El Banco Central ha comprado dólares en las últimas seis sesiones del mercado, revirtiendo meses de fuertes ventas del billete verde para mantener al peso estable.

Internacional

Medidas cambiaras en Argentina, frenan demanda de dólares

Una aparente normalidad ha regresado al mercado cambiario de Argentina, a medida que los inversores se adaptan a regañadientes a las presiones y a los controles del Gobierno que han reducido la demanda de dólares.

24 de noviembre de 2011

Tres semanas después de que la presidenta Cristina Fernández ordenara a la agencia recaudadora de impuestos que controle la compra de dólares caso por caso, el incremento inicial en las salidas de depósitos en dólares se ha desacelerado, de acuerdo con funcionarios del Banco Central, y el peso se mantiene estable.

El Banco Central ha comprado dólares en las últimas seis sesiones del mercado, revirtiendo meses de fuertes ventas del billete verde para mantener al peso estable. El vicepresidente del Banco Central, Miguel Pesce, dijo la semana pasada que la menor salida de depósitos "anticipa un mejor escenario".

Pero si el Gobierno afirma haber ganado una primera batalla contra la salida de capitales, economistas dicen que podría enfrentar una guerra mucho más larga para evitar futuras fugas de moneda extranjera impulsadas por la inflación de doble dígito y la incertidumbre política.

Eso podría amenazar los objetivos de largo plazo de una de las economías de América latina de mayor crecimiento. "Estamos viendo un equilibrio precario", dijo Carola Sandy, una estratega de Credit Suisse. "Si piensan que ganaron la batalla y se relajan, las condiciones podrían empeorar nuevamente".

Además de ajustar las regulaciones para las compras minoristas de dólares, Fernández ordenó a las aseguradoras que repatríen las inversiones, y a las empresas petroleras y mineras que liquiden las ganancias por exportaciones localmente para aumentar la oferta de dólares.

La cosecha de trigo debería reforzar los flujos de divisas el mes que viene, aliviando la presión sobre las reservas internacionales que Fernández planea utilizar el año próximo para el pago de deuda. "La demanda está desaparecida y la oferta empieza a ser ampliamente excedente a la demanda", dijo el analista local de mercados Gustavo Ber. "También ayuda tal vez el condimento de las tasas (de interés) que subieron muchísimo y están claramente muy por encima por cualquier expectativa de deslizamiento cambiario", agregó.

La presión de funcionarios detrás del plano público, ya utilizada para acordar límites de precios y aumentos de exportaciones con empresas privadas, está siendo utilizada para que los importadores retrasen sus pagos en dólares. "Esto es la realidad", dijo una fuente de un grupo industrial importador líder que pidió no ser identificado, y agregó que los importadores ya se han acostumbrado a la impredecible intervención del Estado. "Los niveles de actividad que hay son tan importantes que la respuesta de la gente es 'bueno, me están trabando pero fíjate los números que tengo' (...) Nunca se importó tanto y tampoco nunca se exportó tanto", dijo la fuente.

Empresas argentinas se han acostumbrado a esperar medidas económicas duras y poco ortodoxas de Fernández, quien impuso los nuevos controles cambiarios días después de ganar las elecciones por una amplia mayoría el mes pasado.

El tipo de cambio es un tema delicado en Argentina, donde muchos ahorristas son reacios a mantener pesos debido a una historia de inestabilidad y abruptas devaluaciones, la última durante la crisis económica del 2001/2002, que también incluyó límites a la extracción de efectivo de cuentas bancarias y luego congelamiento de depósitos.

Sin embargo, la situación está lejos de ser normal en las casas de cambio del centro de Buenos Aires.

El volumen de operaciones se mantiene bajo en parte porque el mercado informal denominado "blue", que es medido por Reuters, se encuentra en un punto muerto.

Antes de que los controles entraran en vigencia, las operaciones cambiarias diarias alcanzaban un promedio de 500 millones de dólares. La semana pasada, solo se registraron 135 millones de dólares en operaciones en promedio diario. Sin embargo, el volumen se está recuperando gradualmente.

Las operaciones informales, dominadas por acuerdos "en negro" en casas de cambio, fueron congeladas hace más de una semana debido a que los agentes de cambio se resisten a la presión del Gobierno de vender dólares a precios más bajos y achicar la brecha con el mercado formal.

En los días posteriores a las nuevas medidas cambiarias del Gobierno, la brecha entre los dos mercados se amplió marcadamente porque los inversores buscaron evitar las ajustadas nuevas regulaciones. "Yo estoy en eso hace muchos años, pero esto es totalmente inédito. Nunca fue de esta manera", dijo un agente de cambios que pidió no ser identificado por temor a represalias.

La mayoría de los agentes cambiarios no se atreven a desobedecer al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el funcionario designado para hacer cumplir las órdenes del Gobierno. Varios afirman que Moreno ha presionado para llevar el peso informal a niveles de 4,40/4,50 unidades por dólar, comparado con el último precio ofertado de 4,79 por dólar.

En el mercado de contado con liquidación, la tasa de cambio implícita usada para comprar activos argentinos que operan en el exterior, el peso se negoció a 4,70 el martes, dijeron agentes. Esa cifra se compara con el 4,260/4,2625 en el cambio interbancario formal.

Algunos inversores simplemente están frenando las negociaciones de cambios, y aprovechando el aumento en las tasas de interés de los depósitos en pesos.

Altos precios
Bajo las nuevas reglas en el mercado formal, alguien que desee comprar dólares debe tener una identificación impositiva válida y debe comprobar que tiene suficientes ingresos para adquirirlos. La mayoría de las complicaciones iniciales con el sistema de aprobación de la agencia de impuestos han sido resueltos, y las reglas se han relajado para los que quieren comprar casas con un préstamo hipotecario. Los argentinos suelen comprar inmuebles con dólares. "Los controles cambiarios se están flexibilizando y hay una tendencia a que se normalice el tema", dijo Roberto Tizado, un agente de bienes raíces que tiene una agencia inmobiliaria que lleva su nombre. "Los argentinos tienen una habilidad para adaptarse a las nuevas circunstancias".

Los turistas y aquellos trabajadores empleados fuera de la economía formal, especialmente inmigrantes tratando de enviar remesas a sus países, están teniendo dificultades.

En una concurrida estación de autobuses en Buenos Aires, el gerente de una compañía que utiliza Western Union para sus servicios de envío de dinero dijo que el límite máximo para transferencias ha sido recortado a 500 dólares desde 7.500 dólares para adaptarse a las nuevas regulaciones del Gobierno. "Aparte de Latinoamérica, no se puede mandar dinero a ninguna parte del mundo", dijo, y pidió no ser identificado.

La burocracia, confusión y la desaparición de las operaciones "en negro" están llevando a algunos ahorristas a considerar ofertas altísimas en el vecino Uruguay, hace tiempo un paraíso fiscal para argentinos ricos.

Cruzando el Río de la Plata, en Montevideo, el estatal Banco República estaba ofreciendo 5,5 pesos argentinos por dólar esta semana, y algunas casas llegaron a pedir 7,8 pesos.

"Tenemos consultas de clientes argentinos pero no hemos tenido operaciones puntuales", dijo una fuente del estatal Banco República.


Reuters