Peor el remedio

Una demanda antidumping puede resultar muy costosa si no se gana, y casi inaccesible para medianos empresarios. El gobierno Samper promete ser más flexible en la aplicación del Estatuto.

1 de noviembre de 1994

Depresión en los precios, pérdida de mercado, caída en la rentabilidad. Si su empresa sufre de estos males, y usted está seguro de que el origen son las importaciones a precios sospechosamente bajos, piénselo bien antes de presentar su caso ante el gobierno. Como en toda enfermedad grave, el remedio contra el dumping es costoso y su efectividad no está garantizada. No basta con tener los síntomas y conocer el virus, hay que demostrar que los padece para poder iniciar el tratamiento.

El diagnóstico del dumping es difícil, porque se puede confundir con otras prácticas desleales. En términos generales esta palabra significa que se están realizando importaciones a precios inferiores a los del lugar de origen del producto o a los de sus costos de producción.

Para ganar una demanda ante el Incomex, entidad encargada de realizar la respectiva investigación, es necesario probar que esta práctica ha causado un daño grave a la pro-ducción nacional o amenaza causarlo, lo cual no es nada fácil por la cantidad de pruebas y de información que hay que reunir para establecer la causalidad.

La última palabra la tiene el Comité de Prácticas Desleales, que hace una revisión de la parte técnica y evalúa las consecuencias que tendría para la política exterior imponer los tan ansiados derechos compensatorios. Esta figura es una especie de impuesto que se le pone a las importaciones, para corregir la distorsión qué están causando a la producción nacional.

Desde el momento en que se abre la demanda y se cierra la investigación, pueden pasar nueve meses. Mientras termina el proceso se pueden imponer derechos provisionales (a los 5 meses) si la distorsión y el perjuicio son muy evidentes. Estos duran hasta que hay una resolución final, que casi siempre termina en derechos definitivos, cuya vigencia es de cinco años.

Una demanda cuesta como mínimo $60 millones. Estos gastos se reparten entre los honorarios de los abogados, que cobran por hora, y la información que hay que conseguir a través de revistas especializadas, consultores de mercado, viajes al exterior y autenticaciones, sin contar el tiempo que deben gastar el personal administrativo de la empresa demandante. Aunque no es requisito contratar un abogado, la mayoría de las empresas prefieren contar con esta asesoría.

Dado el costo que implica en dinero y dedicación una demanda antidumping, piénselo muy bien antes de embarcarse en este proceso. Si no está ciento por ciento de que puede ganarla, le va a representar más de un dolor de cabeza.

Durante la administración Gaviria era especialmente difícil ganar una demanda porque se impartió la orden de que el Estatuto Antidumping se aplicara lo más estrictamente posible para evitar que le metieran goles a la apertura a través de este instrumento.

Pero parece que va a ser más sencillo con el nuevo gobierno. Las directrices que se han impartido indican que el Estatuto se va a aplicar con mayor flexibilidad, aunque sin apartarse de los lineamientos internacionales.

Prueba de esto es que se podrán imponer derechos compensatorios provisionales después de dos o tres meses de iniciada la investigación, cuando hoy en día no se aplican antes de cinco meses. Y si el país denunciado no es miembro del Gatt, se impondrán de inmediato, explicó el director del Incomex, Leonardo Siccard.

Desde hace cuatro años, cuando entró en vigencia el Estatuto Antidumping, se han presentado 16 demandas ante el Incomex. De éstas, sólo dos no reunieron los requisitos para abrir la investigación. Estos datos contrastan con la creencia generalizada de que son muy pocas las demandas que atiende el Instituto. Sin embargo, por lo menos 10 empresas han desistido de solicitar una investigación ante la dificultad de conseguir las pruebas o porque no era claro que había dumping.

Los anhelados derechos compensatorios, que son en últimas lo que busca el demandante, sólo se han impuesto en cinco oportunidades. Sucromiles logró que se impusieran para las importaciones de acetato de etilo y Productora Andina de Ácidos y Derivados para el ácido ortofosfórico importado de Bélgica y de Estados Unidos. A su vez, Propilco los obtuvo para las importaciones de polipropileno homopolímero procedentes de Estados Unidos, y Monómeros Colombo Venezolanos y Abonos Colombianos lograron derechos compensatorios para el fertilizante compuesto Grado Cafetero.

