Mark Zuckerberg, presidente de Facebook

Redes sociales

Facebook, de compras para no morir

Parece que la estrategia de la red social para contener la caída de su acción y volverse más atractiva para los inversionistas, es comprar activos tangibles que complementen la red social, que para muchos, por más famosa que sea, carece de un valor verdaderamente cuantificable.

29 de junio de 2012

Desde que Mark Zuckerberg lanzó Facebook al mercado Nasdaq el pasado 18 de mayo, la acción de la compañía ha caído 18% y amenaza con seguir a la baja, en medio de críticas por vicios en la emisión y de las dudas sobre el potencial de valorización.

Hoy el título de Facebook, Inc. (FB) se transa a US$31,25, muy por debajo de los US$38 con que inició en bolsa y más aún del nivel máximo de US$45 que marcó la acción en su primer día de negociación.

En la tercera mayor oferta pública de venta de acciones (OPV) de una empresa estadounidense, que algunos consideraron sobrevalorada, Facebook salió en busca de inversionistas, con el reto de responder a la presión de sus accionistas por generar más ingresos en cada periodo contable.

La desvalorización de sus especies causó tal descontento, que los inversionistas demandaron a la empresa argumentando que escondió débiles pronósticos de crecimiento antes de su oferta pública inicial de acciones por US$16.000 millones.

Es por eso que Facebook se lanzó a la búsqueda de nuevos activos, que le imprimieran valor a su negocio: lleva cinco adquisiciones en menos de seis meses y ha hecho varios cambios en su plataforma.

Nuevas fuentes de ingresos y líneas de negocio atadas a su red social, parecen ser la estrategia del joven multimillonario Mark Zuckerberg.

De compra en compra

Las adquisiciones iniciaron en abril de este año con Instagram, por US$1.000 millones. Los productos de esta empresa permiten a los usuarios poner filtros a las fotos que captan con sus aparatos celulares.

El inconveniente, por supuesto, es el modelo de negocio de Instagram. La compañía no tiene un ingreso del que se pueda hablar. Tal vez su modelo de negocio era ser comprada por otra firma tecnológica con mucho dinero en el banco.

Para algunos analistas, ciertamente, Facebook no gastó US$1.000 millones en una aplicación. Más bien, compró tres cosas: un rival potencial con una base de usuarios en rápido crecimiento; un arma para combatir otras amenazas aún más grandes en el espacio de las redes sociales y, lo más importante, un mejor anzuelo en el mundo de la computación móvil.

Después, a los pocos días de salir a bolsa, Zuckerberg compró una nueva aplicación móvil de comercio social: Karma, con tan solo 16 empleados, que se convertiría en una gran apuesta para generar más dinero.

La adquisición costó US$80 millones y demuestra el gran esfuerzo que está haciendo Zuckerberg por sacarle el jugo al potencialmente lucrativo comercio social.

La aplicación toma los datos de los amigos de cada persona y sugiere regalos por medio de mensajes y avisos en la red social.

Con estas movidas, Zuckerberg empezó a destapar sus cartas de cómo va a volver dinero su base de datos de 900 millones de amigos.

Facebook ha hecho más de 30 compras o adquisiciones de talento - ofertas de hecho principalmente para reclutar ingenieros -.

Uno de los más reciente fue Glancee, un empresa en proceso de crecimiento que ayuda a los usuarios hacer nuevos amigos en función de sus localidades.

A finales de mayo, mostró su interés en comprar Face.com, una empresa informática de reconocimiento facial israelí y más recientemente anunció que busca adquirir Opera, por su avanzada tecnología de software para teléfonos móviles.