Sebastián Piñera, presidente de Chile.

Piñera, de los negocios a reconstruir Chile

Sebastián Piñera tendrá que demostrar desde hoy, cuando asuma la presidencia de Chile, toda la habilidad empresarial con la que amasó una gran fortuna aplicándola ahora en la reconstrucción de un país devastado por un poderoso terremoto y varios tsunamis.

11 de marzo de 2010

El derechista Piñera, quien pondrá fin a 20 años de gobiernos de la centroizquierda, es definido por sus cercanos como un hombre meticuloso o incluso "obsesivo" cuando se trata de cumplir un objetivo.

Y el empresario, dueño de una fortuna avaluada en más de US$2.000 millones, ya trazó su meta para los próximos cuatro años de mandato: la reconstrucción tras el terremoto de magnitud 8,8 del 27 de febrero que dejó cientos de muertos y severos daños en el centro-sur del país.

Piñera, de 60 años de edad, ha dicho que no tiene un minuto que perder y citó a una reunión de gabinete para el mismo jueves, poco después de su asunción y después de que regrese de un recorrido por la devastada localidad costera de Constitución a donde hará su primer viaje como presidente.

Economista formado en Harvard y cuya fortuna ya traspasó en buena parte a un fideicomiso ciego, es calificado de "pragmático", por lo que no es extraño que designara a algunos empresarios del sector de la construcción como jefes de gobierno en las zonas más devastadas por el sismo y maremoto.

Analistas dicen que la controversia alrededor del sismo probablemente ayude a Piñera debido a que rivales en el Congreso podrían sentirse obligados a respaldar legislación para ayudar a la reconstrucción.

Antes del sismo, Piñera había prometido elevar el crecimiento económico promedio al 6 por ciento y crear 1 millón de empleos. Aunque la tragedia golpeará a la economía chilena en marzo, analistas mantienen su proyección de que crecerá en el primer año de Piñera entre un 4,5 y un 5,5 por ciento.

Amante del fútbol y piloto de helicópteros, se califica a sí mismo como un emprendedor y enarbola la bandera del "cambio" para poner fin a los gobiernos de centroizquierda, aunque analistas ven muy pocas variaciones en el panorama político y económico.

En el plano internacional, el empresario se sumaría a los presidentes de centroderecha que ya gobiernan en México, Colombia y Perú, y que han tomado distancia del izquierdista mandatario venezolano, Hugo Chávez.

Políica y negocios
Piñera, dueño del popular club de fútbol Colo Colo y quien traspaso su cadena televisiva Chilevisión a una fundación, aún no logra cerrar la venta de todas sus acciones en la chilena LAN, una de las mayores aerolíneas de América Latina.

Le gusta decir que no heredó su fortuna y que su origen es de clase media. Su carrera empresarial tomó impulso al introducir en el país el sistema de tarjetas de crédito en la década de 1980.

Piñera es el tercero de cinco hermanos de distintas tendencias políticas y aficiones entre quienes destacan José, quien diseñó el sistema de pensiones en el país; Pablo, economista que apoyó al candidato Eduardo Frei -contendor al que venció en las elecciones-; y Miguel, músico y empresario que posee locales nocturnos.

Su esposa, Cecilia Morel, y sus cuatro hijos participaron en toda la campaña electoral y lo acompañarán a la residencia de Cerro Castillo en el balneario de Viña del Mar, donde dormirá antes de cruzarse la banda presidencial.

El futuro presidente ha afirmado que votó en contra de la permanencia en el poder de Augusto Pinochet en un plebiscito clave en 1988, que permitió un pactado retorno a la democracia y en el que la derecha se manifestó mayoritariamente a favor del entonces dictador.

El economista ha cumplido hasta ahora con su palabra de que no habría en su gabinete ningún ministro de la dictadura, pero dijo que estaba abierto a contar con colaboradores que no hubieran cometido delitos o atropellos a los derechos humanos.

Su ingreso a la política fue en 1989 al ser elegido como senador por Santiago. Su gestión senatorial fue menos pujante que su desempeño empresarial, ya que de los 45 proyectos de ley que patrocinó, sólo uno logró convertirse en ley.

 

Nada de festejos
Piñera recibirá la banda presidencial de manos de la popular mandataria saliente, Michelle Bachelet, en una ceremonia en la sede del Congreso en Valparaíso, luego de lo cual almorzará en el balneario de Viña del Mar con una decena de jefes de Estado que confirmaron su asistencia.

Luego, viajará acompañado de algunos ministros en helicóptero a la ciudad costera de Constitución, que fue arrasada por los tsunamis que siguieron al terremoto y que no fueron advertidos a tiempo a la población. "Teníamos varios festejos, comidas y recepciones (...) pero luego del terremoto la situación en el país cambió por completo. No estamos en tiempos de festejos. No podemos estar festejando cuando hay compatriotas que están sufriendo", dijo Ena von Baer, quien será ministra portavoz de Piñera.

"La reconstrucción nacional va a marcar fuertemente el cambio de mando, para dar una señal al país de que vamos a salir adelante", agregó en una reunión con periodistas.

Piñera, quien ha anunciado un Gobierno de "más músculos y menos grasa", se sumará al bloque de presidentes de centroderecha que ya mandan en México, Colombia y Perú, y que han tomado distancia del izquierdista mandatario venezolano, Hugo Chávez. El terremoto también acalló momentáneamente a quienes critican a Piñera por no haberse desprendido antes de todos sus negocios, en medio de la venta de sus acciones en la aerolínea LAN, con la que ya ha obtenido unos 875 millones de dólares.

El futuro mandatario comenzó en el negocio de las tarjetas de crédito durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y extendió sus intereses a un amplio abanico de industrias, que en una parte pasó a un fideicomiso ciego antes de asumir.

CON VIENTO A FAVOR
Piñera venció en las urnas al candidato de la Concertación, el bloque de centroizquierda que gobernó tras la dictadura de Pinochet, con promesas de cambio y un millón de nuevos empleos durante su mandato de cuatro años. Un sondeo de la firma Adimark GfK indicó que un 59 por ciento de los encuestados afirmó que a "Chile le irá bien" con Piñera, que debutará con un gabinete dominado por empresarios.

"El nuevo Gobierno asume en un entorno de expectativas altamente positivas y con mayor unidad que la situación previa a la catástrofe del 27 de febrero", dijo la encuestadora.

Analistas dicen que las urgentes necesidades de los afectados de uno de los más potentes terremotos registrados en el planeta probablemente llevarán a otros grupos a postergar las demandas y movilizaciones que habían anunciado para cuando Piñera asumiera su cargo.

Las posturas proempresariales ya han chocado con las de sindicatos y estudiantes, que habían advertido de movilizaciones una vez que Piñera tomara las riendas del país.

El terremoto obligó a Piñera a cambiar su agenda, pero "a la vez, es una oportunidad para mejorar la infraestructura, la capacidad del Estado para reaccionar ante emergencias", opinó Robert Funk, analista y profesor de Ciencias Políticas del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP).

"Yo creo que para él es más positivo que negativo", agregó el analista sobre lo que implicará la gestión de la reconstrucción tras el terremoto. 

 

 

Reuters/Dinero