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BRASIL

Los 'malabares' para bajar costos a la apertura de los Juegos Olímpicos

A los organizadores de Río les tocó acudir al rebusque, el regateo y la creatividad para preparar esta fiesta en medio de la terrible crisis económica de su país.

5 de agosto de 2016

Esta noche Río de Janeiro abrirá las olimpiadas con una ceremonia de bajo presupuesto como consecuencia de la aguda crisis económica de Brasil. Para lograrlo el equipo tras bambalinas tuvo que regatear e ingeniérselas con los pocos recursos disponibles. 

El año pasado los organizadores de los Juegos Olímpicos de Río 2016 prometieron que el show costaría apenas la décima parte del que se realizó hace cuatro años en Londres. Sin embargo, estimaciones recientes de la prensa internacional calculan que el costo real ronda los US$20 millones. De todas formas ese es un presupuesto bajo si se compara con lo que tradicionalmente gastan los países anfitriones de las justas deportivas.

Andrucha Waddington, del equipo organizador, le dijo a la prensa que han tenido que recurrir a la creatividad y al ‘hágalo usted mismo’. De hecho, dijo que tuvieron que hacer su trabajo al estilo MacGyver, un agente secreto de los años ochenta que resolvía sus problemas transformando los objetos de la vida cotidiana.  

Por fortuna la cuidad tiene años de experiencia en la organización del Carnaval de Río y muchos de los elementos del festival como disfraces y decoración fueron reacomodados para alegrar esta noche el Maracaná.  

Algunos de los colaboradores han contado cómo tuvieron que rastrear todo Río para buscar descuentos. En los bazares de la ciudad encontraron los materiales para hacer toda la escenografía de un espectáculo de tres horas que será transmitido a millones de televidentes en todo el mundo.  

Los recortes restringirán el despliegue de tecnología en escena, por lo cual se están refiriendo al show como ‘análogo‘ y por eso será todo un reto que se vea atractivo ante las cámaras. Otra de las limitaciones es el escenario: El Maracaná que es un estadio de fútbol y no uno olímpico, lo que implica que el tamaño disponible para los artistas es menor al tradicional. 

Tradicionalmente los olímpicos son una de las formas en las que las potencias demuestran su poderío y su músculo financiero. Esta vez será un poco diferente. Brasil está cumpliendo el compromiso de realizar el evento en el peor momento de su economía desde los años 30 y con la presidente Dilma Rousseff fuera del poder por acusaciones de corrupción. ¿Será otro ‘Maracanazo‘?