonos habían caído, el peso continuaba su devaluación frente al dólar, el riesgo país alcanzaba casi los 2.000 puntos y la inflación seguía disparada.

Los dos bandos han disputado la interpretación de la debacle económica que produjeron los resultados de las PASO. El macrismo culpa a la oposición. Macri dio una rueda de prensa para el olvido, en la que culpó a los votantes de su categórica derrota, y luego dijo que los inversionistas se habían asustado por el aparente regreso del peronismo al poder. Para él y sus aliados, la economía tambalea por el temor de que Fernández siga los pasos populistas que Néstor y Cristina de Kirchner aplicaron durante más de 10 años.

El peso argentino sufrió una fuerte devaluación frente al dólar en los siguientes días de la derrota de Macri.

Como señaló el periodista Patrick Gillespie en un reciente artículo para Bloomberg, parte de la culpa del torbellino económico de los días siguientes a las primarias tiene que ver con el “vacío que ha dejado Alberto Fernández en los detalles de su política económica”. Durante la campaña, el peronista moderado –que trabajó brevemente con la expresidente para luego salirse de su equipo y criticarla con fiereza–, no reveló mayores detalles de su plan económico. Dijo en repetidas ocasiones que “todavía era muy temprano para eso”, y esta ausencia de políticas fijas pudo haber despertado el temor de los inversionistas.

Como era de esperarse, el bando de Fernández interpreta la debacle de otra manera. Asegura que los mercados perdieron la confianza en el presidente y su gobierno. Así, para castigar su falta de resultados, muchos tenedores de bonos argentinos salieron en desbandada ante el sombrío panorama que se avecina.

Sean cuales fueren las razones, Mauricio Macri ha respondido como si la culpa fuera suya. Días después de las primarias anunció por medio de un video que “a partir de la situación que se generó este lunes, tomé una decisión excepcional, que nunca antes se había tomado en la historia de nuestro país. Vamos a eliminar el IVA en los principales alimentos que consumen las familias argentinas”.

En la práctica eso significa que algunos productos de la canasta familiar bajarán de precio, como el azúcar, la yerba mate, pan, leche y pasta, entre otros.

Ciertamente la medida aliviará el bolsillo de una clase media que tiene el agua hasta el cuello. Macri, con esta medida calcada del populismo económico que tanto le ha criticado a sus antecesores, se adelantó al fuerte golpe que recibirán los argentinos tarde o temprano. En efecto, con la devaluación del peso frente al dólar, muchos productos se encarecerán y esto aumentará un descontento social que lleva varios años. Un estudio de la Universidad Católica de Argentina revelo recientemente que el porcentaje de la población por debajo de la línea de la pobreza ya alcanzó el 32 por ciento: una cifra a todas luces alarmante. Lo cierto es que las medidas ortodoxas de Macri subieron el precio de la mayoría de servicios públicos y eso lastimó a muchos ciudadanos que no contaban con el dinero extra para igualar la diferencia.

Ante la situación, empresarios y gremios han pedido públicamente a Macri y a Fernández llegar a un acuerdo para proteger la frágil economía. Para conocedores del tema, solo puede generar mayor confianza entre los inversionistas que los dos contrincantes dejen de lado la pelea política y aseguren un clima propicio. Macri ya dio el primer paso: con sus medidas de emergencia, el 15 de agosto el peso se recuperó frente al dólar y la bolsa tuvo un alza. Y Fernández, haciendo gala de su fama de político moderado, también aseguró que de ganar, "respetará" el pago de la deuda del país.Tanto argentinos como acreedores esperan que su promesa no caiga en saco roto.