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Obama culpa a los republicanos por aumento de impuestos

La Cámara de Representantes rechazó el martes un proyecto de ley que buscaba prolongar por dos meses más las exenciones fiscales a la Seguridad Social y los beneficios por desempleo, lo que provocó un rápido reproche del presidente Barack Obama, quien dijo que los republicanos amenazaban aumentar los impuestos sobre 160 millones de trabajadores estadounidenses el primero de enero.

21 de diciembre de 2011

"El reloj está andando, el tiempo se agota", dijo Obama poco después de que la Cámara de representantes dominada por los republicanos rechazó el plan del mandatario y exigió de inmediato negociaciones con el Senado para formar un plan al menos de un año.

El presidente de la cámara de Representantes, John Boehner, cuando le dijeron que Obama había solicitado su ayuda, respondió: "Yo necesito que el presidente ayude". Su voz se elevó mientras lo decía, y sus palabras fueron vitoreadas por decenas de legisladores republicanos que han empujado a él y al resto del liderazgo del partido a seguir una estrategia de mayor confrontación con los demócratas y la Casa Blanca en un año de gobierno dividido ya bastante polémico.

En esta ocasión, no era un cierre parcial del gobierno, o incluso una cesación de pagos sin precedentes lo que estaba en juego, sino la posibilidad de que los impuestos de nómina aumenten el primero de enero para 160 millones de trabajadores y los beneficios por desempleo a largo plazo desaparezcan para millones de desempleados víctimas de la peor recesión desde la década de 1930.

Obama dijo que el hecho de que la cámara baja no aprobara el alivio a los impuestos propuesto por el Senado podría poner en peligro la recuperación económica del país.

La cámara baja votó por 229-193 devolver la medida al Senado, que aprobó el sábado con respaldo bipartidista una extensión de dos meses por votación de 89-10. A continuación los senadores abandonaron Washington para un mes de vacaciones navideñas.

El líder de la mayoría en la cámara alta, Harry Reid, advirtió que no permitiría negociación alguna hasta que la Cámara de Representantes apruebe la prórroga de dos meses.

La votación pone fin, por ahora, al último programa de estímulo económico de Obama, que lo ha defendido en numerosos mítines de estilo electoral pero sin apenas mediar en las negociaciones, excluyendo el plan aprobado el fin de semana por el Senado para otorgar una prórroga de dos meses.

El estancamiento tendrá repercusiones ante los comicios presidenciales y legislativos de noviembre. Obama, que aspira a un segundo mandato, ha dado prioridad a estos gastos sociales, con el argumento de que inyectarán dinero en una economía estadounidense de muy lento crecimiento.

Los dos meses propuestos por el Senado —controlado por los demócratas— renovaría la reducción de 2 puntos porcentuales en el 6,2% que afiliados y empresas pagan a la Seguridad Social, 12,4 en total, así como beneficios por desempleo en un monto de 300 dólares a la semana para los parados de larga duración, además de evitar una reducción del 27% en los pagos de Medicare, el seguro médico de los jubilados, a los médicos.

La Seguridad Social es un programa de pensiones dirigido por el gobierno, que puede anularlo o modificarlo en cualquier momento según un fallo de la Corte Suprema de la década de 1960.

La Cámara aprobó la semana pasada prolongar por un año la exención fiscal de la Seguridad Social, aunque con muchas reducciones del gasto presupuestario a las que se oponen los demócratas.