Fotografía que muestra a buzos trabajando cerca a una de las plataformas de Petrobras ubicada en la Cuenca de Campos en el estado de Río de Janeiro (Brasil). Petrobras, líder mundial en tecnología para extraer petróleo en aguas profundas, expande sus fronteras en alta mar con decenas de plataformas, verdaderas ciudades flotantes.

Crónica

Petrobras coloniza el Atlántico con sus ciudades flotantes

La brasileña Petrobras, líder mundial en tecnología para extraer petróleo en aguas profundas, expande sus fronteras en alta mar con decenas de plataformas que desde lejos parecen puntos brillantes en la inmensidad del Atlántico, aunque son verdaderas ciudades flotantes.

17 de mayo de 2011

Tras haber descubierto reservas en el Atlántico que pueden convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo, la empresa planea botar en los próximos años decenas de nuevas plataformas, así como "islas artificiales" desde las que atenderá sus bases en alta mar.

"Cada plataforma es una ciudad flotante autónoma con todos los servicios, incluyendo energía y agua, y ejerzo el papel de alcalde en una de ellas", asegura Francisco Castro, gerente de la plataforma P-18, durante una visita que Efe hizo a este centro de producción, del tamaño de un estadio de fútbol, en medio del océano.

Petrobras cuenta con 132 plataformas (86 fijas y 46 flotantes) en las que trabajan cerca de 45.000 personas con derecho a 21 días de descanso por cada 14 días a bordo.

"En mi 'ciudad' viven 180 personas que son sustituidas cada 14 días y que trabajan divididas en dos turnos de 12 horas", según el gerente de la P-18.

Esta plataforma, la primera semi-sumergible del mundo con capacidad para producir 100.000 barriles de petróleo y dos millones de metros cúbicos de gas por día, comenzó a operar en 1994 y hoy extrae 34.000 barriles diarios de la cuenca marina de Campos.

La ciudad flotante, anclada a 117 kilómetros del litoral del estado de Río de Janeiro y con 18.347 toneladas de peso, tiene 101 metros de largo por 88 metros de ancho y opera en una región en la que la profundidad del mar es de 910 metros.

Además de toda su infraestructura productiva, que incluye conexiones a 14 pozos de producción, dos oleoductos, un gasoducto y ocho anclas, la gigante mole de metal tiene distribuidos en cuatro niveles 43 camarotes con 130 camas y un restaurante para 50 personas.

La P-18 también cuenta con helipuerto, auditorio, tres salas de televisión, dos de juegos, una de internet recreativa, otra para videoconferencias, un gimnasio y una biblioteca, además de los diferentes puestos de control.

"Pese a estar a 100 kilómetros de la costa, tenemos todo lo que necesitamos, incluso panadería y lavandería", afirma Castro.

Para funcionar de forma autónoma, la plataforma cuenta con dos generadores eléctricos alimentados por el propio gas que extrae; una planta para potabilizar agua con capacidad para abastecer un tanque de 736 metros cúbicos y redes de fibra óptica para la comunicación con el continente que ofrecen telefonía, internet y televisión.

"Sólo no producimos los alimentos que consumimos, que nos llegan por barco desde el continente una vez por mes", según el "alcalde" de esta ciudad flotante, quien aclaró que las normas de Petrobras prohíben la pesca en las áreas de explotación.

La P-18, con 17 años, ya es anticuada en comparación con los navíos-plataforma y las nuevas semi-sumergibles con las que la petrolera brasileña piensa ampliar sus operaciones.

"Algunas de las nuevas plataformas tienen piscina y cancha de fútbol sala", asegura Castro. "Siempre hay una gran expectativa y muchos quieren ser transferidos a las nuevas plataformas", agrega.

Petrobras planea invertir 224.000 millones de dólares en los próximos cinco años para elevar su producción diaria de petróleo de los actuales 2,4 millones de barriles a 4 millones en 2020.

Con ese fin, la empresa tendrá que tener en plena operación este año 16 nuevas plataformas con capacidad para producir hasta 100.000 barriles diarios u once con capacidad para extraer 150.000 barriles por día.

El director de explotación y producción de Petrobras, Guilherme Estrella, calcula que la compañía necesitará al menos 50 nuevas plataformas para explotar las nuevas áreas en las que tiene concesión y que representan grandes desafíos por estar ubicadas a unos 300 kilómetros de la costa.

Para transportar a los trabajadores hasta las actuales plataformas, Petrobras hace 70.000 viajes mensuales en helicóptero, lo que será inviable a una distancia tres veces mayor.

Por eso, la empresa estudia la posibilidad de instalar "islas metálicas artificiales" a mitad de camino que funcionarían como centros logísticos y dormitorios y adonde llegarían los trabajadores en helicóptero o lanchas rápidas antes de proseguir hacia sus respectivas ciudades flotantes.

EFE