Los políticos europeos tienen un historial de arrepentimiento de convocar referéndums.

Internacional

La historia europea de referendos fallidos

El gobierno griego parece haber abierto un paréntesis en el proyecto de salvar la economía de su país, y posiblemente de toda la Eurozona, al anunciar que someterá las medidas negociadas en Bruselas a un referéndum.

Alianza BBC
2 de noviembre de 2011

El gabinete ministerial apoyó de manera unánime la decisión del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de someter a referéndum el paquete de rescate de la Eurozona.

El gobierno acordó la creación de una comisión que prepare la consulta, que podría celebrarse en diciembre, una fecha que pone presión para que la Unión Europea aclare los detalles de los recortes que Grecia debería aplicar. Todo esto en la víspera de que Papandreu se reuna con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

De acuerdo con Gavin Hewitt, editor para Europa de la BBC, en ese encuentro, el mandatario griego debería explicar a sus homólogos europeos que el referéndum era la única manera de vencer la resistencia del pueblo griego al plan de rescate. Éste es un paso arriesgado, sobre todo por el aparente rechazo de muchos griegos a las medidas de austeridad.

Y la oposición al primer ministro Yorgos Papandreu ya han anunciado el apoyo a un "No" que, de confirmarse, es posible que termine con el país fuera del euro y con una crisis en cadena en el continente.

Pero la historia del proyecto europeo está salpicada de los cadáveres de los referendos que amenazaron con interponerse en su camino.

A continuación, BBC Mundo le cuenta algunas de las ocasiones en que los europeos dieron la "respuesta equivocada" cuando fueron a las urnas.

Dinamarca 1992
El pueblo danés era una espina en el costado del tratado que creó la Unión Europea y el euro. En 1992, el Tratado de Maastricht creó la UE y la moneda única europea, algo que requería la ratificación de todos los estados miembros. El proceso fue congelado en Dinamarca. La lucha para salvar el proyecto resultó en el Acuerdo de Edimburgo, que ofreció a Conpenhague cuatro excepciones, incluida la posibilidad de quedar fuera de la moneda única. En 1993, una nueva votación consiguió la aprobación y se volvió a poner en marcha. En 2000, el gobierno impulsó un referéndum para adoptar el euro, pero lo perdió y el país sigue fuera de la moneda única.

Irlanda 2001
El Tratado de Niza, de 1999, fue una enmienda al de Maastricht que buscaba preparar el diseño institucional de la Unión para la ampliación hacia el este. Irlanda fue el único de los 15 miembros obligado por ley a someterlo a referéndum. Tras una campaña de bajo perfil, el resultado sorprendió con un "No". Sólo participó el 35% del electorado, lo que llevó a destacados líderes políticos irlandeses a pedir que se pusiera fin a la práctica de someter cada uno de los tratados a una consulta popular.

En su momento pareció un serio golpe al proyecto europeo. Sobre todo porque los ministros de Relaciones Exteriores del bloque se negaron a negociar el contenido del texto para adaptarlo a la voluntad de los irlandeses. Pero alrededor de un año más tarde, se celebró otra votación, en esa ocasión con una fuerte campaña a favor de la aprobación, y el tratado fue aprobado.

Holanda y Francia 2005
En 2005, la Unión Europea lanzó una mastodóntica consulta para ratificar la nueva "constitución", un tratado de 485 páginas con el que pretendían consolidar en un solo cuerpo legislativo todos los tratados europeos. Otra vez, se requería la aprobación de los entonces 25 miembros, cosa que hicieron 18, en dos con un referéndum: España y Luxemburgo. Pero en Francia y Holanda, de las urnas resultó un "No", lo que supuso una herida de muerte para un proyecto constitucional en el que llevaban tres años trabajando.

Irlanda 2008
La constitución pudo haber sufrido un golpe fatal, pero no lo suficientemente duro como para terminar con la voluntad de racionalizar los cuerpos legales europeos. Así fue que en 2007 se redactó el Tratado de Lisboa. El documento, tan pesado como la constitución, preservaba la esencia de su espíritu, pese a que sus autores aseguraron que era diferente en algunos elementos clave.

El último borrador fue pactado en octubre de 2007. La mayoría de los países dijeron entonces que los referendos eran innecesarios, en tanto que era una enmienda y no un sustituto de tratados previos.
Pero Irlanda estaba obligada por ley. En junio de 2008, los votantes volvieron a dar la espalda a los arquitectos de Europa y rechazaron el Tratado de Lisboa por casi siete puntos porcentuales. De inmediato, los cancilleres de la UE votaron a favor de mantener vivo el proyecto lisboeta. Tras incluir lo que los líderes irlandeses describieron como importantes salvaguardas, el texto volvió a ser sometido a votación.

En esa ocasión pasó sin problemas.

Islandia 2010 y 2011
Islandia puede estar en la periferia de Europa y fuera de la UE, pero el dramático derrumbe de su sistema bancario en 2008 supuso un golpe en el corazón del continente. Los islandeses han sido llamados a referéndum en dos ocasiones, en 2010 y 2011, y en ambas rechazaron los acuerdos con bancos británicos y holandeses para reembolsarles los US$5.800 millones que perdieron por el colapso del Landsbanki islandés.