Este último caso ha sido uno de los más sonados, debido a que la empresa demandada, Basf, publicó un aviso en los principales diarios del país diciendo que suspendía las importaciones de las fórmulas compuestas, Nitrofoska, porque la determinación del Incomex fue adoptada contra "una actividad lícitamente ejercida en el marco de la apertura de mercados", con lo que benefició a "una actividad monopolística".

Aunque Basf perdió el proceso -actualmente lo está demandando ante el Consejo de Estado-, ganó la investigación que le abrieron en otro tipo de fertilizante químico compuesto originario de Holanda. La demanda ante el Consejo es de tipo jurídico, ya que no es objeto de esta instancia hacer una evaluación técnica del proceso.



¿VALE LA PENA?



Al analizar el valor de una demanda antidumping, es necesario ver qué es lo que está en juego para apreciar en su verdadera magnitud las cifras que se manejan. Invertir más de $60 millones en una demanda de resultado incierto es casi impensable para una empresa mediana o pequeña, y para una grande implica muchas consultas, pero vale la pena si se, consigue recuperar el mercado.

Según el Incomex, Propilco dejó de vender 1.801 toneladas de polipropileno homopolímero como consecuencia del dumping, mos y Abocol dejaron de colocar 19.944 toneladas de fertilizante Grado Cafetero. En estos casos exitosos, el resultado ameritó los gastos ocasionados por el proceso.

Pero la historia es muy distinta para empresas como Holasa y Petroquímica Colombiana (según expertos esta última gastó unos $100 millones en el proceso), que reunieron méritos para la apertura de la investigación y lograron probar que había dumping. Sin embargo, no obtuvieron derechos compensatorios a cambio, debido a que no se demostró una relación de causalidad entre el dumping y el perjuicio, lo que es indispensable para la imposición de derechos compensatorios.

Otro caso interesante es el de Energía Integral Andina. La pelea era por un contrato de US$2 millones en baterías estacionarias, pero después de un año largo que duró todo el proceso y de no obtener los d e r e c h o s compensatorios, la empresa está muy reticente a volverse a embarcar en una demanda antidumping. "Lo pensaríamos mucho antes de iniciar otro proceso porque es demasiado oneroso no sólo en dinero, sino en tiempo (le los ejecutivos", señaló Félix Mulford, miembro de la junta directiva.

Una de las mayores dificultades a las que se enfrenta quien acude al Estatuto Antidumping, es conseguir la información que pide el Incomex. Si bien parte de ésta se encuentra en la compañía, no es fácil obtenerla porque el Instituto exige que se diferencien costos y datos por línea de producto, los cuales no son manejados en forma desagregada por las firmas.

Tampoco es sencillo encontrar los datos sobre el mercado y los precios internacionales, la capacidad instalada y en general sobre los indicadores (le los "acusados". El grado (le dificultad -y el costo-- aumentan dependiendo del lugar (le origen (le las importaciones. Si es Estados Unidos, se consiguen publicaciones especializadas sobre casi cualquier tema. Pero si es Europa, la información es escasa y generalmente se tienen que contratar estudios de mercado, lo que eleva considerablemente los costos de la demanda.

Algunos, como Energía Integral Andina, tienen que acudir a labores detectivescas, corno enviar gente a las fábricas en Alemania, para que consiguieran los precios Naciéndose pasar por compradores. El atraso en las cifras de la Aduana, y la eliminación del aforo físico, también han dificultado la labor probatoria. En algunos casos se encontró que los productos investigados entraron por posiciones arancelarias que no les correspondían.

Para quienes tienen tradición en investigar la competencia internacional, la labor probatoria se simplifica. Tal es el caso de Fedearroz, que lleva series de precios nacionales e internacionales con más (le 30 años de antigüedad, lo que le permitió preparar la solicitud de investigación sobre importaciones de arroz de Vietnam en unos 15 días, cuando el promedio es de cuatro meses si hay suficiente información, o de ocho en caso contrario.

Para Gabriel Ibarra, quien llevó (los de las cinco demandas que obtuvieron derechos definitivos, antes de iniciar un proceso es indispensable conocer a la competencia; identificar en qué países hay excedentes y cuáles otorgan subsidios; y realizar evaluaciones periódicas del mercado local y foráneo.

Tener información oportuna no sólo es clave para probar el dumping v el perjuicio, sino para prepararse a recibir la competencia. Hay que tener en cuenta que si bien el nuevo gobierno está dispuesto a ser menos aperturista al aplicar el Estatuto Antidumping, éste es un instrumento correctivo y no preventivo.