Internacional

OEA aprueba convocar a cancilleres por caso Assange

La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó la propuesta de Ecuador sobre una reunión de urgencia en Washington para discutir el diferendo entre Quito y Londres.

Alianza DW
18 de agosto de 2012

Tras la concesión de asilo diplomático al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ese organismo anunció la celebración de la reunión, que tendrá lugar el próximo viernes 24 en Washington, fue aprobada por 23 votos a favor -cinco más del mínimo necesario para lograr la requerida mayoría absoluta- y tres en contra: Estados Unidos, Canadá y Trinidad y Tobago.

Otros cinco países, entre ellos Panamá y Honduras, abogaron por abstenerse de la votación nominal, recurso al que tuvo que optar el Consejo Permanente de la OEA en vista de la imposibilidad de lograr un consenso en torno al tema.

Versión suavizada del texto ecuatoriano

Con todo, la resolución aprobada este viernes en Washington para convocar a los cancilleres constituye una versión suavizada del texto inicial ecuatoriano, que pretendía que el tema a tratar fueran las "amenazas" de Reino Unido contra Ecuador y sus "locales diplomáticos" en territorio británico y "acordar las medidas que convenga adoptar".

En vez de ello, tras nuevas negociaciones, se decidió llamar a los cancilleres para tratar la situación entre Ecuador y Reino Unido "concerniente a la inviolabilidad de los locales diplomáticos del Ecuador (...) al amparo del Derecho Internacional".

La embajadora ecuatoriana ante la OEA, María Isabel Salvador, había reiterado este sábado la necesidad del encuentro de cancilleres –el segundo más alto que contempla el organismo tras la Asamblea General- como una manera de "obtener a nivel político la ratificación de la vigencia plena del Derecho Internacional" en materia de la "inviolabilidad de los locales diplomáticos".

EE. UU. y Canadá, en contra de la convocatoria

"Es un tema de alta importancia para todos los Estados del mundo", subrayó Salvador, quien aseguró que Ecuador "no tiene ninguna agenda oculta" en este caso. El propio secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, había subrayado la importancia de defender claramente la "inviolabilidad de las sedes diplomáticas", algo que, declaró, es "de interés común" para todos los miembros del organismo hemisférico. No pronunciarse sobre una posible amenaza al respecto "echaría por tierra todo el Derecho Internacional en esta materia", alertó.

En contra, una vez más, de convocar a los embajadores se habían pronunciado Estados Unidos y Canadá, países a los que a la hora de la votación se unió también Trinidad. La embajadora estadounidense, Carmen Lomellin, reiteró la postura de Washington de que se trata de un asunto "bilateral" y recordó que, hasta el momento, "no ha pasado nada" que pueda alentar los temores a un ingreso británico en la embajada ecuatoriana, algo que no pasa de ser, afirmó, altamente "hipotético".

Por ello, según Lomellin, no sólo resulta "inapropiado" que la OEA se meta en una "disputa bilateral en la que una parte de la disputa ni es miembro del hemisferio", sino que convocar a los cancilleres de la región a tratar este asunto "no sería de ayuda" y además resultaría "dañino para la reputación de la OEA como institución".

"En juego, principio de inviolabilidad de delegaciones diplomáticas"

Aunque finalmente optó por abstenerse, durante el debate Panamá había calificado de "prematuro" convocar a los cancilleres la semana próxima y consideró una mejor opción que la OEA envíe "delegaciones" a Londres y Quito para "informarse de las posiciones de ambos gobiernos" y decidir si, efectivamente, la OEA es el "foro idóneo" para tratar esta cuestión.

De similar manera se habían expresado también antes de la votación los países agrupados en Caricom que, en una declaración conjunta, habían pedido que se "aliente a ambas partes a seguir usando todos los canales diplomáticos para lograr una solución amistosa" y, en este sentido, propusieron que Insulza ejerza sus "buenos oficios" para facilitar este diálogo.

Pero las reticencias de estos países no se vieron respaldadas por la mayoría de los miembros de la OEA que, como dijo el embajador uruguayo, Milton Romaní, entendieron que el asunto a tratar va más allá del caso específico entre Londres y Quito.

"Lo que está en juego acá es el principio de inviolabilidad de las delegaciones y misiones diplomáticas, no es un problema bilateral de Ecuador y Reino Unido, sino de un principio muy caro a esta organización", subrayó Romaní. De poco sirvieron en este sentido las aseveraciones del representante permanente británico, Philip Barton, quien lamentó que Quito decidiera hacer pública una nota diplomática "privada" y que el contenido de ésta haya sido "malinterpretado y puesto fuera de contexto", resultando, declaró, en unas afirmaciones "sin fundamento" acerca de una supuesta intención británica de irrumpir en la sede diplomática ecuatoriana.

"Reino Unido apoya y respeta la Convención de Viena (...) y está dispuesto a trabajar con Ecuador para lograr en este asunto una solución amistosa y exitosa", aseveró Barton.

La reunión a nivel de cancilleres de la OEA se producirá después de los encuentros que los ministros de Relaciones Exteriores del ALBA y de Unasur mantendrán sobre el mismo tema este fin de semana en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.