El presidente de EEUU, Barack Obama | Foto: EFE

Internacional

Obama suspende deportaciones y energiza su campaña

La decisión ejecutiva de no deportar a ciertos jóvenes indocumentados y ofrecerles visas de trabajo recibe una ola de aprobación de los que abogan por los derechos de inmigrantes. Críticos dicen que atenta contra la Constitución.

Alianza BBC
15 de junio de 2012

La decisión del gobierno de Barack Obama de suspender las deportaciones de ciertos jóvenes inmigrantes indocumentados y abrirles el camino para la solicitud de permisos de trabajo -según ciertos criterios establecidos- ha generado una ola de reacciones positivas de parte de la comunidad latina en Estados Unidos y de aquellos que abogan por una reforma migratoria.

los críticos, sin embargo, acusan al presidente de ignorar el Congreso al utilizar su prerrogativa ejecutiva, conocida como "discreción procesal", para aplicar la medida y aseguran que se trata de una movida estratégica en sus aspiraciones para la reelección.

En declaraciones desde la Casa Blanca, el presidente expresó que había tomado la decisión para "remendar y hacer más justa y ecuánime" la situación migratoria de miles de jóvenes.

Describió a los beneficiados de su plan como individuos que "son estadounidenses en su corazón, en sus mentes, en todo menos sobre el papel".

"No tiene sentido expulsar del país a estos jóvenes que de cualquier manera que se les mire son estadounidenses", expresó el ejecutivo, añadiendo que la medida no solo es "buena para la economía, buena para la seguridad pero es lo correcto que se debe hacer".

La decisión de Obama definitivamente energiza lo que hasta hace poco era una letárgica campaña y obliga a su rival republicano Mitt Romney a abordar el tema de una u otra manera.
"Jóvenes productivos"

La propuesta del gobierno afecta a un gran número de jóvenes latinos que forman parte de un grupo demográfico considerado crucial en las elecciones presidenciales y con el que Romney ha tenido dificultades conectándose.

Según el plan, aquellos inmigrantes indocumentados entre los 16 y 30 años que hayan vivido por lo menos cinco años consecutivos en EE.UU. pueden continuar en el país y solicitar permisos de trabajo.

Al hacer el anuncio, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, explicó que el cambio de política no prevé un camino hacia un estatus legal permanente ni ciudadanía. No obstante añadió que muchos "jóvenes productivos" que estarían elegibles bajo las nuevas reglas no presentaban una amenaza contra la seguridad pública o nacional.

La medida aborda uno de los aspectos más sensibles del tema migratorio que tiene que ver con los menores que ingresaron como indocumentados a EE.UU. con sus padres.

Muchos de ellos están integrados a la sociedad estadounidense, completaron o están completando sus estudios secundarios y universitarios y tienen muy pocos vínculos con los países que dejaron atrás.

Bajo el llamado "Dream Act" (Acta de ensueño) han pedido la normalización de su estatus para poder continuar estudiando y haciendo vida en EE.UU.

Se estima que la nueva política, que entra en efecto inmediatamente, afecte hasta 800.000 personas.

Entusiasmo

Clarisa Marinez, directora de inmigración del Consejo Nacional de La Raza, la mayor organización hispana en EE.UU., manifestó a BBC Mundo su entusiasmo ante el anuncio.

"Es una gran noticia. Es el uso correcto de la 'discreción procesal' en vista de la falta de acción por parte del Congreso de aprobar una reforma inmigratoria general".

La 'discresión procesal' es la prerrogativa del ejecutivo para aplicar normas sin apelar al debate y aprobación de la rama legislativa.

El tema de la reforma inmigratoria -y el Dream Act- llevan años estancadas en el Congreso. En una época había consenso bipartidista pero cambios en la composición de ambas cámaras y el surgimiento de un ala más conservadora de los republicanos conocida como el Tea Party le fue restando adeptos y energía a las iniciativas.

Mary Giovagnoli, directora del Centro de Política Migratoria (IPC, por sus siglas en inglés), afirma que el gobierno de Obama se percató del desperdicio de recursos que implicaba procesar la deportación de miles de jóvenes que no representan una amenaza para el país y de la crisis humanitaria que esto generaba.

"Fue una evolución y reconocimiento del gobierno para tomar medidas más audaces en esta dirección inmigratoria", comentó Giovagnoli. "Es el momento perfecto para librar esta lucha justificable".

La directora del IPC resalta que la posible decisión de la Corte Suprema de Justicia para permitir que los gobiernos estatales como Arizona apliquen independientemente sus propias leyes draconianas contra inmigrantes indocumentados hace indispensable la nueva política del presidente Obama.

Golpe político

No obstante, algunos consideran que el presidente ha tomado el paso más explícito en ignorar las funciones constitucionales del Congreso.

"No creo que sería demasiado describir esto como un acto ilegal", afirmó a la BBC Mark Krikorian del Centro de Estudios Migratorios en Washington. "Está creando leyes migratorias sin la injerencia del Congreso".

Krikorian expresa que en principio no está en contra del Dream Act, pero que cualquier decisión que se toma en ese aspecto tiene que ser en consulta con los legisladores y tener medidas para asegurar que no se recompense a quienes hayan violado la ley, "como los adultos que trajeron a esos menores".

El analista también acusó al presidente politizar su iniciativa y la tildó de "una decisión de campaña".

"Esta administración está dispuesta a hacer cualquier cosa al margen de la ley para lograr sus objetivos políticos", manifestó. "Es una movida de desesperación".

Krikorian hace alusión a las dificultades que ha tenido la campaña de reelección del presidente en días recientes. Pero para muchos, el anuncio de hoy se considera como un golpe político que revitalizará su campaña entre varios sectores.

Ya ha habido varias manifestaciones de apoyo de muchos sectores adeptos a los demócratas.

"Hubo una clara desilusión entre el electorado latino, pero esto los va a llenar de entusiasmo", reconoció la estratega demócrata María Cardona. "Aunque no puedan votar estos jóvenes son activistas con redes entre la comunidad y se van a asegurar de que este presidente sea reelegido".

"Va a haber una gran movilización, no solo de parte de estos jóvenes sino de sus amigos, conocidos y parientes ciudadanos que apoyarán al presidente de una manera que antes tal vez no lo hubieran hecho", aseguró Cardona.

Panorama republicano

Sin duda el anuncio de Obama se adelanta a cualquier proyecto migratorio que estuvieran planeando presentar el Partido Republicano para intentar ganarse un poco del apoyo latino.

El senador cubano-estadounidense de Florida, Marco Rubio, hablaba de formular una versión moderada del Dream Act ante el Congreso.

"El anuncio de Obama le resta importancia y vigencia al proyecto de Rubio y le complica el panorama a los republicanos", reconoció Israel Ortega, portavoz hispano del Heritage Foundation, una organización conservadora en Washington.

Rubio, por su parte, declaró en un comunicado que aunque es una medida positiva, no resuelve un problema de largo plazo.

La complejidad y largo alcance de la crisis migratoria en Estados Unidos fue reconocida en las declaraciones del presidente al explicar su nueva política.

"No es amnistía, no inmunidad. No es permanente", declaró. "Esto es temporal y le permite tiempo al Congreso para que apruebe el 'Dream Act' para que estos jóvenes puedan seguir adelante con sus vidas".

La medida marca un despertar en la campaña de Obama y, quizás en un gesto que el presidente está decidido a defender sus políticas, se dirigió a un individuo que había interrumpido agresivamente su discurso y le dijo:

"Esto lo correcto para el pueblo estadounidense".