Barack Obama, presidente de Estados Unidos en el G20. | Foto: Efe

Crisis financiera

Los demás miran preocupados

Obama se reunió con los líderes de la Eurozona en Cannes, en el marco del G20, para buscar soluciones a la situáción económica europea.

Alianza BBC
5 de noviembre de 2011

Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo, observan con preocupación los problemas de la Unión Europea, que si se cuenta en conjunto cuanta con un Producto Interno Bruto incluso mayor que el de ellos.

En la cumbre del G-20, el presidente de EE.UU., Barack Obama, expresó su interés por la situación europea, hasta el punto que se unió a la cena de trabajo que celebraron los líderes de la zona euro.

En comparecencia conjunta con Sarkozy, Obama insistió en que su país "seguirá siendo un socio de los europeos de cara a resolver estos desafíos".

Pero no es a Washington a donde miran los europeos sino a Pekín. Bruselas quiere que China invierta en el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), una de las claves del rescate.

Pero desde Pekín no llegan muy buenas noticias. El economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial, Justin Yifu Lin, cree que resolver la crisis es tarea de los propios europeos.

"Como dijo el presidente Hu Jintao, el problema es de los países europeos y la responsabilidad primera es de los europeos. China puede ayudar un poco, pero la responsablidad principal descansa en Europa".

Antes, el vicepresidente chino, Li Yong, había dicho que la intención de su país es trabajar con el Banco Mundial y el FMI para ayudar a Europa, lo que va en la línea de las reticiencias mostradas desde un principio a la idea de invertir directamente en el FEEF.

Otro observador cercano –literalmente– es el Reino Unido.

El gobierno británico se prepara incluso para lo peor, que colapse la moneda única de sus socios de la Unión Europea, a la que pertenece aunque mantiene la libra como divisa.

El ministro de Economía británico, George Osborne, reveló que su país cuenta con planes de contingencia para el caso de que se derrumbe la economía a la que van destinadas al menos el 40% de sus exportaciones.

Sin dar detalles de estos planes, Osborne dijo que los miembros de la Eurozona tienen que cumplir con sus deberes a la hora de salvar el euro.

"El resto del mundo, lo que incluye al Reino Unido pero también países como China y Japón, también tienen que asegurar la estabilidad del sistema económico internacional. Y eso incluye al FMI".

De hecho, afirman los analistas, lo que saldrá de la cumbre del G-20 es más FMI, que verá cómo los países más ricos y las economías emergentes apuestan a aumentar su capacidad de acción con más fondos.