El Papa presidirá el Día Mundial de la Juventud, el 23 de julio, un evento al que se espera asistirán más de un millón de jóvenes católicos de todo el mundo. | Foto: efe

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Por qué importa el viaje del papa a Brasil

Con un cargo, una popularidad y hasta un nombre distintos a los que tenía al dejar Argentina cinco meses atrás, Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, retorna este lunes a la región en un viaje a Brasil que puede indicar a dónde quiere llevar su Iglesia.

Alianza BBC
21 de julio de 2013

La llegada del pontífice a Río de Janeiro para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica hasta el domingo 28 marca el primer gran viaje internacional que Jorge Bergoglio realiza desde que fue entronizado en marzo.

Los expertos creen que el papa expondrá en Río, ante cientos de miles de jóvenes de todas partes, el estilo y algunas ideas con las que espera sacar a la Iglesia de la crisis que vive, dándole una importancia clave a esta región que tiene dos de cada cinco católicos del mundo, pero donde crece el número de evangélicos y no creyentes.

"El eje central de la Iglesia ha cambiado: está más al sur y entre los jóvenes", dijo Manuel Vásquez, jefe del departamento de religión en la Universidad de Florida, a BBC Mundo.

Francisco ya ha exhibido un estilo y una prioridad diferente que su antecesor Benedicto XVI, el papa alemán que renunció al cargo y que se caracterizó por intentar revivir el catolicismo en Europa frente al reto de la secularización y el islamismo.

Desde sus vestimentas hasta sus movimientos en público, el pontífice jesuita argentino ha puesto el acento en mostrar una Iglesia humilde, en mayor contacto con la gente en general y los pobres en particular.

Aunque Río ya estaba definida como sede de la JMJ antes de la elección del papa Francisco, muchos creen que este viaje ofrece una oportunidad singular al pontífice para llevar sus ideas a la práctica.
El papa no sólo se reunirá con la presidenta Dilma Rousseff y otras autoridades y ofrecerá misas, sino que recorrerá una favela que hasta hace poco era dominada por narcotraficantes y visitará un hospital franciscano que comenzará a atender jovenes adictos a las drogas. 

"La principal señal que el papa Francisco quiere rescatar es una religiosidad que se base en los valores cristianos, la compasión (…). Por eso el gran énfasis en la pobreza", explicó Silvia Fernandes, una socióloga especializada en catolicismo en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (UFRRJ).
Pero agregó que "eso no significa un cambio en los rumbos de la Iglesia, necesariamente" y "las cuestiones doctrinarias más polémicas permanecen".

"Oir al papa"

Antes de su viaje a Brasil, el papa Francisco endureció las penas del Estado del Vaticano por abuso sexual de menores y creó una comisión de investigación del banco del Vaticano, envuelto en escándalos financieros.

Sin embargo, André Chevitarese, profesor de historia la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) experto en la Iglesia, sostuvo que falta saber qué hará exactamente el Vaticano con esos y otros temas polémicos.

"En cuestiones importantes como pedofilia, el Banco del Vaticano y la resistencia al uso de preservativos en áreas devastadas por el VIH, todavía precisamos oir al papa", indicó Chevitarese a BBC Mundo.

Si Francisco va a aludir o abordar directamente esto durante su viaje a Brasil es una incógnita, aunque muchos creen que temas como la falta de castigo a curas pedófilos son parte de la explicación de la pérdida de fuerza de la Iglesia en la región y todo el mundo.

La proporción de católicos en América Latina pasó del 90% de la población en 1910 a 72% en 2010, según el Foro Pew sobre Religión y Vida Pública.

Este centro con sede en Washington indicó que en Brasil, el país con más católicos en el mundo, quienes se identifican con esa religión pasaron de 92% de la población en 1970 a 65% en 2010.
Según el último censo, los evangélicos pasaron de 5% a 22% en el mismo período y quienes no declaran religión saltaron de 1% a 8%.

Esta nueva realidad religiosa brasileña no escapará del todo al papa: en el propio lugar de la zona oeste de Rio donde celebrará la misa de cierre de la JMJ el domingo 28, los templos evangélicos de diversas orientaciones superan ampliamente a las iglesias católicas.

Carismáticos o progresistas

Algo que puede mostrar cómo piensa Francisco enfrentar la competencia religiosa es la atención que dará en Brasil al Movimiento de Renovación Carismática, respaldado por el Vaticano pero marginado por su estilo durante la visita de Benedicto XVI al país en 2007.

Con curas que cantan en público, actos transmitidos por internet y TV y ventas masivas de CDs y libros, este movimiento se vuelto un imán para muchos jóvenes y permitió disminuir la pérdida de fieles, en su mayoría hacia iglesias evangélicas.

Está previsto que el padre Marcelo Rossi, un sacerdote que es la cara más visible de los carismáticos en Brasil, participe de un evento papal en Rio.

Algunos también se preguntan si el papa Francisco hará algún gesto hacia la Teología de la Liberación, que tuvo fuerza en América Latina en el pasado y al que los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI combatieron por considerarlo un movimiento político de inspiración marxista.

La prédica de Francisco evoca el discurso a favor de los pobres de la Teología de la Liberación, pero los expertos advierten que el énfasis del papa está mucho más en cuestiones morales y espirituales que políticas.

"Habrá que ver a quién se acerca: si a los teólogos de la liberación y a los progresistas, si se acerca a los carismáticos o si mantiene una línea intermedia donde no ataca a ninguno de los dos sino que los ve como vertientes que pueden servir para la re-evangelización del continente", sostuvo Vásquez.

¿Un papa político?

El papa llega a Brasil en un momento especial de la vida política nacional. El país fue sacudido el mes pasado por una ola de manifestaciones que llevó más de un millón de personas a las calles, en su mayoría jóvenes, para exigir mejores servicios públicos y denunciar los altos costos del Mundial de fútbol 2014 en vez de invertir más en salud y enseñanza.

Se espera que el papa, que ya ha indicado a través de allegados que ve con buenos ojos estas protestas, aluda al descontento social para enfatizar ante la juventud su mensaje de humildad y contra el consumismo.

Pero las autoridades brasileñas temen que la visita haga resurgir las manifestaciones, que podrían afectar el desarrollo de la JMJ.

En este sentido, quizás el viaje de Francisco a Brasil también sirva para comenzar a entender hasta qué punto está dispuesto a abordar temas políticos sensibles en la región.

Mientras fue arzobispo de Buenos Aires, el actual papa tuvo diferencias con el gobierno argentino de Cristina Fernández sobre asuntos sociales como el matrimonio homosexual.

Pero eso fue antes de que cambiara de cargo y de nombre, y algunos creen que ahora el balance entre lo religioso y político será más delicado para el pontífice. "Va a presentar una crítica de los abusos y las injusticias sociales", anticipó Vásquez, "pero no puede ser una crítica super política".