Rousseff, hablando en el palacio presidencial, dijo que las condiciones nacionales ya están maduras para un crecimiento saludable y pareció restar importancia a la necesidad de importantes cambios económicos si es reelegida para un segundo mandato.

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Rousseff no puede explicar por qué Brasil crece tan lento

La economía de Brasil ha promediado un crecimiento de sólo un 2 por ciento desde que la ex guerrillera marxista llegó al poder en el 2011, aproximadamente la mitad del ritmo que convirtió al país en el favorito de Wall Street en la última década.

4 de junio de 2014

La presidenta Dilma Rousseff dijo que ella no puede explicar plenamente por qué la economía de Brasil está creciendo tan lentamente, atribuyendo los problemas al "ánimo adverso" de los mercados hacia el país anfitrión de la Copa Mundial en lugar de una necesidad urgente de reformas.

En una inusual entrevista de casi tres horas con periodistas internacionales, Rousseff se mostró bastante satisfecha con el curso de su Gobierno izquierdista por delante de las votaciones de octubre donde buscará la reelección, aunque Brasil se encuentra bajo un foco de atención crítico antes del torneo de fútbol que comienza el 12 de junio. Muchos inversores y empresarios dicen que se necesitan reformas impositivas y laborales para desbloquear una nueva era de crecimiento.

Pero Rousseff, hablando en el palacio presidencial, dijo que las condiciones nacionales ya están maduras para un crecimiento saludable y pareció restar importancia a la necesidad de importantes cambios económicos si es reelegida para un segundo mandato. "No se puede explicar por qué Brasil no está creciendo más rápido", dijo. "Todas las condiciones apuntan no sólo a un crecimiento en Brasil, sino a un buen crecimiento", agregó. "Parece que hay un estado de ánimo adverso hacia Brasil hoy", declaró. "No sé por qué", agregó.

Consultada sobre la posibilidad de reformas en un segundo mandato, Rousseff sostuvo que había recortado muchos impuestos desde que está en el cargo pero dijo que se requiere un consenso pleno en el Congreso para hacer una reforma más amplia del código fiscal. Rousseff mantiene una ventaja saludable en las encuestas sobre sus dos principales rivales más centristas, en gran parte gracias al apoyo de los pobres de Brasil. Ella dijo que su principal "fuente de orgullo" eran declives continuos en la pobreza y la desigualdad, que según dijo contrastan fuertemente con las tendencias en Europa Occidental y Estados Unidos.

Ella reconoció la frustración pública con los retrasos en algunos proyectos de construcción relacionados con la Copa del Mundo, tales como líneas férreas. Ese enojo contribuyó a las protestas callejeras que han estallado ocasionalmente en los últimos años, y se espera que vuelvan a ocurrir durante el torneo. "Nadie hace una (línea de metro) en dos años. Bueno, tal vez China", dijo con una sonrisa, calificando a los retrasos como "el costo de nuestra democracia".

Consultada sobre la inflación, Rousseff destacó que se está desacelerando, como lo hace normalmente a mitad de año. Ella descartó cualquier cambio en el objetivo de inflación de un 4,5 por ciento con un margen de tolerancia en cada dirección de dos puntos porcentuales. Al menos uno de sus adversarios en las elecciones se ha mostrado a favor de un objetivo inferior.

Rousseff dijo que el banco central está comprometido en una "variación de ajuste", mientras se prepara para frenar su programa de intervención cambiaria de los swaps de divisas. Añadió, sin embargo, que la moneda ha tenido seis meses de "estabilidad total". El real se debilitó levemente el martes, después de que perdió un 2,5 por ciento durante los últimos días frente al dólar a su nivel más débil en dos meses.

En términos de política exterior, Rousseff dijo que estaba interesada en modificar el cronograma de una visita de Estado a Estados Unidos que canceló el año pasado a raíz de un escándalo sobre documentos filtrados de la Agencia de Seguridad Nacional, que mostraban que Washington espió a su Gobierno y otros ciudadanos brasileños. Rousseff dijo que era "muy importante reanudar" la relación Brasil-Estados Unidos, que ella definió como una "asociación estratégica".


Reuters/D.com