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MÉXICO

México: a la expectativa con su nuevo secretario de Hacienda

Carlos Urzúa renunció a la secretaría de Hacienda y criticó sin tapujos al presidente. ¿Su reemplazo seguirá los mismos pasos?

1 de agosto de 2019

Cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comenzó a puntear en las encuestas el año pasado, sus opositores preguntaron una y otra vez qué pasaría con la economía mexicana si él llegaba a ganar. La insistencia en la pregunta tenía que ver con un temor: si un político de izquierda llegaba al poder en México, algo nunca antes visto en el país azteca, lo más probable es que los inversionistas huirían o el peso mexicano se devaluaría. Pero AMLO ganó y ninguna de las dos cosas pasaron. ¿Por qué? La razón tiene que ver con el hombre que el 9 de julio dejó la cartera de Hacienda: Carlos Urzúa. Urzúa, de 64 años, conoce a AMLO de tiempo atrás: fue su jefe de finanzas cuando López Obrador era alcalde de Ciudad de México y ha militado en Morena, el partido del presidente. Más que un perfil político, Urzúa ha forjado su trayectoria como un respetado profesor universitario de economía, formado tanto en México como en Estados Unidos. Gracias a ese perfil, en tiempos de campaña logró convencer a muchos empresarios e inversionistas que AMLO, de ganar, mantendría la disciplina financiera de los anteriores gobiernos.

Sin embargo, Carlos Urzúa dejó su puesto en el gobierno por una serie de razones que ha explicado con claridad y soltura. Después de haber publicado su carta de renuncia en su cuenta oficial de Twitter, el exsecretario ahondó las razones que motivaron su salida en una entrevista con el semanario mexicano Proceso. Primero, aseguró que el talante de AMLO se había vuelto “inflexible” desde que llegó a la presidencia, al punto de que el presidente llama “neoliberal a cualquiera que lo contradiga”. Además, llamó la atención sobre injerencias recurrentes del jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, en temas financieros y en la elección de personal. Finalmente, Urzúa criticó que el gobierno de López Obrador insistiera en obras públicas que han sido fuertemente criticadas (como el Tren Maya o la refinería de Tabasco) y en su reticencia a promover una reforma fiscal que permita llevar a buen puerto sus ambiciosos proyectos sociales.

Si bien varias voces en México auguraron que la salida de Urzúa tendría consecuencias negativas para el país, como una eventual caída del precio del peso, ninguna de esas preocupaciones se cumplió. El peso sí bajó el 9 de julio, pero rápidamente se recuperó. Quizás esto se explique por el rápido nombramiento de Arturo Herrera como nuevo secretario de la cartera: un hombre mucho más joven que Urzúa pero con un perfil académico similar. Herrera tiene muchos retos. No solamente debe responder con inteligencia y agilidad a las frecuentes amenazas arancelarias de la Casa Blanca, por cuenta del tema migratorio, sino que necesita despejar los crecientes rumores sobre una posible recesión económica de México, la segunda economía más importante de la región después de Brasil. Tiene que hacerlo mientras toma uno de dos caminos: o seguir las ideas e iniciativas de AMLO, o ejercer una resistencia parecida a la de su predecesor, con las consecuencias que ya se conocen.

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