Internacional

No todas son buenas para Obama

El presidente estadounidense, Barack Obama, presentó un proyecto de presupuesto para el año fiscal 2013-2014 que busca reducir el gasto social y acabar con beneficios fiscales, una propuesta que corre el riesgo de ser rechazada por los republicanos del Congreso y también por sus aliados demócratas.

11 de abril de 2013

Obama aseguró, al presentar el proyecto, que se puede hacer crecer la economía y reducir el déficit al mismo tiempo. El presidente señaló que su iniciativa de ley es "un plan responsable para la clase media y el empleo", en un mensaje en la Casa Blanca.

El presupuesto general cubre el período del primero de octubre de 2013 al 30 de septiembre de 2014, totaliza 3,78 billones de dólares y considera un déficit de 744.000 millones de dólares, 4,4% del PIB, contra 5,5% estimado para el ejercicio actual. Además, el crecimiento anual fue revisado con una aceleración hasta 3,2% (desde un 2,3% este año), en tanto la tasa de desempleo caería del actual 7,6% a 7,2%.

Obama prevé reducir el déficit en 1,8 billones de dólares adicionales en 10 años, de los cuales dos tercios vendrían de recortes del gasto y un tercio de nuevos ingresos.

El mandatario aseguró que este monto, sumado a recortes ya acordados con los republicanos, permitiría "superar el objetivo de cuatro billones (...) necesario según economistas independientes para estabilizar (las) finanzas" públicas "de forma equilibrada y responsable". Destacó que el presupuesto, que prevé inversiones en infraestructura y enseñanza, reemplazará los recortes automáticos generales que entraron en vigor a inicios de marzo, luego de una batalla en el Congreso entre el oficialismo demócrata y la oposición republicana.
 
Para tratar de apaciguar a los republicanos, hostiles a cualquier aumento de impuestos, Obama ofreció en este caso varias concesiones, en particular en materia de planes sociales, lo cual podría granjearle críticas de sus aliados demócratas. "No creo que todas estas propuestas sean ideales, pero estoy listo para aceptarlas en el marco de un compromiso, y solo si contienen protecciones para los estadounidenses más vulnerables", aseguró.

Pero, en este intento de satisfacer a propios y ajenos, Obama comenzó a recibir críticas de los dos bandos.

El presidente republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, que negocia desde 2011 con Obama temas presupuestarios con resultados muy discretos, dijo el miércoles que el presidente "merece ser reconocido por algunas reformas progresivas de los programas sociales" planteadas en su presupuesto. Pero advirtió que no admite la posibilidad de que "se tomen estas modestas ideas como rehenes en nombre de pedidos de aumentos de impuestos", una cuestión evocada por los demócratas pero rechazada por los republicanos, que ya en enero tuvieron que ceder a un incremento de la carga fiscal a los más ricos.

El jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo de su lado que el plan de Obama "no es serio".

El ala más a la izquierda de los demócratas rechaza la idea de Obama de aplicar un cálculo menos ventajoso para ajustar las prestaciones sociales a la inflación. En este sentido, el senador por Vermont (noreste), Bernie Sanders, afirmó que hará todo lo posible por bloquear el proyecto.

Obama presentó su propuesta dos meses después de la fecha indicada por la ley.

Pese a los anuncios, el discutido presupuesto de Obama evita grandes cortes en el gasto militar, pues el Pentágono diseñó un plan presupuestario que mantiene un egreso constante sin tener en cuenta el costo de la guerra en Afganistán o los recortes automáticos del presupuesto activados en marzo.

La solicitud de Obama de 526.600 millones de dólares para el Departamento de Defensa mantiene el presupuesto base casi al mismo nivel que en 2013, evitando recortes drásticos a las armas o los beneficios. Sin embargo, la propuesta deja de lado el costo de la guerra en Afganistán, que se prevé superará los 80.000 millones de dólares en el año fiscal en curso. Y no se refiere a los recortes automáticos que se mantienen en vigor sin no se logra un acuerdo en el Congreso.

El Plan del Pentágono exige inversiones en nuevos aviones, buques de guerra, las bombas guiadas de precisión y sistemas de defensa antimisiles, mientras trata de frenar el crecimiento de salarios y beneficios - en la actualidad un tercio del presupuesto de los militares.

Los vaivenes políticos han generado preocupación en los mandos militares: "estamos viviendo en un mundo de completa incertidumbre", dijo el secretario de Defensa, Chuck Hagel. Otro punto del proyecto son importantes recortes de gastos para las agencias de inteligencia de Estados Unidos.

Obama pidió en el presupuesto 48.200 millones para la CIA y las otras 15 agencias de inteligencia, contra los 52.600 millones disponibles para el año fiscal 2013, según la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI). Los presupuestos de inteligencia se utilizan para desplegar satélites espías o equipos ultra-sofisticados, pero también sirven para pagar decenas de miles de empleados o financiar operaciones paramilitares.

Por otra parte, el nuevo presupuesto impulsará la financiación de grandes programas científicos y de salud a la vez que hace pequeños recortes a la NASA y a la Agencia de Protección Medioambiental. De todas formas, los principales proyectos de la NASA continuarán, entre ellos el desarrollo de una nueva nave para enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS).


Afp/D.com