Presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, trató el viernes de contrarrestar las críticas contra el plan de la institución financiera de comprar US$600.000 millones en bonos alegando que es necesario para impulsar la economía y reducir el desempleo, pero advierte que el programa no puede sobrevivir por sí solo.

Internacional

Política monetaria de China perjudica economía mundial

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, acusó el viernes a China y a otras naciones emergentes de poner en riesgo a la economía mundial por devaluar sus monedas artificialmente.

19 de noviembre de 2010

Bernanke pronunció un discurso durante una conferencia de la banca en Francfort, Alemania, en la sede del Banco Central Europeo (BCE), el banco central de la moneda única europea, el euro.

"La subvaluación de la moneda de los países con superávit está inhibiendo el ajuste internacional necesario y está creando efectos secundarios que no existirían si las tasas de cambio reflejaran mejor los fundamentos del mercado", dijo, sin mencionar a China por su nombre. Según funcionarios de Estados Unidos, un yuan chino subvaluado le está dando al gigante asiático una ventaja injusta a sus exportadores.

"Además, las diferencias en el grado de flexibilidad cambiaria imponen cargas desiguales de ajuste, castigando a los países con tipos de cambio relativamente flexible", agregó Bernanke.

Dado que los países se recuperan de la grave recesión mundial a velocidades diferentes, se han incrementado las tensiones entre las naciones, por lo que es más difícil encontrar soluciones mundiales a los problemas globales, dijo Bernanke.

Los denominados países emergentes —como China, Brasil e India— están creciendo a un ritmo mucho más rápido que las economías "avanzadas", como Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña.

En contraste, China y otras economías emergentes se enfrentan al reto de mantener un crecimiento robusto sin activar la inflación, dijo. Al mantener sus monedas artificialmente débiles, China y otras naciones emergentes están causando problemas a sí mismos y para la estabilidad de la economía mundial, aseguró Bernanke.

Sus declaraciones fueron hechas días después que un informe del Congreso de Estados Unidos instó a Washington a hacer más para obligar a China a que revalúe su moneda.

El viernes, el ministerio de Relaciones Exteriores chino respondió que eso representa una injerencia en los asuntos internos de Beijing y acusó a la comisión legislativa norteamericana que revisa las relaciones entre Estados Unidos y China de tener una "mentalidad de la Guerra Fría" y de actuar con resentimiento hacia Beijing.

Durante una cumbre de líderes mundiales en Corea del Sur la semana pasada, China, Alemania, Brasil y otros países se quejaron de que un plan de la Fed —de comprar bonos del Tesoro para vigorizar la economía, en parte bajando las tasas de interés, aumentando los precios de las acciones y animando a un mayor gasto— le daría a los exportadores estadounidenses una ventaja competitiva en los precios, al inundar los mercados mundiales con dólares.

Una moneda estadounidense más débil haría que los productos de Estados Unidos sean más atractivos para los compradores extranjeros.

El programa de la Fed también ha disparado críticas tanto en Estados Unidos. Líderes republicanos en el Congreso y funcionarios de la Fed dicen que dudan que la propuesta ayude a la economía. Temen que más bien podría hacerle daño, provocando inflación y llevando a compras especulativas en Wall Street.

Bernanke trató el viernes de contrarrestar las críticas contra el plan de la institución financiera de comprar 600.000 millones de dólares en bonos alegando que es necesario para impulsar la economía y reducir el desempleo, pero advierte que el programa no puede sobrevivir por sí solo. En su discurso del viernes, Bernanke también presentó sus argumentos más fuertes a favor de un mayor estímulo financiero por parte del Congreso.

Sin un mayor estímulo, el alto desempleo podría mantenerse por años, dijo en un discurso, el primero desde que la Fed anunció el programa el 3 de noviembre, pero al presentar sus argumentos, Bernanke corre el riesgo de que se diga con mayor insistencia que está hundiendo a la Fed en el partidismo político.


AP