El vicepresidente superior y economista en Jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, señaló que la caída en los precios del petróleo es una oportunidad para que los países puedan reducir las presiones fiscales. | Foto: Corbis.

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Petróleo barato: no todo es malo, según el Banco Mundial

La caída en los precios del petróleo, que ha llevado la cotización por debajo de los US$50 el barril, un descenso cercano al 50%, tiene su lado bueno.

7 de enero de 2015

Así lo señaló el Banco Mundial en un comunicado de prensa que reseña parte del contenido del próximo informe de Perspectivas Económicas Mundiales, que acaba de emitir la entidad multilateral.

Según el comunicado, Ayhan Kose, Director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, explicó respecto del contenido del informe, que “para las autoridades responsables de formular políticas en los países en desarrollo importadores de petróleo, la caída en los precios del crudo constituye la oportunidad de llevar a cabo reformas estructurales y financiar programas sociales. En los países exportadores, esta baja aguda es un recordatorio de las importantes vulnerabilidades inherentes a la actividad económica altamente concentrada y de la necesidad de revitalizar las gestiones de diversificación a mediano y largo plazo”.

De otra parte, el vicepresidente superior y economista en Jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, señaló que la caída en los precios del petróleo es una oportunidad para que los países puedan reducir las presiones fiscales, por ejemplo, eliminando el subsidio a los combustibles.

En el caso Colombiano ese dato es fundamental, pues durante los últimos dos años el país abrió un hueco fiscal cercano a los $5,3 billones por cuenta del subsidio implícito en combustibles como la gasolina y el acpm. Si se logra sanear ese rubro, probablemente el país habrá logrado, sólo gracias al alivio en el costo de los combustibles, un impacto fiscal equivalente a la mitad de la nueva reforma tributaria.

Según Basu, “como es probable que el petróleo se mantenga barato durante un tiempo, los países importadores deberían reducir o incluso eliminar los subsidios a los combustibles y reconstruir el espacio fiscal necesario para llevar a cabo esfuerzo de estímulos en el futuro. Cuando se trata de políticas fiscales, importa tanto el tamaño como la calidad del déficit, al igual que las decisiones en materia de gastos. En ese sentido, a las economías emergentes les vendría bien invertir en infraestructura y apoyar sistemas sociales vitales para reducir la pobreza. Tales medidas pueden aumentar la productividad a futuro y reducir el déficit fiscal a largo plazo”.

Pero todas estas estrategias dependen de que las finanzas públicas cuenten con cabal salud. Así lo señala Ayhan Kose del BM quien, según el comunicado, explicó que “la recuperación de las reservas fiscales brindará el espacio necesario para apoyar la actividad en épocas de estrés económico. En este momento, la necesidad de contar con reservas fiscales adicionales es mayor, puesto que las perspectivas de crecimiento son inciertas, hay escasas alternativas en materia de políticas y posiblemente, condiciones financieras más ajustadas en todo el mundo”.