EE.UU. desestimó señales de crisis por años

El gobierno de George W. Bush se opuso a actuar contra esquemas peligrosos de hipotecas _ sin enganche y basadas únicamente en intereses _ durante los años previos a la caída de la economía presionado por algunos de los mismos bancos que ahora están en crisis.

1 de diciembre de 2008

Asimismo, hizo caso omiso de varias previsiones sobre el advenimiento de la crisis, de acuerdo con un estudio de The Associated Press basado en documentos oficiales.

"Esperen consecuencias, esperen ejecuciones hipotecarias, esperen historias de horror", escribió la vendedora de hipotecas californiana Paris Welch a las autoridades estadounidenses en enero de 2006, cerca de un año antes que la crisis en el mercado de viviendas le costara el empleo a ella misma.

En respuesta a las presiones de los cabilderos y las promesas de los bancos de que las hipotecas no estaban en peligro, las autoridades suspendieron toda acción durante casi un año.

Para cuando se presentaron normas nuevas, a finales de 2006, el más radical de esos cambios ya no formaba parte del paquete y la caída de la economía ya estaba en marcha.

"Estas hipotecas eran consideradas más seguras y una mejor elección para los prestamistas que muchas hipotecas de tasa fija", dijo David Schneider, presidente de créditos para la vivienda de Washington Mutual, en declaraciones a las autoridades a inicios de 2006.

Dos años después, el Washington Mutual protagonizó la mayor bancarrota bancaria en la historia estadounidense.

El hecho de que el gobierno no haya hecho caso de la crisis inminente es representativo de su filosofía política, basada en la confianza en las fuerzas de mercado y en restarle importancia a la intervención del gobierno en la economía.

Irónicamente, ello fue lo que trajo precisamente la mayor intervención gubernamental en el sector desde la década de 1930.

Muchos de los bancos que se esforzaron tanto por restarle importancia a las propuestas de algunos reguladores se encuentran ahora ya desahuciados o recibiendo miles de millones de dólares en fondos federales para superar una crisis que decían que nunca ocurriría.

Muchos de sus ejecutivos retienen sus empleos con grandes salarios, incluso aunque sus promesas de que no pasaría nada demostraron ser falsas.

En 2005, ante las señales de problemas en el mercado de vivienda, las autoridades reguladoras propusieron nuevos lineamientos para los bancos que emitían hipotecas de alto riesgo.

Actualmente, en medio de la peor recesión en el sector durante la última generación, la propuesta recuerda con mucho al reproche de lo que pudo haber sido hecho:

_ Las autoridades le dijeron a los bancos que ese tipo de hipotecas muchas veces no eran lo mejor para personas con mal crédito.

_ Los bancos hubieran sido obligados a verificar el estatus laboral de los clientes y si podrían pagar sus casas.

_ Las autoridades propusieron un tope para las hipotecas, de forma que el incumplimiento en serie de ellas no afectaría al sector.

_ Los bancos que ofrecían las hipotecas debían de asegurarse de que los clientes comprendían plenamente lo que estaban comprando.

_ Las autoridades le recomendaron a los bancos tomar decisiones responsables y les advirtieron que las tasas de interés podrían dispararse y se elevarían los costos antes de lo esperado.

 

 

AP